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Oda los sueños #165

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Oda los sueños #165

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Queridos odistas:

¿Recuerdan sus sueños? ¿O no? Yo sí y mucho.  En una época los anotaba, tengo dos diarios repletos y a propósito de esta Oda los revisé. Son de lo más variopinto, no tengo recurrentes, aunque en una época los nazis aparecían a menudo. Ahora ya no. Seguramente si alguien los analizara diría que mis temores han mutado o bien, me sané. También están los más típicos como que pierdo un vuelo, la maleta o llego tarde a algo importante.

En mis años de enseñanza media o secundaria, una muy buena amiga -nos sentábamos juntas en clases- le gustaba relatarme sus sueños. La escuchaba simulando interés. Ahora sí me llaman la atención, me maravillan porque comprendo que un mundo incógnito se esconde detrás ellos. Mi hijo mayor los recuerda, pero mis otros hijos y marido, no.

En Mesopotamia eran vistos como mensajes de los dioses y los documentaban en tablas de arcilla. Los egipcios lo consideraban como una vía para comunicarse con lo divino, y el Libro de los sueños es uno de los textos más antiguos que ofrece interpretaciones detalladas. En la cultura griega, Hipnos, el dios del sueño, y Morfeo, el dios de los sueños, fueron muy importantes. Platón y Aristóteles también los exploraron desde una perspectiva filosófica, considerándolos como formas de conocimiento o como manifestaciones de deseos reprimidos.

En el Antiguo Testamento, la Torá, son conocidos el de José y Jacobo. La Cábala considera que mientras dormimos el alma puede ascender y recibir conocimientos espirituales que no son accesibles durante el estado de consciencia. Esto refuerza la idea de que son un canal de comunicación espiritual. Sin embargo, el judaísmo recomienda no contarlos porque su poder es enorme y lo que aparece como bueno, podría ser malo.

Sigmund Freud y Carl Jung son los grandes referentes en la materia. Además que hoy se estudian desde una perspectiva neurocientífica. Para muchos especialistas de la salud mental son una ventana al subconsciente. En World of Dreams, un sitio especializado en estos temas, hay foros y herramientas para interpretarlo. Incluso encontré una aplicación para llevar un registro, Dream Journal Ultimate.

A mí no me interesa nada de eso, pero me divierte recordarlos. Por ejemplo, hace poco soñé que se reventaba un neumático de un camión, que iba con mi hija menor a una feria en México o que Chile ganaba el Mundial de Fútbol y me asombraba la algarabía del público. También que una hermana comenzaba a correr en mi grupo de trote.

Pero, ¿qué pasa cuando es una pesadilla? Uno se despierta mal, con un sentimiento de inquietud, como si el alma estuviera hablándote. Hace unos años me enteré que en el judaísmo existe un mecanismo para anular su poder negativo que se llama Hatavat Halom. Consiste en que tres personas deben escuchar el relato del que soñó y ellos dicen en voz alta que el sueño es bueno, es positivo.

Algunos postulan que son un mecanismo de limpieza del inconsciente, una especie de lavadora en que tus preocupaciones se anulan y queda espacio para otras, o bien, para ser más feliz.

Te espero, cuéntame si recuerdas tus sueños y si te gusta compartirlos. Como siempre escríbeme a karen@karencodner.com o lo mejor sería que aquí abajo me dejes el comentario donde dice Coment.

 

Mis recomendaciones

Una novela: Mendel el de los libros de Stefan Zweig. ¿Sabes cuándo lo leí? Hace más de doce años y todavía lo llevo en mi corazón. Quizás Mendel era un soñador, un personaje de los que te acompañan a lo largo de tu vida. Es un hombre sencillo que vive en Viena y tal cual lo dice el sugiere el título, es un apasionado de los libros y tal es su amor que ni se entera del estallido de la Primera Guerra Mundial. El desenlace los dejará abismados. Con esta recomendación me dieron ganas de volver a leerlo.

Un documental: Mountain Queen de Lucy Walker (en Netflix), relata la historia de una Sherpa que escapa a su destino, se radica en Estados Unidos. Regresará a Nepal para subir el Everest y hoy tiene el récord femenino de ascensos a esa montaña.

Mis momentos

Estoy agradecida: Que una gran amiga está sanando, lleva dos meses débil de salud.

Aprendí: Es de conocimiento popular que María Antonieta dijo: “Si no tienen pan, que coman pasteles”, pero es un mito. Fue en la biografía de Jean Jacques Rousseau, Confesiones, que aparece dicha frase.

Fui feliz: Jugando cachos con mi familia el fin de semana.

 

¿Escuchaste la entrevista que me hizo Carla Guelfenbein por mi libro Todos nuestros fuegos?

#110 Entrevista a Karen Codner por Carla Guelfenbein

Todos nuestros fuegos

Lee. Escribe. Crea con los sueños.

Karen

 

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