Oda a las vacaciones #135
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Queridos amigos,
En Chile, febrero es sinónimo de vacaciones. Para no quedar fuera, yo también me tomaré un descanso en Brasil. Es la primera vez que lo visitó, lo que me tiene feliz. Estaré dos semanas en una playa donde están prohibidos los autos, solo podre andar en las cuatrimotos y una especie de tractores.
Pretendo hacer poco, dejarme llevar por el tiempo que funciona distinto cuando no le debes rendir pleitesía a la agenda. Pero no se preocupen, tanto las Odas como el podcast Espiral no se detienen y el próximo viernes 2 de febrero estará al aire con Maite Alberdi, una directora de cine chilena que cada vez da más que hablar con su nominación al Oscar 2024 en la categoría Mejor largometraje documental con La memoria infinita. .
Antes de contarles sobre mis vacaciones y algunos datos interesantes que estuve mirando, quería comentarles que me gustaron mucho los correos electrónicos que me enviaron, contándome si preferían el libro físico o digital. Debo decirles que salió ganando ampliamente el formato físico.
Al igual que el año pasado, hoy me referiré sobre las vacaciones porque me gusta pensar en ellas, es un acto lindo. Como me seducen los datos freak, averigüé que Tarquinio el Soberbio, fue su precursor. Él le dio a sus esclavos un día de asueto anual para que asistieran a las ferias latinas de abril. Esto quiere decir que tuvieron “vacare” lo que significa estar libre. Cinco siglos después, Julio Cesar y su sobrino Augusto, movieron la fecha de estas ferias a los meses más calurosos del hemisferio norte: julio y agosto. Durante la Edad Media nadie tomó “vacare”, pero es interesante porque, con el auge de las peregrinaciones y de los feriados religiosos, sí existió un guiño a nuestro descanso.
¿Cuándo se popularizó la costumbre de tomar vacaciones? Al parecer fue en los estados italianos durante el siglo XVIII. Muchos de los súbditos más ricos buscaban “presumir”, anhelaban demostrar que se podían escapar cuando lo desearan. Otro tema es el turismo. Este fue inventado por los ingleses, ya que ellos enviaban a sus “niños” a Italia para que se empaparan de la cultura clásica e inventaron el término “turismo termal”.
Durante el siglo XX, las vacaciones comenzaron a ser más accesibles, ya no eran exclusivas de reyes y aristócratas, sino para todo aquel que pudiera juntar sus pesos y arrimarse a la playa, montaña o donde sea. Los primeros en declararlo un derecho inalienable fueron los finlandeses, austriacos y suecos en la década del veinte.
Para mí, su definición es así: hasta aquí llego, necesito un recreo, un asueto, un disco pare, un antes y un después en mi vida. Es también la ilusión de que habrá un cambio, un tiempo sin tiempo y un lugar para nuevos recuerdos. Para algunos es un espacio distinto, de desconexión absoluta -lo que es cada vez más difícil con la llegada de Internet- y para otros, como yo, de semi desconexión. Viajaré con mi computador, pero realizaré un cambio de ritmo y de entorno, me sentiré en “vacare”. Si bien, me cuesta estar todo el día en la playa, este año estoy muy entusiasmada con el panorama de conocer otras latitudes, de vivir sin compromisos, de no tener que organizar ningún tipo de paseo.
¿Quiénes de ustedes salen de vacaciones? Para los que viven en el hemisferio norte, estos meses son de plena época laboral. Quizás alguno, mis queridos suscriptores, tenga la oportunidad de escaparse, ¿o me equivoco?
En Chile, febrero es sinónimo de vacaciones. Para no quedar fuera, yo también me tomaré un descanso en Brasil. Es la primera vez que lo visitó, lo que me tiene feliz. Estaré dos semanas en una playa donde están prohibidos los autos, solo podre andar en las cuatrimotos y una especie de tractores.
Pretendo hacer poco, dejarme llevar por el tiempo que funciona distinto cuando no le debes rendir pleitesía a la agenda. Pero no se preocupen, tanto las Odas como el podcast Espiral no se detienen y el próximo viernes 2 de febrero estará al aire con Maite Alberdi, una directora de cine chilena que cada vez da más que hablar con su nominación al Oscar 2024 en la categoría Mejor largometraje documental con La memoria infinita. .
Antes de contarles sobre mis vacaciones y algunos datos interesantes que estuve mirando, quería comentarles que me gustaron mucho los correos electrónicos que me enviaron, contándome si preferían el libro físico o digital. Debo decirles que salió ganando ampliamente el formato físico.
Al igual que el año pasado, hoy me referiré sobre las vacaciones porque me gusta pensar en ellas, es un acto lindo. Como me seducen los datos freak, averigüé que Tarquinio el Soberbio, fue su precursor. Él le dio a sus esclavos un día de asueto anual para que asistieran a las ferias latinas de abril. Esto quiere decir que tuvieron “vacare” lo que significa estar libre. Cinco siglos después, Julio Cesar y su sobrino Augusto, movieron la fecha de estas ferias a los meses más calurosos del hemisferio norte: julio y agosto. Durante la Edad Media nadie tomó “vacare”, pero es interesante porque, con el auge de las peregrinaciones y de los feriados religiosos, sí existió un guiño a nuestro descanso.
¿Cuándo se popularizó la costumbre de tomar vacaciones? Al parecer fue en los estados italianos durante el siglo XVIII. Muchos de los súbditos más ricos buscaban “presumir”, anhelaban demostrar que se podían escapar cuando lo desearan. Otro tema es el turismo. Este fue inventado por los ingleses, ya que ellos enviaban a sus “niños” a Italia para que se empaparan de la cultura clásica e inventaron el término “turismo termal”.
Durante el siglo XX, las vacaciones comenzaron a ser más accesibles, ya no eran exclusivas de reyes y aristócratas, sino para todo aquel que pudiera juntar sus pesos y arrimarse a la playa, montaña o donde sea. Los primeros en declararlo un derecho inalienable fueron los finlandeses, austriacos y suecos en la década del veinte.
Para mí, su definición es así: hasta aquí llego, necesito un recreo, un asueto, un disco pare, un antes y un después en mi vida. Es también la ilusión de que habrá un cambio, un tiempo sin tiempo y un lugar para nuevos recuerdos. Para algunos es un espacio distinto, de desconexión absoluta -lo que es cada vez más difícil con la llegada de Internet- y para otros, como yo, de semi desconexión. Viajaré con mi computador, pero realizaré un cambio de ritmo y de entorno, me sentiré en “vacare”. Si bien, me cuesta estar todo el día en la playa, este año estoy muy entusiasmada con el panorama de conocer otras latitudes, de vivir sin compromisos, de no tener que organizar ningún tipo de paseo.
¿Quiénes de ustedes salen de vacaciones? Para los que viven en el hemisferio norte, estos meses son de plena época laboral. Quizás alguno, mis queridos suscriptores, tenga la oportunidad de escaparse, ¿o me equivoco?
Mis recomendaciones
- Una novela: Job, historia de un hombre sencillo (Acantilado) de Joseph Roth. Estoy segura de que el protagonista de esta novela no conocía ni siquiera la palabra vacaciones. Mendel Singer es un profesor que por un motivo u otro debe abandonar su pueblo en Zuchnow (Europa oriental). En esta novela, Joseph Roth indaga sobre el libre albedrío, la fe, la figura del padre y la patria, entre otros muchos temas. Podría contarles bastante, pero este espacio se me hace corto. Hace un tiempo hice un taller de lectura sobre esta novela. Es una joya.
- Una película: Adiós señor Haffmann (Fred Cavayé, Netflix) es la historia de un joyero parisiense y su familia, sobre cómo intentan sobrevivir escondidos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Haffmann hace un pacto con uno de sus empleados para mantenerlo resguardado en el sótano de la joyería. Buen cine.
Mis momentos
- Fui feliz: Conversando con mi sobrina y su pololo (así le decimos a los novios en Chile) en shabat sobre lo que aprendimos en la semana. Como familia tenemos la tradición de cada viernes contar algo que hemos aprendido. Se los recomiendo para su mesa del fin de semana. También contamos sobre algo malo y bueno que nos sucedió.
- Algo que aprendí: Hemos perdido nuestra capacidad de concentración a niveles insospechados. El 2004 más menos, nos concentrábamos por un tiempo cercano a los dos minutos y hoy ¡solo 48 segundos! Es realmente una tragedia y soy parte de ella. Debería poner un cronómetro y ver cuánto duro sin mirar WhatsApp, el correo o Instagram.
- Estoy agradecida: Del aire acondicionado ¿alguien que vive en Santiago entiende a lo que me refiero? De todas formas, no soy tan fanática de esta tecnología pero parece que con tal verano me he rendido a sus beneficios.
Lee. Escribe. Crea con vacaciones.
Karen.
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