Oda a ser mamá #182
Oda a los que desean una pausa creativa, suscríbete.

Este boletín es para los curiosos que desean una vida plena y pausada. Compártelo, me harías muy feliz. |
Queridos odistas,
Mayo es el mes de la madre, por lo menos aquí en Chile y dedico esta Oda a todas las mamás. Tengo cuatro hijos y hoy les comparto diez aspectos de la maternidad que me han hecho más feliz. Esta Oda surgió de una conversación con Sara, mi hija menor, en una cafetería. Le pedí ayuda porque no tenía tema para escribir esta Oda.
1. Aprendí lo que es el mal dormir y lo que es el buen dormir:
Cuando eran pequeños, las noches siempre tenían un signo de interrogación, ya sea por un desvelo o porque se enfermaban. Ahora, si duermo mal es por otros motivos y no los puedo inculpar.
2. Supe que lo inesperado es siempre bueno:
Con agenda en mano puedo planear el día, la semana, el mes pero nada de eso es seguro cuando eres mamá. Debes estar dispuesta a que todo cambie en el momento más inesperado, que te llamen del colegio, ir al doctor, a urgencia. Mi tercera hija, cuando estaba en kínder, chocó con una reja y tuve que llevarla de inmediato a la clínica, le tendrían que hacer puntos. Terminó en el quirófano. Aprendí que está bien mancharse, o que se te pierda el chupete y debas tener diez de repuesto, o lloren sin motivo alguno e ignores lo que les sucede, o que no te hablen por un día entero y no es nada contra ti. Que tampoco te sonrían y no es nada contra ti, o que estén cansados y no necesariamente porque han trabajado o estudiado mucho.
3. Viajar dejó de ser algo sencillo:
Con niños chicos, maletas grandes. Durante varios años mi maleta de mano iba cargadísima con todo tipo de elementos. Lo principal era llevar mucha comida, y no piensen que la más sana y orgánica, todo lo contrario: papas fritas, chocolates, galletas. Lo que fuera con tal de que se quedaran tranquilos en el avión. Mi maleta para mis hijos era como un baúl sin fondo, algo mágico, además llevaba lápices y cuadernos para pintar, juegos y obvio, pañales, biberones, fórmula, ropa de cambio, entre muchas, muchas cosas.
4. Cuando son pequeños estás cansada de tanta demanda y cuando son grandes, lo único que quieres es que te tomen en cuenta:
Las 24 horas del día eran intensas. Comenzábamos temprano, el colegio era la salvación y lo más difícil, eran los veranos con tres meses de vacaciones. Las tardes, eso sí, siempre fueron un desafío mayor, porque la vida giraba en torno a ellos. Yo tuve la suerte de poder trabajar desde mi casa y free lance, por lo que me podía organizar cómo yo quisiera. Pero algo es seguro, todas las mamás saben que la preparación para dormir no es menor; hay que bañarlos, darles de comer, leerles un cuento y acostarlos. Qué difícil era llamarlos al orden si estaban jugando afuera en el condominio o al Playstation. Ignoro cómo será hoy con tantas pantallas disponibles. Pero estoy segura de que la mayoría de las madres siguen disfrutando el silencio nocturno que tanto valoramos cuando hay hijos pequeños. Hoy, ellos son adultos y cada uno hace sus actividades, debo buscarlos para conversar.
5. Es inevitable, ellos serán más entendidos en tecnología que tú:
Cada vez que alguno me soluciona un problema tecnológico y me enseña algo nuevo vinculado con este tema, me siento más vieja. Siempre había escuchado que los hijos en algún momento superan a los padres, pero no pensé que sería tan, tan rápido.
6. Si quieres que estén felices, cocínales un queque:
Con esto me voy a la segura, porque no solo comen el queque (en Chile le decimos así a los bizcochos), sino que pasamos un tiempo juntos en la cocina. Tampoco lo hago siempre, pero es una apuesta segura para que te regalen algo de tiempo y hacerlos felices.
7. Ser mamá “huele”:
A papas que se quemaron en el horno, a galletas, a bebés recién nacidos, a pañales y a fórmula, a sudor de adolescentes, asados con amigos, pop corn hecho en casa, pizza y sushi, shampoo de manzanilla, naipes y juegos de mesa.
8. No siempre les gustan los abrazos:
Cuando son pequeños es tan fácil, pero después crecen y cada vez es más difícil, ya sea porque no les gusta o porque cada uno anda en su mundo.
9. Que se rían de ti, a veces, está bien:
Porque soy torpe, pronuncié mal el inglés, no escuché lo que me pidieron, dije algo fuera de contexto, aliñé demasiado la ensalada, hablo con modismos pasados de moda, dibujo mal o canto peor, soy demasiado ecológica con el compost, ¿sigo?
10. Les disgusta si hay mucha comida o poca comida:
Si no compro chocolates, alegan, si compro chocolates, dicen que los quiero hacer engordar, si no hay fruta, ¿cuándo vas a comprar? Me alegan que no hay nada para comer o bien, te tomaste en serio lo de que no había nada. Mamá, era la otra marca de helado, ¿para qué compraste helado? ¿cuándo vas a comprar helado? No compres más eso, es asqueroso, se acabaron las bebidas, no hay nada que comer, no hay almuerzo, ¿por qué hiciste porotos?
Con sentido del humor todo pasa rápido y la verdad, que lo mejor de ser mamá es tener a mis cuatro hijos activos y sonrientes, con sus problemas y preocupaciones, queriéndome como soy y yo, queriéndolos como son, lo que a veces, a una le puede costar. Ser mamá es una gran travesía en la que solo se puede aprender haciendo, equivocándote y siguiendo el instinto. No existe receta, solo ingredientes y cualquiera que te diga que es fácil, miente, pero la verdad, volvería a ser mamá mil veces más porque la que soy hoy, es gracias a ellos y me hacen tremendamente feliz. A veces, es mejor renunciar a mucho pero ser más feliz. Para mí, eso es ser mamá: la felicidad.
Mis recomendaciones
-
Una novela:
-
Ruth de Adriana Riva de editorial Seix Barral. Cuenta en primera persona la historia de Ruth que está aproximándose a los ochenta años, narra su vida en la que no deja fuera ningún aspecto. Madre de dos hijos, sigue siendo activa, con una fuerte identidad judía y sin miedo a los prejuicios, va desgranando lo que ve y lo que siente. Muy culta también nos sumerge en el arte y en sus gustos. Algunos lectores han encontrado que, a momentos, es poco creíble su voz. Yo no. A mí me gustó mucho lo que logró esta autora trasandina y considero que delineó una mujer digna del siglo XXI que aún puede vivir activamente. Algunas de sus citas:
“La vejez es amorfa y avanza sigilosamente”.
“La escritura orienta y desorienta tanto como el título de un cuadro”.
“Es asombroso llegar a esta edad en la que no hay relación alguna entre cuerpo y cabeza, un chiste macabro”.
“¡Qué lento morimos! A veces envidio a las piedras que van directo al fondo”.
“Los padres no forman a los hijos, los deforman”.
-
-
Una película:
“Día cero” protagonizada por Robert de Niro. Lo confieso, no es una película digna de los Oscar o un premio de cine arte del tipo Goya, pero es entretenida y muy pertinente por el corte de luz que hubo recién en España, Portugal y sectores de Francia. En este filme se produce un apagón de proporciones en Estados Unidos con resultados estremecedores y narra cómo un expresidente de Estados Unidos lo enfrenta. Ojo, les advierto, hay cosas que no son creíbles, pero te vas a divertir.
Mis momentos
-
Fui feliz: Haciendo el taller de escritura creativa.
-
Algo que aprendí: Al parecer, son estudios preclínicos, a medida que envejecemos hay un tipo específico de célula madre de la grasa abdominal que se vuelve muy activa. Quizás que en unos años se descubra cómo detener este proceso.
Estoy agradecida: De tener voz para leer los poemas de Gabriela Mistral en una maratón de lectura que se hizo en su honor.
Participé en la maratón de lectura en el natalicio de Gabriela Mistral. Estuvo muy lindo, fue en el GAM.
¿Escuchaste el Cuestionario Espiral con Nacho Damiano?
Lee. Escribe. Crea siendo mamá.
Karen.
Este boletín es para los curiosos que desean una vida plena y pausada. Compártelo, me harías muy feliz. |