Oda a mi contradicción con las listas #136
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Queridos amigos,
El tema de hoy es sencillo: no me gustan las listas de los mejores libros, los imperdibles, los lugares que debes conocer o lo que debes hacer antes de morirte. A pesar de ello, las sigo leyendo y tomando en cuenta. Nadie ha dicho que el ser humano es coherente y menos yo, que vivo llena de contradicciones.
Este tema surgió tras leer la lista de los mejores libros del 2023 que realizó Barack Obama. La publicó en X el 22 de diciembre y me parece insólita. Si bien nombra al escritor chileno Benjamín Labatut con su novela Maniac -me han contado que es muy buena aunque la primera, Un verdor terrible no la pude terminar (ojo, en gusto no hay nada escrito)- los quince autores que menciona fueron publicados hace poco y no hay ninguno de literatura clásica o universal. Solo ubico a Labatut, aunque eso no dice mucho, si le preguntan a un norteamericano puede ser que conozca a todos menos a Labatut.
Ignoro por qué me generan tal grado de ansiedad. Son un recordatorio de que soy incapaz de ir al ritmo de otros, porque nunca he leído o escuchado o visto todo lo que nombran, Es decir, siempre estoy al debe como se dice en chileno.
Reconozco que varias me merecen mucha confianza o pensé que así era. Richard Brody de la revista The New Yorker es crítico de cine, pero me he ido dando cuenta de que sus elecciones están teñidas por la contingencia y sus temáticas no son siempre de mi gusto. Por ejemplo, me gusta el ojo de Ana Josefa Silva en sus elecciones de cine y series.lla también debe responder a un criterio más masivo, pero sé que sabe mucho y estoy atenta a sus sugerencias. Siempre la escucho cuando recomienda lo que va de acuerdo a mi criterio. En libros, por ejemplo, es difícil confiar en otros, pero si José Carlos Rodrigo Breto y Jan Arimany de Trotalibros dicen que es bueno, me voy a la segura. También María José Navia, Lo leo en las nubes y Raquel Casas son algunas cuentas que me merecen mucha confianza, además de Marco Antonio de la Parra que me vive recomendando. ¿Cómo seguir el ritmo de este mundo atrofiado con los mejores de y los imperdibles? Qué angustia ver que otros ya lo han leído y yo, me limito a anotar.
No tengo la respuesta.
Para evitar ese sentimiento que me carcome y sobregira mi cuenta de pendientes, elijo con delicadeza. En general, de música no sigo a nadie porque me he quedado pegada con mis gustos musicales de los ochenta y los clásicos. Si descubro algo es gracias a mis hijos. Tengo un WhatsApp conmigo misma que se llama “Leer” y otros “Películas y documentales” donde escribo lo que me suena tentador. Yo misma cuando llega fin de año y las redes se comienzan a plagar con estas listas, me digo: “Es hora de que hagas la tuya”. Pero es peligroso porque mis gustos literarios son particulares, yo no soy lectora de trama, sino que busco la calidad literaria, me enfoco en la narrativa, la estructura, el vocabulario. Cuando estoy con algo mal escrito lo dejo.
Como ven me estoy contradiciendo, porque no me gustan las listas pero igual las leo y las creo. Ahora bien, entiendo que necesitamos a los críticos y expertos o semi expertos, los bookstagramers de los que, de cierta manera, yo también soy parte ahora que cada martes o miércoles subo un vídeo con una recomendación. Me imagino mi felicidad si a fines del 2024 alguien opina lo siguiente: Todos nuestros fuegos de Karen Codner es una de las mejores novelas que he leído en mucho tiempo. Automáticamente amaré las listas y escribiré una Oda por mi amor a ellas. Como les dije al comienzo, la coherencia está lejos de ser lo mío.
El viernes salió al aire la entrevista Espiral con la directora de cine chilena, Maite Alberdi. Ella es una mujer con una visión clara y que está logrando poner al cine chileno en las grandes lides. La memoria infinita está postulando al Oscar 2024 y trata sobre el Alzheimer que aqueja a Augusto Góngora, connotado periodista chileno, y cómo su señora, la actriz Paulina Urrutia, cuida de él. Cine de buena calidad. Aquí lo puedes escuchar o leer la transcripción en mi página web
El tema de hoy es sencillo: no me gustan las listas de los mejores libros, los imperdibles, los lugares que debes conocer o lo que debes hacer antes de morirte. A pesar de ello, las sigo leyendo y tomando en cuenta. Nadie ha dicho que el ser humano es coherente y menos yo, que vivo llena de contradicciones.
Este tema surgió tras leer la lista de los mejores libros del 2023 que realizó Barack Obama. La publicó en X el 22 de diciembre y me parece insólita. Si bien nombra al escritor chileno Benjamín Labatut con su novela Maniac -me han contado que es muy buena aunque la primera, Un verdor terrible no la pude terminar (ojo, en gusto no hay nada escrito)- los quince autores que menciona fueron publicados hace poco y no hay ninguno de literatura clásica o universal. Solo ubico a Labatut, aunque eso no dice mucho, si le preguntan a un norteamericano puede ser que conozca a todos menos a Labatut.
Ignoro por qué me generan tal grado de ansiedad. Son un recordatorio de que soy incapaz de ir al ritmo de otros, porque nunca he leído o escuchado o visto todo lo que nombran, Es decir, siempre estoy al debe como se dice en chileno.
Reconozco que varias me merecen mucha confianza o pensé que así era. Richard Brody de la revista The New Yorker es crítico de cine, pero me he ido dando cuenta de que sus elecciones están teñidas por la contingencia y sus temáticas no son siempre de mi gusto. Por ejemplo, me gusta el ojo de Ana Josefa Silva en sus elecciones de cine y series.lla también debe responder a un criterio más masivo, pero sé que sabe mucho y estoy atenta a sus sugerencias. Siempre la escucho cuando recomienda lo que va de acuerdo a mi criterio. En libros, por ejemplo, es difícil confiar en otros, pero si José Carlos Rodrigo Breto y Jan Arimany de Trotalibros dicen que es bueno, me voy a la segura. También María José Navia, Lo leo en las nubes y Raquel Casas son algunas cuentas que me merecen mucha confianza, además de Marco Antonio de la Parra que me vive recomendando. ¿Cómo seguir el ritmo de este mundo atrofiado con los mejores de y los imperdibles? Qué angustia ver que otros ya lo han leído y yo, me limito a anotar.
No tengo la respuesta.
Para evitar ese sentimiento que me carcome y sobregira mi cuenta de pendientes, elijo con delicadeza. En general, de música no sigo a nadie porque me he quedado pegada con mis gustos musicales de los ochenta y los clásicos. Si descubro algo es gracias a mis hijos. Tengo un WhatsApp conmigo misma que se llama “Leer” y otros “Películas y documentales” donde escribo lo que me suena tentador. Yo misma cuando llega fin de año y las redes se comienzan a plagar con estas listas, me digo: “Es hora de que hagas la tuya”. Pero es peligroso porque mis gustos literarios son particulares, yo no soy lectora de trama, sino que busco la calidad literaria, me enfoco en la narrativa, la estructura, el vocabulario. Cuando estoy con algo mal escrito lo dejo.
Como ven me estoy contradiciendo, porque no me gustan las listas pero igual las leo y las creo. Ahora bien, entiendo que necesitamos a los críticos y expertos o semi expertos, los bookstagramers de los que, de cierta manera, yo también soy parte ahora que cada martes o miércoles subo un vídeo con una recomendación. Me imagino mi felicidad si a fines del 2024 alguien opina lo siguiente: Todos nuestros fuegos de Karen Codner es una de las mejores novelas que he leído en mucho tiempo. Automáticamente amaré las listas y escribiré una Oda por mi amor a ellas. Como les dije al comienzo, la coherencia está lejos de ser lo mío.
El viernes salió al aire la entrevista Espiral con la directora de cine chilena, Maite Alberdi. Ella es una mujer con una visión clara y que está logrando poner al cine chileno en las grandes lides. La memoria infinita está postulando al Oscar 2024 y trata sobre el Alzheimer que aqueja a Augusto Góngora, connotado periodista chileno, y cómo su señora, la actriz Paulina Urrutia, cuida de él. Cine de buena calidad. Aquí lo puedes escuchar o leer la transcripción en mi página web
Mis recomendaciones
- Un documental: La memoria infinita de Maite Alberdi. Es un documental en el que muestran cómo desde hace 25 años Augusto Góngora y Paulina Urrutia comparten sus vidas. Paulina vive con el miedo de que llegue el día en que Augusto no la reconozca producto del Alzheimer que él padece desde hace ocho años.
- Una novela: Stoner de John Williams. La he leído tres veces y la enseñé en el taller literario de los martes. Este año será en el turno de los miércoles. Es una belleza de texto porque privilegia lo estilístico y la pluma de calidad. En esta novela de John Williams acompañamos a un profesor universitario desde sus primeros años de formación hasta su muerte. Es magistral porque cuenta una vida común que termina siendo especial.
Mis momentos
- Algo que aprendí: Al parecer, el paso del tiempo lo sentimos más lento cuando estamos haciendo algo nuevo. Esto pasa porque al recibir información nueva, ella no viene en el orden adecuado y hay que reorganizarla y presentárnosla de forma que la entendamos. Cuando se procesa información conocida, esto no lleva mucho tiempo. La nueva información, sin embargo, es un poco más lenta y hace que el tiempo se alargue.
- Fui feliz: Bañándome en el mar brasilero.
- Estoy agradecida: De estar con mi familia en modo vacaciones.
Lee. Escribe. Crea con no listas.
Karen.
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