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Oda a mis recomendaciones #150

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Oda a mis recomendaciones #150

Este boletín es para los curiosos que desean una vida plena y pausada. Compártelo, me harías muy feliz.

        Queridos amigos,

Les agradezco la gran cantidad de correos  y comentarios que me enviaron por Oda a los 70 años y más que envié el domingo pasado. Es un tema que tiene poca visibilidad y lo escribí desde lo más profundo de mi corazón. Una suscriptora hubiese querido que también incluyera a los hombres, pero le expliqué que estaba basado en mi experiencia en el taller de lectura de los martes donde son solo participan mujeres. Me dijo que se lo hubiera querido mostrar a su marido pero que él no se hubiera sentido identificado. Es un buen punto y lo tendré presente en el futuro.

      Aquí les dejo algunos de correos con los comentarios:

“Que emoción tu Oda de hoy. Me encanta y me enorgullece ser parte de este maravilloso grupo, y tenerte a ti de ´maestra´. Ha sido una experiencia fantástica y de mucho aprendizaje.
Te agradezco mucho por todo lo aprendido y por todo lo por aprender” Silvia Broder (alumna de los martes).

“Agradezco cada una de tus Odas, las espero cada semana. Grandes aportes de vida.
Oda a los 70 me dio un sentido, soy también una persona de esta generación y  me he encontrado con señoras de 80 años pertenecientes a una agrupación de normalistas (profesoras) que se reúnen semanalmente,  ahora preparando un bordado en comunidad para resaltar a Gabriela Mistral. Son señoras maravillosas con gran lucidez, energía, entusiasmo y alegría.
Gracias Karen por esta Oda. Te saluda con mucho cariño. Tu seguidora” Patricia Soto

“Me ha parecido muy linda la forma en que abordas el tema de envejecer. Tu experiencia con las participantes en tu taller de lectura sin duda es para compartirla y mostrar que más allá de ese difuso límite que marca la llamada ´tercera edad´ se encuentran personas plenamente capacitadas en todos los ámbitos de la vida” Marcela Adaros.

Mis recomendaciones

  • Una película: Zona de interés de Jonathan Glazer, ganó el Premio Oscar a la mejor película extranjera. La vi hace unas semanas y sigo pensando en ella. Es muy interesante la puesta en escena donde se narra la historia de Rudolf Höss y de su familia. Él estuvo a cargo del funcionamiento del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau y su casa colindaba con este campo. Para muchos es un desafío ver este filme porque más que acción penetra en el ámbito psicológico y social de cómo una familia encuentra la felicidad y plenitud siendo vecinos del mal.   ¿Hasta dónde uno puedo hacer oídos sordos? ¿Es posible ser feliz incluso si a tu lado asesinan? ¿Cuán ciegos podemos ser los seres humanos? Son muchas preguntas que te dejan sin respuesta. Hay que poner ojo en los planos, en los silencios y en la música. Sin duda se merecía el Oscar a pesar de que su director no es mi devoción ni fui capaz de escuchar el discurso que otorgó en la ceremonia de premiación.

  • Una novela: Todos nuestros ayeres  (1952) de Natalia Ginzburg. La revisamos en el último taller de Novelas imprescindibles y tuvo muy buena recepción. Es la historia de dos familias durante los años de la Segunda Guerra Mundial en Italia. Lo interesante es que se retrata una vida cotidiana, puertas adentro, donde a momentos la guerra se ve algo lejano, que le sucede a otros. En la segunda parte, la guerra ya es parte de Italia y a una de las protagonistas, Anna, la vemos en el sur del país. A sus dieciséis años ha debido convertirse en adulta. Entonces, de la mano de la Ginzburg, con su prosa seca, sin grandes adjetivos y muy directa, sientes que lees algo tremendamente sencillo pero que esconde una profundidad enorme. Cada personaje cumple una función muy delineada y cuidada.

Mis momentos

  • Fui feliz: Recibiendo a en mi casa a un grupo de escritoras donde alrededor de la nieve y de un desayuno calentito conversamos sobre el oficio, la creatividad y nuevos proyectos.

  • Aprendí: Más que aprender, recordé que la sensación de compañía, de buscar un grupo de referencia es vital. A veces se nos olvida los que trabajamos solos en una pieza al frente de la pantalla (se vincula con lo que viene a continuación).

  • Estoy agradecida: Que estoy volviendo a escribir gracias a que me sumé a la plataforma “Escribir es un lugar” donde he encontrado un espacio que me invita a conectarme con lo que más me gusta.

Te invito a escuchar la entrevista completa al escritor argentino, Patricio Pron.

105 Entrevista a Patricio Pron

Todos nuestros fuegos

Lee. Escribe. Crea con recomendaciones

Karen

 

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Mis recomendaciones

  • Una película: Zona de interés de Jonathan Glazer, ganó el Premio Oscar a la mejor película extranjera. La vi hace unas semanas y sigo pensando en ella. Es muy interesante la puesta en escena donde se narra la historia de Rudolf Höss y de su familia. Él estuvo a cargo del funcionamiento del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau y su casa colindaba con este campo. Para muchos es un desafío ver este filme porque más que acción penetra en el ámbito psicológico y social de cómo una familia encuentra la felicidad y plenitud siendo vecinos del mal.   ¿Hasta dónde uno puedo hacer oídos sordos? ¿Es posible ser feliz incluso si a tu lado asesinan? ¿Cuán ciegos podemos ser los seres humanos? Son muchas preguntas que te dejan sin respuesta. Hay que poner ojo en los planos, en los silencios y en la música. Sin duda se merecía el Oscar a pesar de que su director no es mi devoción ni fui capaz de escuchar el discurso que otorgó en la ceremonia de premiación.

  • Una novela: Todos nuestros ayeres  (1952) de Natalia Ginzburg. La revisamos en el último taller de Novelas imprescindibles y tuvo muy buena recepción. Es la historia de dos familias durante los años de la Segunda Guerra Mundial en Italia. Lo interesante es que se retrata una vida cotidiana, puertas adentro, donde a momentos la guerra se ve algo lejano, que le sucede a otros. En la segunda parte, la guerra ya es parte de Italia y a una de las protagonistas, Anna, la vemos en el sur del país. A sus dieciséis años ha debido convertirse en adulta. Entonces, de la mano de la Ginzburg, con su prosa seca, sin grandes adjetivos y muy directa, sientes que lees algo tremendamente sencillo pero que esconde una profundidad enorme. Cada personaje cumple una función muy delineada y cuidada.

Mis momentos

  • Fui feliz: Recibiendo a en mi casa a un grupo de escritoras donde alrededor de la nieve y de un desayuno calentito conversamos sobre el oficio, la creatividad y nuevos proyectos.

  • Aprendí: Más que aprender, recordé que la sensación de compañía, de buscar un grupo de referencia es vital. A veces se nos olvida los que trabajamos solos en una pieza al frente de la pantalla (se vincula con lo que viene a continuación).

  • Estoy agradecida: Que estoy volviendo a escribir gracias a que me sumé a la plataforma “Escribir es un lugar” donde he encontrado un espacio que me invita a conectarme con lo que más me gusta.

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