Este boletín es para los curiosos que desean una vida plena y pausada. Compártelo, me harías muy feliz.

Queridos odistas:

Por primera vez vengo a mi taller desde la semana pasada, ese jueves en que Santiago estuvo sumergido en un temporal de viento y lluvia que dejó a más de un millón de personas sin suministro eléctrico. En mi casa estuvimos casi tres días sin luz, y aquí en El Arrayán, donde tengo mi taller, recuperamos el servicio un lunes en la noche, es decir, fueron cuatro días completos. No me quiero imaginar lo que vivieron mis vecinos, sin calefacción y sin poder hacer las tareas más cotidianas que son tan obvias para nosotros, los seres humanos del siglo XXI, hiperconectados.

Aquí estoy de vuelta. Y es extraño, me dio algo de temor el regreso, de volver a mi lugar propio, a mi rincón en el mundo, donde me encierro a diario: un refugio que casi nadie conoce.

Hoy quiero compartir con ustedes algunos tesoros que son mis preferidos de mi taller. Hace dos años lo remodelé y quedó tal cual me lo imaginé.

En la entrada:

1. El choapino que está en la entrada y dice “El taller de Karen”.

2. La mezuzá de colores que está en el dintel de la puerta.

3. El tocadiscos que compré en un quiosco afuera del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).

4. Dos cuadros. Uno lo compré en Israel y tiene relación con la cábala, es muy colorido, feliz. El otro es una serigrafía de Alejandra Domínguez que me regalaron para mi matrimonio.

5. Una máquina de escribir que también compré en el GAM. Es una Remington Travel Writer Deluxe. Es como una pieza de museo porque nunca la he utilizado. Una vez lo intenté pero me fue mal, quizás fue la cinta.

6. Mi colección de vinilos, los regalones son Max Richter, Adele, Nina Simone, Bach, Mozart, George Winston y muchos más.

7. El ejemplar de la RAE de 1992 que me regaló mi tía Sabina.

8. Una mesa redonda con dos sillas donde hago clases y tomo desayuno.

 

En el sector del sofá:

9. La manta blanca que me ayuda a capear el frío.

10. Los cojines.

11. La Toyotomi, una estufa que es básica para poder viví aquí en invierno.

12. El sofá, sin él no podría dormir las siestas y leer recostada.

En mi escritorio:

13. El escritorio que es una mesa de comedor, de madera muy linda ¿cuál? Ni idea, pero es de estilo art deco. Es inmensa, fue una de mis primeras compras para el taller en el Parque de los Reyes.

14. La gran pantalla que me compré hace unos años y fue un acierto. Me encanta que sea enorme, me concentro más. El teclado, el mouse y mi silla, son un equipo.

15. Mis dos vasos donde hay lápices de todos los colores y una mini bandera de Israel.

16. Una piedra que compré en Jerusalén que tiene grabada la palabra shalom: hola o paz en hebreo.

17. Una jarra de agua.

18. Dos posavasos con forma de flor que son de Marruecos.

19. Un libro de rezos.

20. El cuadro que está a mano derecha, son dos sillas que recuerdan a Van Gough y también fue un regalo de matrimonio de un amigo de mi suegra.

21. El calendario del colegio de mi hija donde marco los talleres, los cursos, los días que vengo.

En el librero:

22. Las fotos que retratan momentos felices de mi vida.

23. El diccionario de uso de María Moliner.

24. Un ejemplar de Todos nuestros fuegos que está en un atril que compré en Lectorlandia y de Respirar bajo el agua. Y muchas novelas más.

25. Libros de poesía como Elizabeth Bishop y Victoria Chang.

26. Tres posters que están colgados: el musical de Billy Joel, el de El violinista en el tejado y u no de mi novela Respirar bajo el agua.

27. Mis diarios de vida, de viaje, de reflexiones, agendas de años pasados.

28. La janukia que compré con mi marido el año pasado en Israel.

29. Un dibujo que hizo mi segundo hijo cuando era bien chico.

30. Un vaporizador con la colección de aceites esenciales, las velas. Esto es básico porque antes de trabajar le hecho agua al vaporizador donde vierto algunas gotas de aceite esencial que van desde aromas cítricos hasta dulces como la rosa. Cada día los mezclo a mi antojo y luego enciendo la vela.

Mi pequeña y gran cocina:

31. El mueble donde están los platos y servicios.

32. La tetera naranja.

33. La cocinita, el microondas y el mini refrigerador.

 

¿Ya escuchaste la entrevista que me hizo Carla Guelfenbein?

También la puedes ver en mi canal de Youtube.

 

Estoy agradecida: Terminé de preparar a tiempo la presentación para la de clase de Cien años de soledad.

Aprendí: Que el famoso “Boom latinoamericano” donde se dio a conocer de manera global la literatura latinoamericana para muchos fue un fenómeno comercial. Lo que definió al “Boom” fue que internacionalizó la literatura de nuestro continente.

Fui feliz: Celebrando a una prima que por fin logró cerrar un capítulo difícil y doloroso en su vida. Fui con mi marido, su abogada y un amigo.

 

Cuéntame, ¿tienes un espacio para crear?