Oda a los libros en papel #134
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Queridos amigos,
Les prometo que lo he intentado, mucho más de lo que ustedes se imaginan, pero no puedo resistirme a leer en papel y entiéndame, leo bastante, entonces lo más práctico sería rendirme por el digital. Pero no, definitivamente él y yo vivimos en planetas distintos. Y debo aceptar que no contribuyo a disminuir la huella de carbono con tanto papel en mi biblioteca.
Estuve averiguando y supe que el primer libro digital nació en 1971 con el proyecto Gutenberg y la digitalización de la “Declaración de Independencia de los Estados Unidos», de ahí no paró más, y el primero de ficción digitalizado fue Alicia en el País de las Maravillas del inglés Lewis Carroll. Debió ser bien aburrido leer Alicia en la pantalla de los computadores de la época, todo más lento y sin tantas opciones como ahora: tamaño y tipo de la letra, espaciado y subrayado, ¿alguna otra posibilidad?
Tengo un Kindle y son muy pocos los que he terminado en el dispositivo, el más importante Los Miserables, de Víctor Hugo (que también compré en físico). La sensación de tenerlo en las manos, de que salga ese olor a fresco y crujiente (esto es una consecuencia de la tinta y de los químicos que se adhieren durante el proceso de impresión), es increíble. Si es antiguo, el aroma se vuelve completamente distinto, me recuerda a la vainilla. Todo eso y más lo perdemos en digital, homogeneiza la experiencia. Considero que leer, y pido disculpas por ser tan purista, es más que la experiencia de enfrentarse a unas letras sobre un papel o una pantalla, es una inmersión absoluta de trescientos sesenta grados, te envuelve por completo. Sin duda, que es genial estar acostado y no molestar a tu vecino de cama, o no tener que lidiar con el peso. Por ejemplo, si estás sobre el costado derecho, ¿es más incómodo leer la página de la derecha?, ¿o es al revés?, ¿cuál es tu experiencia?
Tengo memoria visual y si en mi casa no tuviera libros, ¿cómo sabría lo que he leído?, ¿cómo podría compartirlos? Soy bien poco dada a prestarlos, porque son mi compañía, ocupan un espacio dentro de mi hogar, poseen carácter, individualidad y todo esto se anula automáticamente cuando los metemos en un aparato, estamos igualando lo que debería ser único. Los que más se han bajado en digital son justamente del tipo que no he leído, Los pilares de la tierra de Ken Follet o Inferno de Dan Brown, también especialmente largos.
Reconozco que es un problema tener tanto apego al libro físico, sobre todo cuando viajas. La otra semana partiré de vacaciones y deberé decidir cuáles me llevaré. Ya veo que tendré discusiones familiares por el peso que voy a transportar. Igual llevo mi Kindle que está integrado al iPad, pero eso no me asegura nada. No me voy a rendir, yo viajo con libros y si alguien tiene problemas con eso, que lo diga hoy o calle para siempre, porque yo leo en papel.
Mis recomendaciones
- Una película: Bajo el sol de la Toscana de Audrey Wells, Netflix. Quiero dejar algo claro: es una película muy liviana y no es cine arte ni nada por el estilo, pero me entretuve mucho (aunque los clichés volaban por el televisor). Está basada en el libro del mismo nombre, y se trata de la historia de una escritora, que devastada por su divorcio, viaja a la Toscana.
- Una novela: Kentukis de Samanta Schweblin, esto es todo lo contrario a la película que mencioné, porque te sumerge en el mundo de la tecnología y de cómo podríamos llegar a convivir con robots. Su invención, estos Kentukis, me los imagino como los gremlins, que se podrían convertir en tus mejores amigos y también te podían espiar. Vale la pena leerlo porque te remueve el piso y está muy bien escrito. Es una buena lectura.
Mis momentos
- Estoy agradecida: De poder compartir con mis amigas en la playa.
- Aprendí: Gracias a mi hijo Simón me enteré que los aviones supersónicos están reviviendo gracias a que la Nasa logró solucionar ciertos aspectos fundamentales. El ejemplar que bautizaron “X plane”, tenía antiguamente un ruido tan estridente por la velocidad que era capaz de romper vidrios. Con todos estos cambios y avances lograron hacerlo más silencioso.
- Fui feliz: Viendo la película El sol de la Toscana, hace tiempo que no veía algo así. De verdad, qué relajo.
Lee. Escribe. Crea con libros en papel.
Karen.
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