Querid@ amig@:

A partir de hoy el boletín saldrá los domingos. Espero que este cambio día (antes era lunes)  sea un cambio beneficioso. 

Hace unos años decidí que mi principal canal de difusión sería Instagram, me gustaba mucho combinar la fotografía con la posibilidad de escribir. Twitter no es lo mío y Facebook que nunca me ha gustado mucho. En eso apareció Tik Tok y no me quise sumar a esa plataforma. Así, con trabajo y planificación veía que mis publicaciones llegaban a más y más personas. Pero algo sucedió en las últimas semanas y vi un estancamiento. Pensé que era un fenómeno personal hasta que me enteré que Instagram había modificado su política de alcance y por ende su algoirtmo, privilegiando el contenido de vídeos y reels, abandonando la fotografía que fue su gran sello distintivo desde su inicio. 

Dedico muchas horas para generar un contenido significativo y es frustrante comprobar lo que muchos me habían advertido: no estés al servicio de otros que de súbito deciden cambiar su modelo de negocio. Instagram es el nuevo TikTok, es decir, el video se ha convertido en su principal producto. Esto no tiene nada de malo, están en su derecho y pueden cambiar las reglas si así lo desean, pero no por eso me gusta ni tendré que hacerles una reverencia. De súbito se les ocurre cambiar las reglas del juego y uno, como un manso león, debe aceptarlo. 

Si quiero más alcance, la única manera sería pagando aún más por publicidad.  ¿Dónde quedamos los pequeñísimos empresarios, artistas con nuestra difusión?  Lo repito, nadie me obliga, pero a momentos se siente como un trabajo a tiempo completo en el que tu empleador te quiere echar y lo hace sin decírtelo de frente. 

Para los que no cultivan este deporte es difícil de comprenderlo, pero siempre queda la opción de ver buenas películas y documentales con un café y un buen chocolate.

También te echan la culpa, porque solo uno es el culpable de que el contenido alcance un número menor de usuarios. Todo es culpa de uno y nada de ellos:  si tienes unos cuantos likes, es tu culpa, no nuestra. Si no alcanzas los miles de seguidores, también es tu culpa porque tu contenido interesa poco. Si no te dejan comentarios, si no haces suficientes reels o no estudias bien cómo llegar a una audiencia mayor, es tu culpa. La solución a todo esto es pagar por publicidad o bien, rendirte a lo que ahora es correcto (video). Así tendrás impacto.  Pero ¿qué pasa si haces todo esto y aún así tus métricas son malas? Es tu culpa, eres tú el que lo hace muy mal. Alguien me podría sugerir “qué tanto, haz el vídeo de unos segundos y ya, qué tan distinto a una foto”.

En la revista Vogue salió hace unos días: “Instagram está revirtiendo algunos de los cambios controvertidos en su pantalla y algoritmo en respuesta a una reacción cada vez mayor contra su impulso al video de formato corto. Pero los analistas creen que los cambios son inevitables ya que las plataformas sociales compiten por los ingresos publicitarios y los usuarios buscan cada vez más entretenimiento de video en línea”. 

Scott Schuman tiene la cuenta The Sartorialist, es fotógrafo, con 1,1 millón de seguidores. Él ha cultivado una comunidad en línea muy unida y positiva en la plataforma. Dijo a Vogue: “Todo cambió durante el último año (..) Como creador, ya no sientes que tienes control sobre tu comunidad, lo que estaban viendo y lo que estabas mirando de las personas que sigues”.

En fin o me sumo al nuevo TikTok o me iré despidiendo de Instagram. Algunos han cambiado el tipo de publicaciones, pero para mí es un gran inconveniente. Una sola vez vi TikTok. No estoy dispuesta a vender mi alma al diablo y convertirme en la cara de mis publicaciones constantemente. Incluso cada jueves me cuesta publicar una foto donde yo aparezco. Aunque suene contradictorio, Instagram hoy me está haciendo la vida más fácil, porque de a poco estoy disminuyendo mi dependencia con ellos y me permite  enfocarme en lo que sí me gusta y disfruto: el boletín y el podcast Espiral. Me alejaré de la dictadura del algoritmo, de las decisiones empresariales que solo les preocupa hacer crecer sus arcas y los informes a los accionistas.

La escritora Aniko Villalba, también lo siente así. Hace unos días envió un correo electrónico en el que invita a suscribirse a su boletín:

“Como me cansé de los algoritmos, del ahora hay que hacer reels´ y de los cambios abruptos de las redes sociales, quiero volver al formato que más me gusta: los textos largos (en este caso, las cartas). Así que el primer viernes de cada mes enviaré una carta virtual en la que reflexionaré acerca de escritura, creatividad y viajes vida slow. También contaré el backstage de mis proyectos y trabajos y compartiré algún ejercicio de observación, journaling o escritura para que pongas en práctica durante el mes. Será contenido que no subiré a otro lado y que solo recibirán las personas que realmente quieran leerlo”.

Lo más probable es que aún pasen muchas cosas, pero seguiré atenta y poniendo más énfasis en este boletín y en Espiral, porque es aquí donde genero valor.  Quizá esté equivocada, pero prefiero fortalecer estos dos canales y que Instagram se convierta en uno secundario. Solo el tiempo (y algoritmo) me lo dirá. 

En otro tema ¿tienes alguna foto en tu librería favorita? ¿alguna que hayas descubierto en un viaje? Mira la que me mandó Marcela Adaros hace un par de años. Te invito a enviarme tus fotos a mi correo karen@karencodner.com Marcela Adaros me mandó esta en la que sale en la librería «Ábaco. Libros y café» de Colombia.

Esta semana te recomiendo: 

🎬Documental: Hello, Bookstore (Amazon Prime) ¡Precioso! (algo lento) Durante la pandemia esta librería estuvo en peligro de cerrar pero finalmente gracias a la ayuda de los vecinos de Lenox, (Massachusetts) se salvó. Matt es el dueño y nos muestra cómo aún persiste la solidaridad y el amor por los libros. Me recordó lo que hizo la librería Lolita durante la pandemia que vendió una especie de bonos para sobrevivir.

🎙️Podcast: Caso 63, es uno de los podcast más escuchados en el mundo de habla hispana, y si bien puede ser algo tenebroso, está muy bien hecho.  Al guionista, Julio Rojas, lo entrevisté para Espiral y  la otra semana podrás escuchar nuestra conversación.  Advertencia: solo apto para los que tienen resistencia a un buen diálogo y la ciencia ficción.

📖Libro: Paraíso de Abdulrazak Gurnah (Premio Nobel de literatura 2021) Lo leí hace unas semanas, me lo recomendaron dos amigos. Lo terminé en un par de días, algo que siempre se agradece. Hay que tener estómago, porque si bien el personaje principal es delicioso, la historia no. Yusuf será la moneda de trueque, su padre pagará las deudas entregando a su hijo al tío Aziz y con ello, entramos en la África precolonial.  El jovencito de 12 años deberá abandonar su hogar, será una travesía sin retorno. Son los ojos de Yusuf los que nos abren un mundo ajeno tanto para él como para nosotros y donde no existe nada más que uno mismo.

¡Bienvenidos a los nuevos suscriptores! Juan Arturo, Joel, Eduardo, Claudia, Karin, Daniela, Melissa, María Luz, 

Algo que aprendí: las “botellas de lágrimas” son recipientes que ocupaban los dolientes para guardar las lágrimas y las decoraban con oro para guardarlas como recuerdo para los familiares (vía Judy la lectora).

Algo que agradezco: tener el coraje para sumarme como tutora para enseñar a leer y a escribir a niños que aún no lo logran. Cualquiera puede sumarse al programa de la fundación Letras libres.

Algo que me hizo feliz: Despedir a mi sobrino que se va a vivir a Chicago. Gracias a mi hermana por la hermosa comida. 

Lee. Escribe. Crea.
Karen.

Pd: Estoy preparando un ciclo temático para Espiral sobre la felicidad ¿tienes alguna inquietud especial?