Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

#76 Agosto: Una carta por día

Escuchame en:

Comparte en tus redes

🎧 Escucha mi podcast aquí 👇

Hola, hola ¿cómo estás? Te doy la bienvenida al programa #76 de Espiral, tu podcast de literatura y creatividad. Hace unos días comencé un reto personal: escribir una carta diaria durante agosto. ¿Por qué? No lo sé, me dieron ganas de sentirme un poco como en el siglo pasado y recuperar esa intimidad del papel y del lápiz. No ha sido fácil porque me salté unos días y es todo un trámite mandarla. Ya no es como antes que había buzones en cada esquina de la ciudad.

Recuento personal

Hoy cuando grabo este episodio, este viernes en la tarde, lo hago con 25 kilómetros de trote en el cuerpo. Los corrí muy temprano y si bien apenas sé lo que digo por lo cansada, estoy feliz. Por una parte logré mi récord personal y por otro, lo hice con una gran compañía, mi sobrina, Emilia, harto más joven que yo y mi prima de la que leeré un extracto de una carta que tengo de ella cuando vivía en Venezuela.

Esta semana finalizó el taller de lectura de “Los rusos” y siento que fue una aventura mayor. Cuando me propuse hacer este taller de verdad ignoraba por completo lo que implicaría, fue casi, ahora lo veo así, una locura. Pero claro que valió la pena, las 14 alumnas quedaron felices y la verdad, que yo, la profesora aún más. A mediados de este mes comenzaré con otro taller de lectura que será en torno a novelas que aborden la relación de padres e hijos. Y por fin tendré alumnos hombres, lo que aportará muchísimo a la discusión, la enriquecerá.

Finalizamos el taller de «Los Rusos»

¿Quién dice “yo? Mándame alguna foto en la que aparezcas con tu librería favorita o alguna que hayas descubierto en un viaje. Las iré publicando en las redes y con ello, aportarás a que muchos se enteren cuales conocer. Marcela y Silvana ya lo hicieron, Verónica Waissbluth también, envíamela a mi correo karen@karencodner.com o por mensaje directo en Instagram.

Recuerda compartir tu librería o biblioteca favorita

Vamos al programa de hoy, al 76: Agosto: una carta al día

Escribir una carta al día es difícil dadas las condiciones actuales del mundo ¿para qué? ¿por qué? Ojalá pudiera entregarte una respuesta que te sorprenda, pero creo que lo más sencillo es decirte: porque quiero. Llevo unos cuantos días y me dejo llevar, no planeo mucho. Pero un inconveniente es que hoy ya no tengo las direcciones a mano, ¿para qué? Es decir, si tienes el número de teléfono, el correo electrónico e incluso sin eso, los puedes contactar por las redes sociales. Por ello el universo de los que receptores a los que les mando se me limita. Estuve buscando también ese papel bien fino, delgadísimo con el que solíamos mandar las cartas pero ni siquiera en Mercado Libre di con él. Fui a una librería, tampoco. Compré estampillas para un mes. Cada una sale 500 pesos chilenos que es como medio dólar y si quiero enviar al extranjero deberé ocupar dos. Todavía no tengo respuesta de ninguno a los que mandé, uno es al dueño de la librería Lolita, Francisco Mouat a quien entrevisté al comienzo de Espiral en el episodio 16 y a Ana María del Río, una gran escritora chilena que me apoyó mucho en la escritura de la novela La primera noche de mi vida que está ahora a la espera de las editoriales. También a mi prima Debbie.

Las cartas comenzaron en Mesopotamia y en Egipto y en el siglo XVIII hubo un boom de novelas epistolares, es decir, novelas basadas en la correspondencia. Si te interesa el tema puedes encontrar mucha información en el libro Escribir cartas, una historia milenaria, de Armando Petrucci. Él cuenta que las primeras cartas circularon alrededor del mar Mediterráneo, con eje en Grecia, luego a Roma y entre medio a Egipto. Primero fueron hechas sobre tablillas y luego en pergaminos. El género epistolar es el arte más humano, que hunde sus raíces en el amor a los amigos. O lo que apuntó, en el siglo IV, un autor llamado Demetrio: “Todo el que escribe una carta lo hace como imagen de su propia alma. En todas las formas de discurso puede apreciarse el carácter del escritor, pero en ninguna tan claramente como en la epistolar”. Emily Dickinson menciona: “Una carta te hace sentir inmortal, porque es solo la mente del amigo, sin el cuerpo”, aunque Katherine Mansfield le escribió una vez a un amigo: “Esto no es una carta, son mis brazos rodeándote un momento”. Si alguien quiere escribirme un día una carta en papel, que sepa que me hará feliz.

«Escribir cartas, una historia milenaria» – Armando Petrucci

¿Qué perdimos al dejar de escribir cartas? De acuerdo a un reportaje de Letras Libres el lamento de esta perdida tiene exactamente un siglo. Lo publicaba la Yale Review, de Estados Unidos, en enero de 1919: “Algunos culpan al teléfono, a la máquina de escribir, al telégrafo o al ferrocarril”, señalaba la revista. “Otros dicen que el arte se perdió con la pluma de ganso. Pero la mayoría achaca la pérdida al moderno arte del ocio”. Y Algunos podrían pensar que el declive fue con Internet pero no, fue con la masificación del teléfono, las personas disminuyeron el envío de correspondencia, es natural.

En un artículo de lo más interesante de un suplemento de el diario El País, me enteré de iniciativas cercanas al envío de epístolas. Por ejemplo, existe lo que se llama “el correo caracol” o “snail mail”. El correo caracol es el que se envía por servicio postal tradicional, el lento, en contraste con el email instantáneo, los más viejitos, los jóvenes no se si tanto. Me gusta mucho Marion bcn o en realidad, su nombre no virtual, Raquel. Es una española que vive en Suecia y se inició en este hobby gracias a lo que mundialmente se conoce como Penpal que vendría a ser un amigo que escribe, una red social abocada a las cartas. ¿Cómo funciona? Uno se inscribe, sin costo, y vas eligiendo de acuerdo a un perfil el tipo de destinatario que desea. Me da la sensación que con el auge de Instagram también vinieron las posibilidades potenciar este tipo de comunicación a la antigua.

Es interesante lo que está haciendo la argentina Aniko Villalba con su cuenta escribirme.blog . Ella es muy activa y tiene varios cursos sobre cómo escribir más y mejor y recién lanzó un nuevo boletín en el que te ofrece enviarte cartas virtuales sobre la escritura, creatividad y slow travel, que es como viajar más despacio. Ella vive en Ámsterdam, pero sigue conectada al mundo de habla hispana.

Otro que te puedo aconsejar es “Cartas notables” que inicialmente era radial que se sigue transmitiendo en la radio chilena Duna, conducido por Bárbara Espejo hace más de una década, tiene una buen archivo y lanzó un podcast con ellas. Te invito a visitar la transcripción de este y de todos los anteriores, donde no solo encontrarás las direcciones de estas cuentas sino información adicional con otros que se decían a este arte. Acuérdate, visita mi sitio de Internet www.karencodner.com  para encontrar los links. Y te invito a mandarme mensajes y correos electrónicos y a ponerme alguna estrellita a donde sea que estés escuchando Espiral. 

Hace poco fui a una exposición de la vida de Vincent Van Gogh que desgraciadamente cierra ahora, el otro fin de semana en Santiago de Chile. Ahí me enteré que Vincent se carteó con su hermano Theo, durante 18 años y se mandaron cerca 900 misivas. Theo fue fundamental, no solo su soporte económico sino que emocional. ¿Qué habría pasado en la era lo instantáneo? ¿Cómo nos habríamos enterado de la vida del gran pintor y sus tormentos? Algunos me podrán decir que por medio de Tik Tok o bien, del correo electrónico, Instagram, Twitter, pero insisto, no generan el mismo grado de profundidad e intimidad. Quizá en los primeros momentos de cada interfaz, pero nada, nada se compara al soporte físico. Mira esta carta que le escribió Vincent a Theo:

Carta 1:

“Mi querido Theo: Agradezco tu carta; pero si vieras que me he debilitado mucho en esta ocasión: el dinero se me terminó el jueves, así que esperar hasta el medio día del lunes, resultó horriblemente largo. Llevo cuatro días viviendo gracias a 23 cafés y al pan que aún debo. No es tu culpa, en todo caso, es mía, porque estoy desesperado por ver mis cuadros enmarcados y he pedido demasiado para mi presupuesto, debido a que la criada y el mes de alquiler, también tenía que pagarlos. Incluso hoy me arruinaré de nuevo, porque igualmente debo comprar la tela y prepararla yo mismo, ya que la de Tasset no ha llegado todavía. ¿Podrías preguntarle lo más pronto posible si ya la ha enviado? 10 metros o mínimo cinco de tela común a dos francos con 50 centavos?”

Carta 2:

“Querido Theo:  ¿Qué puedo contarte de nuevo?; no mucho. Estoy preparando dos paisajes (telas de 30), de vistas tomadas en las colinas; una es la campiña que veo desde la ventana de mi habitación. En primer plano, un campo de trigo asolado y tronchado, después de una tormenta. Una tapia y del otro lado, el gris verde de algunos olivos, cabañas y colinas. En fin, en lo alto de la tela, una gran nube blanca y gris sumergida en el azul. Este es un paisaje de una simplicidad extrema –también en cuanto a los colores. Esto haría juego con ese estudio de mi habitación que está deteriorado. Cuando la cosa representada, en tanto que estilo, es una y está perfectamente de acuerdo con la manera de representarla, ¿no estriba en eso la permanencia de algo de arte?”

«Cartas a Théo» – Vicent Van Gogh

Ahora me pregunto hoy ¿cuál habrá sido la última carta que escribí? ¡Cómo saberlo! Pero con certeza sé que en 1994 los fax ya estaban en boga, y en 1992 le mandé a mi novio, es decir a mi actual marido, varias cartas a España. Estaba trabajando en las olimpiadas de 1992 en Barcelona. Tengo guardadas varias. Sobre todo de cuando fui al viaje de estudio a Israel y mi familia me escribió bastante. También otras de mi prima de Venezuela y muchos recuerdos de tarjetas de amigas. Las cartas en algún momento en el cajón de los recuerdos se mezclan con los fax. Para los que me están escuchando y son de otra generación, los fax son una especie de carta pero instantánea, que vino a debutar por 1993 en las casas y las oficinas, y sobrevivió bastante bien instalamos una cajita parecida a las impresoras, y ponías el papel adentro, y lo enrollabas, marcabas un número de teléfono hasta donde querías que llegara, y tenía que tener el remitente. Y bueno, funcionó súper bien hasta que vino el correo electrónico, seguramente haré un capítulo con los primeros correos electrónicos. Me gustó esto de leer ciertas cartas, mira las cartas curiosas que encontré:

Carta 3:

“Remite: Patrick Hitler (sobrino de Adolf)

A: Franklin D.Roosevelt, presidente de Estados Unidos

Datación: 3 de marzo de 1942

(Acá cito para entender la carta, el sobrino de Adolf Hitler, huido de la Alemania nazi en 1939, intentó alistarse en el ejército norteamericano pero su solicitud fue denegada a causa de su parentesco, por lo que escribió al presidente Roosevelt, que finalmente aceptaría su incorporación a filas).

 “Estimado señor presidente (…) Soy el sobrino y único descendiente del desacreditado canciller y líder de Alemania que tan despóticamente pretende hoy esclavizar a los pueblos libres y cristianos del mundo entero (…) Pronto todos mis familiares y amigos marcharán en defensa de la libertad y la decencia bajo la bandera de las barras y estrellas. Por este motivo, señor presidente, le presento respetuosamente esta petición para preguntar si me sería permitido sumarme a ellos en su lucha contra la tiranía y la opresión (…) Cuando escapé del Reich, en 1939, me convertí en súbdito británico. Vine a Estados Unidos con mi madre, irlandesa, principalmente para reunirme aquí con mis familiares (…) Los británicos son isleños y, pese a su amabilidad y buena educación, tengo la impresión, errónea o acertada, de que a la larga no se mostrarían demasiado cordiales o comprensivos con un individuo que llevara mi apellido (…) En cuanto a mi integridad, señor presidente, solo puedo decir que es una cuestión probada (…) Prófugo de la Gestapo, advertí a Francia a través de la prensa de que Hitler tenía previsto invadirla ese mismo año. De igual modo, puse sobre aviso al pueblo británico por los mismos medios de que la llamada “solución” de Múnich era un mito que traería terribles consecuencias. A mi llegada a Estados Unidos, informé de inmediato a la prensa de que Hitler soltaría su Frankenstein contra la civilización ese año. Aunque nadie prestó la menor atención a lo que decía (…) Lo que más me gustaría sería participar en combate lo antes posible (…) Lo saluda respetuosamente, Patrick Hitler”.

Carta 4:

Remite: Ray Bradbury

A: Brian Sibley

Datación: 10 de junio de 1974

(Contexto: El escritor de ciencia-ficción respondía a su colega británico Sibley acerca de sus miedos a los robots y al universo Disney)

 “Apreciado Brian Sibley (…) Disney era un soñador y un hombre de acción. Mientras los demás hablábamos del futuro, él lo construía. Las cosas que nos enseñó en Disneyland sobre planificación de calles, movimientos de multitudes, comodidad, humanidad, etc, influirán a constructores, arquitectos y urbanistas durante el siglo que viene. Gracias a él humanizaremos nuestras ciudades, volveremos a planificar ciudades pequeñas en las que podremos relacionarnos otra vez entre nosotros y poner en marcha un funcionamiento creativo de la democracia porque podremos votar a alguien CONOCIDO. Estaba tan adelantado a su tiempo que para darle alcance nos faltan todavía cincuenta años. TIENES que venir a Disneyland, comerte tus palabras, tragarte las dudas. La mayoría de los demás arquitectos del mundo moderno eran burros y estúpidos que hablaban contra el Gran Hermano y luego construían prisiones en las que meternos a todos (…) Ese ambiente moderno que nos reprime y nos destruye. Disney, el supuesto conservador, resulta ser Disney, el gran previsor y constructor. Basta. Ven pronto. Te montaré en el Barco de la Jungla y subiremos al tren del mañana, el ayer y el más allá. (…) Con mis mejores, deseos, Ray B.”

Carta 5:

Elvis Presley se ofrece a Nixon como agente antinarcóticos

Remite: Elvis Presley
A: Richard Nixon, presidente de Estados Unidos
Datación: a bordo de un avión a Washington, 21 de diciembre de 1970


(Contexto: El cantante se ofrece a Nixon como agente de la oficina de Narcóticos y Drogas Peligrosas, en realidad porque ansiaba tener esa placa, ya que coleccionaba insignias policiale y la consiguió).

 “Estimado señor presidente: (…) Soy Elvis Presley y le manifiesto mi admiración y el profundo respeto que me merece su cargo. Hace tres semanas hablé con el vicepresidente Agnew en Palm Springs y le transmití mi preocupación por nuestro país. La gente del mundo de las drogas, los hippies, el SDS (Students for Democratic Society), los Panteras Negras, etc, no me consideran su enemigo o, como lo llaman ellos, el establishment. Yo lo llamo América y lo amo. Señor, puedo ayudar a mi país, y para ello haré cuanto esté en mi mano (…) Puedo hacer más, y lo haré, si actúo como agente federal por mi cuenta, y echaré una mano a mi manera, comunicándome con personas de todas las edades. Antes que nada, soy artista, pero sólo necesito una acreditación como agente federal (…) He estudiado a fondo el consumo de estupefacientes y las técnicas comunistas de lavado de cerebro, me encuentro en medio del meollo y puedo hacer un gran bien y lo haré (…) Me encantaría que nos viéramos para poderlo saludar, si no está demasiado ocupado. Con mis respetos, Elvis Presley”.

Elvis Presley y Richard Nixon

Carta 6:

Einstein sí creía en Dios

Remite: Albert Einstein
A: Phyllis
Datación: 24 de enero de 1936
(Contexto: Respuesta del físico a una niña que le preguntó “¿Rezan los científicos?”

 “Estimada Phyllis: (…) Los científicos creen que todo cuanto sucede, incluidos los asuntos de los seres humanos, se debe a las leyes de la naturaleza. Por consiguiente, un científico no tenderá a creer que el curso de los acontecimientos pueda verse influido por la oración, es decir, por la manifestación sobrenatural de un deseo. No obstante, hemos de admitir que nuestro conocimiento real de esas fuerzas es imperfecto, de manera que, al final, creer en la existencia de un espíritu último y definitivo depende de una especie de fe. Es todavía una creencia generalizada incluso ante los logros actuales de la ciencia. Al mismo tiempo, todo aquel que se dedica seriamente a la ciencia termina convencido de que algún espíritu se manifiesta en las leyes del universo, un espíritu muy superior al del hombre. Así, la dedicación a la ciencia conduce a un sentimiento religioso un tanto especial, sin duda muy diferente de la religiosidad de alguien más cándido. Saludos cordiales, A.Einstein”.

El año pasado en una librería en el pueblo de Park City encontré un libro que recopilaba cartas enviadas a las madres. Después descubrí que el autor, Shaun Usher ha hecho un trabajo invaluable en recuperar los testimonios escritos, la correspondencia, lo epistolar en un lenguaje más culto. Es precioso y además ha hecho otro tipo de recopilaciones en torno a temas más específicos como el dolor, a los padres, sobre los perros y el espacio, entre otros. Aquí una genial que traduje de la madre de Winston Churchill que le escribe para llamarle la atención por su mal desempeño escolar:

Carta 7:

12 de junio de 1890

«Querido Winston: Te estoy mandando esta carta con Everest (su nanny) quien verá cómo vas. Me encantaría ir yo misma pero tengo tantas cosas que hacer antes de la fiesta de Ascot de la otra semana que no es posible. Tengo mucho que decirte, y temo que no será de tu agrado. Tú sabes querido cuánto odio encontrar falencias en ti, pero no puedo callarme esta vez. En primer lugar tu padre está furioso contigo porque no le agradeciste el regalo de 5 pounds durante una semana y después le mandaste una carta cualquiera.  Tu informe escolar -el que estoy adjuntando aquí- verás que es muy malo (subraya el muy). Trabajar de un modo tan desarmonioso que saldrás muy mal. Tan solo mira el lugar en el que apareces en el informe. Tu padre y yo estamos más decepcionados de lo que podemos expresar. Si solo tuvieras un mejor lugar y fueras más metódico podría intentar encontrar una excusa. Querido Winston, me haces muy infeliz. Tenía tantas esperanzas sobre ti y me sentía muy orgullosa y ahora todo se ha evaporado. Mi único consuelo es que tu conducta es buena y eres un hijo cariñoso, pero tu trabajo insulta tu inteligencia. Si solo delinearas un plan de acción y lo llevaras a cabo, estuvieras determinado a hacerlo, estoy segura de que lograrías cualquier cosa que te propongas. Tu gran enemigo es tu propia terquedad. No diré nada más, pero Winston eres lo suficientemente adulto para ver lo grave que es la situación para ti y cómo te afectará en tu desempeño toda tu vida. Detente y piensa por ti mismo y hazte cargo antes de que sea muy tarde. Tú sabes mi querido niño que yo siempre estaré para ayudarte en la medida que pueda. Tu querida, pero preocupada, madre”.  

Carta 8:

19 de junio 1890

“Querida mami: No te he escrito hasta ahora porque ahora puedo hacerlo en extenso. No intentaré excusarme por no trabajar duro, porque sé que una cosa y la otra, he sido flojo. Consecuentemente cuando el mes terminó y tuve el reporte tomé conciencia. Eso ya sucedió hace más de tres semanas y en los próximos meses me comprometo tener un buen desempeño porque tendré que rendirle diariamente al señor Davidson y llevárselos dos veces en la semana mi informe. Sobre que no respondí de inmediato la carta de papá, lo hice en la tarde y se la di a Page para que la pusiera en el buzón. No pude hacerlo yo mismo porque ya habían cerrado y no podía salir. Supongo que él olvidó enviarla y lo hice muchos días después. Mami, te puedo decir que tu carta me llegó profundamente. Aún hay tiempo para el final del semestre y haré mi mayor esfuerzo en lo que resta. Adiós. Con amor, tuyo. Winston. S. Churchill”.

¿Quién lo diría, el futuro primer ministro de Gran Bretaña, Premio Nobel de Literatura, el que tuvo la fuerza y el coraje de enfrentar a los nazis no cumplía con la expectativa de sus padres? Todos los que me escuchan, todos los que somos padres y tenemos hijos que les ha costado, miren donde pueden llegar, ¿o no?

Winston Churchill y su madre, Lady Randolph Churchill

Ahora te leeré algunos extractos de las cartas que tengo guardadas en este baúl de los recuerdos, que cada tanto reviso. Tal como te conté al comienzo, corrí hoy con mi prima Debbie y ella, vivió en Venezuela hasta los veintitantos y ya casada y con una hija, se asentó en Chile. Desgraciadamente la carta no tiene fecha y el papel está amarillo, la transcribí tal cual, no quise editarla.

Carta 9:

“Karen: Hola ¿cómo estás?, espero que bien. Sabes que me quitaron el yeso el 21 de septiembre. Como te ha ido en el colegio, espero que bien. Sabes que ya comencé clases y me tocó con una profesora súper…estricta pero por suerte me toca con todas mis amigas del año pasado y me tocó con un profesor súper bueno. ¿Cómo están todos por allá? ¿La Miriam como esta? ¿Un poquito mas grande? Karen yo quiero que nos escribamos sin parar o sea espero que me escribas apenas recibas esta carta. Quiero que en la próxima carta me mandes una foto tuya y si puedes también de tus hermanas y de tus padres. Esta letra te va a parecer rara porque te estoy escribiendo esta carta en la computadora. Bueno no tengo nada mas que decirte te digo. Chao. Firma Debbie”

Esta próxima carta del programa de hoy me la mandó mi mamá cuando yo estaba en el viaje de estudios en Israel, en 1990.

Carta 10:

2 de enero 1990

“Querida Karen: ¡Feliz año! Medio “rasca” el papel pero te escribo para que tengas noticias nuestras rápidamente. No nos enteramos hasta la tarde del impasse de la partida del avión. Solo cuando llamamos a la tía Isabel, nos entramos y no nos alteró mucho. Por un lado mejor no haber estado porque había histeria colectiva con todas las “idishes dotes” (mamás judías) gritando pero el hecho es que quedamos nerviosos para el resto de la tarde. Hizo cualquier calor. El año nuevo no pudo ser más fome, estuvimos súper temprano con la Denise y Jaime y nosotros después esperamos las 12 y a las doce y media ya estábamos acostados. Lo único que a las dos sonó el teléfono, era la tía Clary y casi nos dio un infarto pensando en el avión. Ayer nos quedamos todo el día en la piscina y después fuimos donde el tío Nils. Ahora estoy en la oficina organizando el nuevo año. El papi fue donde la Irene a buscar el itinerario. Chao, Karenushky y te voy a escribir bien seguido cartitas cortas. Te echamos de menos y ojalá lo estés pasando muy bien. Feliz año, besotes de quien te quiere, Perla.”

Podría seguir leyéndote cartas pero todo tiene un fin. Querido auditor, querida auditora he disfrutado mucho investigando para este programa y lo más lindo es recuperar recuerdos que están escondidos en unas cajas en mi clóset. ¿Cuántas cartas debo de haber desechado? ¿Qué perdimos al dejar de escribirlas? No se, cada uno lo sabrá. Ahora me preocupo con los correos electrónicos y los WhatsApp de respaldarlos, ya sea en una carpeta o bien en Evernote.

Lee. Escribe. Crea.

Chaooooo.

¿Te gusta escribir pero no sabes cómo comenzar?

Portada libro Cuaderno de escritura

Gracias!

Abajo encontrarás el enlace de descarga: