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#74 El arte de las listas de tareas

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Hola, hola ¿cómo estás? Soy Karen Codner, periodista y escritora, te doy la bienvenida al programa #74 de Espiral, tu podcast de literatura y creatividad. Hoy voy a recoger un tema que tuvo muy buena acogida en el boletín 66 que versó sobre la lista de tareas. Me gustó pensar en cómo optimizar la organización y el deleite que genera la creación de listas, de hacer pendientes y tachar esos pendientes ¿Haces listas de tareas? Yo sí, por eso investigué un poco de ellas y te voy a contar no solo sus beneficios, sino que algunos datos curiosos.

Recuento personal

Señoras y señores, amigos y amigas, estimados y estimadas he cumplido: cerré la edición de la novela que estuve escribiendo por cuatro años, a la que titulé “La primera noche de mi vida”. ¿Qué implica esto? Pues muy sencillo, la mandé a editoriales y a concursos. Lo más probable es que no tenga noticias en meses y lo más probable también es que sean poco alentadoras. Pero debo dar la batalla, es un hecho de la causa, llegan más libros, escritos, poemas, cuentos que las editoriales pueden procesar y publicar, y yo soy una más. Pero debo dar la batalla, nadie lo hará por mi.

Anoche terminamos de leer “Crimen y castigo” en el taller de lectura y si bien nadie leería este título para relajarse, quedamos tan contentas con la pluma de Dostoievski y el manejo de la tensión que se nos hizo poquito, comparado con las cuatro que tuvimos de “La guerra y la paz”. Hace unos días mi tercera hija se graduó del colegio y tuvimos la ceremonia de graduación en pleno Arrayán, para los que no conocen aquí, en los faldeos de la cordillera donde hace mucho frío de noche, pero estuvo hermosa. Y luego vino la familia a cenar a nuestra casa. Además esta misma hija, que se graduó hace un par de días, hoy está de cumpleaños, cumple dieciocho, lo bueno es que me he pasado de celebración en celebración. Igual he perdido el ritmo con la pandemia pero al parecer ya lo estoy recuperando.

En una nueva sesión del taller de lectura «Los rusos»

Ahora comienzan las vacaciones de invierno en Chile y me iré a la nieve por dos semanas. Igual estaré viniendo a Santiago, lo más importante, más allá de si hay nieve o no, es que por fin están anunciadas generosas lluvias. Este invierno creo yo ha sido más frío que el anterior ¿o será que estoy más vieja? Bueno, pueden ser las dos cosas, qué importa, objetivamente me he tenido que abrigar más. Hablando novedades, el próximo semestre estaré impartiendo otro ciclo de “Los rusos” y un nuevo taller de lectura con la temática de padres e hijos. Si quieres saber más, te invito a suscribirte a mi boletín semanal en mi página web www.karencodner.com Y si me quieres ayudar, comparte con tus amigos este podcast, ponle un me gusta donde sea que lo escuches. Me estarás ayudando mucho. Vamos con nuestro capítulo de hoy, el setenta y cuatro.

¿Cómo hacer buenas listas de tareas?

Intento cumplir con mis metas y por eso ocupo el sistema de listas de tareas o como algunos lo llaman “to do list”. Para mí no es un esfuerzo, pero para algunos puede ser igual de difícil que ir a correr o tan fácil como prepararse un café. Ojo para mi un café es bien difícil, porque yo no tomo café. No recuerdo si en mi juventud eran tan populares, lo que sí tengo claro es que la mayoría de las personas ocupaban agendas, obvio de papel porque no existía nada digital. Como gran evento, algunos en diciembre, otros en enero e incluso en marzo, compraban la suya. Para mí era una gran decisión: ¿semana a la vista? ¿tamaño cartera? ¿un día por hoja? Ahí anotaba -cada año hacía lo mismo- los cumpleaños, los contactos con su teléfono y dirección. También podría ser que tuviera una mini agenda, una libretita especial para los contactos. He tratado de acordarme cómo era en el colegio, creo que teníamos una agenda oficial pero en la universidad sin duda tuve de varios modelos. Ahora, mirándolo en retrospectiva, creo que nunca encontré una que realmente fuera la perfecta.

Si bien he intentado cambiarme a la digital, no me ha resultado. Lo mismo con la lista de tareas y he explorado lo digital como Evernote, Notes y Trello cuando trabajaba día a día en la Fundación Memoria Viva, y existen muchísimas que yo no conozco como Microsoft To-Do List, Google Keep y muchos más. Pero no es lo mío: Soy una mujer de papel.

Gracias a Cristián Torrealba, auditor y suscriptor del boletín, me contó que los franceses ocupan un sistema que se llama, que susto pronunciar esto, “Cahier de texte”, perdonen los franceses si estoy pronunciando pésimo, es decir, una agenda. En su colegio me contó en un correo, que en el colegio los alumnos fabricaban ellos mismos su agenda, recortando un cuaderno y haciendo las pestañitas. Busqué en mr. Google la traducción del termino “Cahier de texte” y es libro de texto, lo que vendría a ser un cuaderno con entradas diferenciadas ya sea por mes o día.

Pero las tareas las anoto en mi agenda y las clasifico de acuerdo al tema. Por ejemplo: pagar cuentas, llamadas telefónicas, horas al doctor, entrega del boletín, preparar alguna cosa por ejemplo, si me voy de vacaciones anoto todos mis pendientes o cosas que se me van a olvidar. Ahora, si son más específicas, anoto: “miércoles, llamar por cumpleaños a X”. Pero ¿qué pasa con lo que me piden por WhatsApp o correo electrónico? Aquí se complica porque no siempre estoy con mi agenda o no me dan ganas de escribirlo, mi casa es de dos pisos y tengo que bajar, ahí tengo que ser más rigurosa. Por eso, antes de ir a dormir lo anoto en un Post it y lo dejo en el baño para no olvidarme. Pero muchas veces pospongo las tareas y para esa conducta existe una gran palabra: la procrastinación, difícil para palabra pero bastante linda.

Descubrí a Lucía Jiménez Vida hace un tiempo, ella es experta en productividad y hábitos.  Es muy clara y asertiva. La procrastinación, dice Lucía “es el acto de retrasar una tarea para hacer cualquier otro trabajo menos importante y urgente. Si recurrimos a la etimología, procrastinar viene del latín procrastināre, que significa ´dejar hasta mañana´. Sin embargo, también procede del término griego akrasia, ´hacer algo en contra de nuestro mejor juicio´” Dicho de otro modo, y aquí lo digo con mis propias palabras: aplazamos tareas sabiendo que no es lo mejor para nosotros. Y Lucía dice, “ por eso, debemos evitar la procrastinación”. ¿Cómo, qué ideas te podría dar? Bueno, tomando conciencia de que si ocupo mejor mi tiempo después tendré más tiempo libre o me divertiré más. Por eso, siguiendo lo que propone Lucía Jiménez, es importantísimo ranquear los pendientes. Mira, si vas a la transcripción de este programa de Espiral, vas a encontrar un link a un vídeo, donde Lucía explica mejor y te guía cómo hacerlo.   

Revisa este vídeo donde te guía a gestionar tus tareas sin estrés

Cambiemos de persona, cambiemos de consejos, cambiemos completamente porque ahora voy a hablar del gran escritor Umberto Eco, quien escribió el libro “El vértigo de las listas”, él contó en una entrevista a Der Spieguel, que es un periódico alemán, que la listas  son el origen de la cultura: “Es parte de la historia del arte y la literatura. ¿Para qué queremos la cultura? Para hacer más comprensible el infinito. También se quiere crear un orden -no siempre, pero a menudo. ¿Y cómo, en tanto seres humanos, nos enfrentamos a lo infinito? ¿Cómo se puede intentar comprender lo incomprensible? A través de las listas, a través de catálogos, a través de colecciones en los museos y a través de enciclopedias y diccionarios. Hay cierto encanto en enumerar con cuántas mujeres se acostó Don Giovanni: Fueron 2.063, al menos según el libretista de Mozart, Lorenzo da Ponte. También tenemos listas prácticas -la lista de la compra, el testamento, el menú – que son asimismo adquisiciones culturales por el propio derecho”.

Alfredo Jocelyn Holt a quien entrevisté en el episodio 48 y 49 de Espiral escribió en el diario La Tercera: “En su extraordinario libro El vértigo de las listas  -que además de sumo inteligente es una maravilla de erudición al servicio del entendimiento- Umberto Eco ilustra cómo desde Homero a Borges se ha intentado abarcar un universo que se aparece, ya sea como finito o infinito”. 

El vértigo de las listas – Umberto Eco

Bueno, aquí sigo cambiando de personas y consejos, con Emma Gannon, a  quien también sigo y estoy inscrita en su boletín semanal, para ella sería un newsletter, aprendí que existe una estrategia organizacional creada por Brian Tracy que se llama “Eat the Frog” o “Come la rana”. Básicamente es identificar lo más importante del día y hacerlo y aquí viene el dato raro o freak, como diríamos . El escritor norteamericano Mark Twain, dijo esta frase, algo así como: “Cómete una rana viva a primera hora de la mañana y nada peor que eso te pasará el resto del día”.

«Eat The Frog» es perfecto para cualquiera que:

– Tiende a procrastinar.

– Hace muchas cosas, pero no avanza en lo importante.

– Le cuesta adoptar un sistema de productividad.

– Le cuesta identificar los tiempos.

– Se siente sobrepasado por la lista de tareas.

Veamos, vamos a lo más concreto, cómo organizo mi día. Si bien ninguno es muy parecido, sí necesito de estructura y programación. Comienzo muy temprano el día, como te conté, puedo estar corriendo a las 6.45 am y recién veo mi teléfono a las 8 de la mañana. Luego de desayunar, obviamente ya duchada después de hacer deporte, me dedico a las tareas mecánicas y no tan diversas como por ejemplo, pagar las cuentas, enviar correos electrónicos, contestar los WhatsApp y luego, dejo espacio para lo que disfruto.

La mañana es para lo mío, es decir la literatura y por ende, escribo o edito. Si me tengo que concentrar, doy un aviso a mi familia: “estaré desconectada por x cantidad de horas, por ende, si necesitan decirme algo, a la antigua señores, me llaman”. Dejo el teléfono lejos y no reviso el WhatsApp, correo o redes sociales (cuando estoy escribiendo, intento, trato ojo). En los últimos meses he descubierto que las reuniones presenciales me quedan bien a primera hora de la mañana, tomando desayuno, tampoco tengo tantas reuniones, entonces para mi es más fácil. Las entrevistas del podcast intento que sean después de almuerzo y la preparación de los talleres literarios las alterno con la escritura. Las horas al doctor, al comienzo de mañana.  Me dejo bloques libres y evito la procrastinación, pero claro, en ocasiones me desconcentro y compro un regalo de matrimonio pendiente, hago el pedido del supermercado, leo The New York Times, averiguo cositas que se me habían olvidado, leo los boletines que tengo pendientes a las que estoy suscrita y dejo marcados con una banderita (ocupo el programa Spark como plataforma para mis correos, correos electrónicos que tengo que leer, por lo tanto tengo clarísimo los pendientes, otra cosa es que los resuelva, o con que rapidez o premura lo resuelvo). En la noche, vuelvo a definir mis tareas y a las 22 horas, mi teléfono automáticamente se desconecta hasta las 7 de la mañana, los últimos días no he podido, los últimos días he tenido que seguir conectada pasada las diez y ahí el súper teléfono me pregunta “quiere extender su conexión por un minuto más, quince minutos más o quiere sencillamente quiere ignorar esta restricción por hoy”. Te diría que es la clave, la clave es, de este es permitirse no cumplir. Es decir, yo a veces veo el teléfono hasta mucho más tarde que las diez, a veces escribo, no leo, pero bueno hay que aceptar con gusto que uno falla, que el sistema falla, que uno falla y es bueno procastinar, extender el uso de la pantalla, ir a tomar un café con amigas, darte gustos sencillos, cada uno sabrá. Porque de acuerdo a lo que escribió, y aquí tengo otro nombre que me va a costar pronunciarlo, Vasundhara Sawhney (la recomiendo, tiene muy buenos artículos sobre la calidad de vida), ella escribió  en la revista Harvard Business School, que el mero hecho de tener pendientes y marcarlos como listos genera una sensación de bienestar y nos aleja de del miedo de no cumplir.

Viste ojalá hayas aprendido, te aseguro que aprendiste que comer la rana a primera hora de la mañana es mejor, y que existen muchas formas de hacer listas de tareas, para qué sirven, y permitirte fallar, cuéntame ¿ocupas el sistema de listas de tareas? Ya lo sabes, me puedes escribir a mi correo Karen@karencodner.com, me encuentras en redes y como siempre en la transcripción, ahí también puedes dejar tu comentario.

Lee. Escribe. Crea.

Chaooooo.

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