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Oda a las papas fritas #133

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Oda a las papas fritas #133

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    Queridos amigos,
 
        Siempre intento, en ese afán tan universal de mantener el cuerpo sano y tener una vida saludable,  de ser estricta con las cosas que como, pero reconozco que, si estoy ante una papa frita, todo mi discurso se va al tacho de la basura, y sobre todo si el sabor es barbecue, que en español me imagino sería ahumado.

        El problema parte cuando estoy al frente de una y me prometo que solo voy a comer eso, solo una. Sé que me estoy engañando, porque cuando empiezas ya no es una o dos, sino que pierdes la cuenta. La cuestión es que el sabor es una delicia, dulce pero salado, el crunch que nace al mascar la delgada hojita de papa es una sinfonía. No tengo idea cuándo probé una por primera vez, pero se han convertido en unas delicias dignas de la dieta gringa, una pésima costumbre. Más bien, el sabor de la adicción. Terminas con un ejemplar y sigues con el siguiente, luego la otra, un poco de bebida y de nuevo otra, qué rica combinación. Lo mejor es chuparse los dedos, literal, introducir cada uno en la boca y saborear el resto del sabor artificial, ¿quién podría creer que son naturales? Es pura comida procesada con ingredientes que apenas los podemos pronunciar, no tengo idea lo que es la maltodeztrina, los diglicéridos o el sabor del inopinado disódico, pero estoy segura de que papas no son.

        Tampoco son elegantes, ¿te imaginas a la reina Isabel, que en paz descanse, comiendo papas fritas de bolsa? Así la he visto en la serie The Crown, con sus vestiditos de colores fuertes y guantes, pero ¿comiendo una Lay´s? Reconozco que nunca abro un paquete, por lo que no entraría en la categoría de adicta en Alcohólicos Anónimos, que establecen que uno es alcohólica cuando bebe sola. Bien por mí.
Obvio que su valor nutricional es nulo, son las llamadas “Empty Calories” que en español podríamos decir “calorías nulas”, tienen minerales, pero no de los buenos; mucho, mucho sodio, cero energía y harto proceso industrial. Es decir: cero beneficio, solo el disfrute y estar cometiendo un delito sin matar a nadie. El sabor se me queda pegado en la boca, mi paladar se pone sensible como si me fuera a salir una herida. Pero mal que mal, si lo pienso, son un alimento puro porque las como solo porque son ricas y me gustan, ¿a ti?

        Ojalá le hubiese preguntado a Catalina Infante, una gran escritora chilena, si le gustaban las papas fritas con sabor barbecue, pero la verdad, no era pertinente porque conversamos de cosas mucho más importantes, como su oficio de escritora, a qué horas escribe y por qué se fue a vivir al campo durante la pandemia. Te invito a escuchar la entrevista en Espiral.

 
#98 Entrevista a Catalina Infante
 
Les cuento una novedad, abrí un canal YouTube en el que iré subiendo los vídeos de los podcast y de las recomendaciones que estoy haciendo en Instagram. Agradezco también a Niky, que la semana pasada, en respuesta a Oda al yoga, me contó que en YouTube están dos profesores de yoga muy importantes: Baruc (mexicano) y Xuan Lan (francesa), les paso el dato por si quieren ir a mirar a los gurúes de esta disciplina.

Mis recomendaciones

  • Una serie: Bueno, si ya hablé de la reina Isabel habrá que seguir con ella. Estoy viendo la última temporada de The Crown que de verdad, si no supiera qué sucedió en la vida real, pensaría que es una gran teleserie, una soap opera de lo más fina. Lo que más me gusta es, que al igual que las papas fritas, lo veo por el puro gusto de pasarlo bien. Y eso es genial.
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  • Una novela: Los nombres propios de María Jiménez Serrano, publicado por Sexto Piso. No te vas a arrepentir de leer esta historia de una niña que narra su propia infancia pero siempre de la mano de su amiga imaginaria, Belaundía y lo hace con maestría, siempre le creemos. Lo bueno es que nos conectamos con nosotros mismos y nos preguntamos cómo habrá sido nuestro propio amigo imaginario y cuándo lo perdimos. En la segunda parte de la novela, vemos a la protagonista mayor, con los propios desafíos de crecer e independizarse de los padres. Te la recomiendo.

Mis momentos

  • Estoy agradecida: De que al fin encontré duraznos conserveros grandes, bien amarilloscomo a mí me gustan: dulces.
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  • Aprendí: Me quedé sorprendida escuchando un podcast de historia en el que contaban sobre Adolf Hitler, que si bien dicen que era brillante por todo lo malo que fue, también era flojo. Sí flojo. Le costaba levantarse de la cama y además era hipocondríaco, y para mejorarse de los dolores crónicos de estómago bebía aceite para limpiar armas.
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  • Fui feliz: Sacándome fotos para mi próxima novela y jugando un poco con el click de la cámara del fotógrafo David Gómez. Te dejo una que me sacó para uso personal y que creo  que ocuparé para mi website karencodner.com

 

Karen Codner

Lee. Escribe. Crea con papas fritas.

Karen

 

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