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Hola, hola, ¿cómo estás? Soy Karen Codner y te doy la bienvenida al programa 104 de Espiral y me harías muy feliz si lo recomiendas a tus amigos, me pones un like donde sea que lo escuches. Eso me ayudaría a llegar a más auditores. Comenzamos mayo con un entrevistado que no deja indiferente a sus lectores y está constantemente probando nuevas formas de narrar. Hablo nada más y nada menos que del argentino, avecinado hace décadas en España, Patricio Pron. Hoy, en el Cuestionario Espiral, podrás conocer sus gustos, sus miedos y sus consejos para los que comienzan a escribir.
Patricio Pron nació en Rosario en 1975, y hoy vive con su señora y dos gatos en Madrid. La revista Granta lo seleccionó en 2010 como uno de los 22 mejores escritores jóvenes en castellano. Ganó la vigésimo segunda convocatoria del Premio Alfaguara de novela en 2019 por su obra Mañana tendremos otros nombres. Pron es licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Rosario (Argentina) y doctor en Filología Románica por la Georgia Augusta de Göttingen (Alemania). También colabora en diversos medios como El diario de España y Babelia del diario El País. Acaba de publicar La naturaleza secreta de las cosas de este mundo por Anagrama en que hay dos novelas pequeñas dentro de una, con dos protagonistas, padre e hija.
Recuento personal
Abril fue un mes extraño, lo viví sin mucha conexión con el trabajo, debe ser porque coincidió con la fiesta de Pesaj, que es una celebración que requiere muchísimo trabajo previo. Los que están suscritos a Oda entienden a lo que me refiero porque ahí he contado bastante sobre lo que implica. Si no recibes Oda te invito a suscribirte en mi website. En mayo me he propuesto volver a lo mío, a escribir. Ignoro cómo lo haré. Pero este lunes pretendo enfrentarme a los cuentos que he escrito, volver a repasarlos, a trabajar sobre material existente. Créeme que me da mucho miedo, no sé si seré capaz. Cuánto quisiera lograrlo, ya son dos meses desde que salió Todos nuestros fuegos y en algún momento debo volver a escribir. Mis lecturas han estado flojas porque estoy absorta en el Ulises de James Joyce, y tal cual te conté en el podcast con Hinde Pomeraniec, no es lo mío. Estoy sufriendo pero muy feliz con la lectura conjunta que lidera José Carlos Rodrigo Breto.
Tampoco he podido volver bien a correr. Como estuve mal de la tiroides paré de practicar por dos meses y ha sido imposible disfrutarlo, encontrar el ritmo. A momentos me digo que ya no voy a correr más, pero tengo que sobreponerme. Así como me digo este lunes vuelvo a escribir, lo mismo me propongo con este deporte.
Algo muy lindo que me sucedió hace unos días fue ir a dar una charla en el colegio La Cruz en la ciudad de Rancagua. En el marco del Mes del Libro me invitaron a contar mi experiencia de escritora. Habían cerca de cien alumnas de media, les conté sobre mis comienzos y cómo organicé la estructura de Todos nuestros fuegos. Fue muy lindo, participaron bastante, las alumnas, y algunas me sorprendieron porque escribían poesía. Les regalé mi Cuaderno de escritura, que hoy tengo en promoción y puedes bajarlo gratis desde mi website. Te invito a escuchar este Cuestionario Espiral con Patricio Pron, y siempre te espero en mi correo karen@karencodner.com con tus comentarios, así este Espiral, este podacast se transforma en una conversación ¡Te espero!
Cuestionario Espiral
KC: Vamos con el Cuestionario Espiral, ¿cuál es tu idea de la felicidad?
PP: Algunas calles de algunas ciudades que han sido importantes para mí. Y la felicidad de otros, la felicidad de mi esposa, la de los gatos, la de mis padres y mis hermanos. Me parece que eso es la felicidad.
KC: ¿Cuál es tu mayor miedo?
PP: Mi mayor miedo es que las personas a mi alrededor no se conviertan en aquello que quieren ser.
KC: ¿Lo que más te molesta a ti mismo?
PP: Tiendo a ser impaciente y creo que soy perezoso, a pesar de que mis amigos y mis amigas me dicen que soy especialmente productivo en comparación con otros. Yo me siento perezoso, me siento torpe y creo ser increíblemente impaciente. Espero que esta conversación demuestre que no lo soy.
KC: ¿Lo que más te molesta de los demás?
PP: Todo me molesta a los demás, honestamente Karen. La verdad es que posiblemente me gustaría vivir una isla desierta, ni siquiera con libros. Pero la forma de funcionar para mí con las personas es verme expuesto a ellas la menor cantidad de tiempo. Supongo que los escritores como yo necesitamos pasar buena parte de nuestro tiempo solos, y tal vez, esa sea la razón por la que nos convertimos en escritores. Ahora mismo, sin embargo, y para ser más concreto, lo que más me irrita es el ruido que hacen las personas a su alrededor y el modo en que narcisista se exhiben a sí mismas en redes sociales. Es algo que no acabo de comprender.
KC: ¿A qué escritor o escritora vivo o viva admiras?
PP: Admiro muchos escritores, a muchas escritoras que están vivos. Uno de mis maestros fue Elvio Gandolfo, el escritor argentino. Si ahora mismo tuviese que escoger a uno de ellos, lo escogería él.
KC: ¿Y a alguien muerto?
PP: Muchos escritores también. Recientemente murió, Sergio Chejfec, un escritor muy importante para mí. Y pues, escoger a un escritor muerto, que es nuestro contemporáneo, escogería a Sergio.
KC: ¿A qué hora desayunaste hoy?
PP: Desayuno muy tarde, a las once de la mañana.
KC: ¿Y qué desayunaste?
PP: Comí algo de queso, hummus y una especie de sucedáneo vegetal de jamón.
KC: ¿Agenda de papel o electrónica?
PP: De papel, por supuesto.
KC: ¿Cuál es tu mayor vicio?
PP: Si leer es un vicio, desde luego, ese es mi mayor vicio. Supongo que los escritores tenemos un vicio muy específico, y es el de observar y cotillear. Somos enormemente cotillas, muy curiosos, muy chismosos, como se dice en América del Sur. Somos profundamente chismosos. Incluso aunque no contemos las cosas que nos cuentan o las cosas que vemos o las que conocemos, estamos todo el tiempo tratando de averiguarlo todo sobre los demás. Esta es nuestra escuela como escritores.
KC: ¿Cuándo mientes?
PP: Trato de no hacerlo, honestamente. Y creo que, una de las cosas de las que más orgulloso me siento, es que he conseguido tener una vida, crear una vida en la que no es necesario mentir.
KC: ¿Quién ha sido la mayor influencia en tu vida?
PP: Mis padres posiblemente. Las mujeres que he amado, que me han amado a mí. He aprendido mucho de ellas, he tenido mucha fortuna con ellas.
KC: Ayer, ¿cuándo te sentiste feliz?
PP: Cuando regresé de un viaje a Londres y me encontré con mis gatos y que estaban bien, que en casa estaban bien. Cuando me reprocharon el haberme marchado, lo que me hizo pensar que me habían echado de menos. Cuando les di de comer y los tuve un rato en brazos y ellos se sintieron nuevamente seguros a mi lado. Eso me hizo feliz.
KC: Antes de acostarte siempre.
PP: Me lavo los dientes, me lavo la cara. Leo, dejo el teléfono muy lejos y cojo un libro, y me convierto en otra persona por un rato mientras estoy leyendo.
KC: ¿Y qué te hace reír?
PP: Muchísimas cosas. Sin embargo, el humor es algo lo que deberíamos hablar más en detalle porque es muy nacional. Por ejemplo, no me hace ninguna gracia los chistes de mis amigos chilenos, al tiempo que posiblemente no les haga a ellos ninguna gracia el humor argentino, que tiene mucho que ver con el humor judío y con el humor inglés. Más básicamente, lo que más gracia me hace es ver a la gente caerse en la calle. Es horrible decirlo, pero realmente me hace reír mucho. Cuando alguien se tropieza, me siento feliz. Me siento feliz de no haber sido yo, supongo. Supongo que eso es lo que nos hace reír de la gente cuando se tropieza las calles.
KC: ¿Té o café?
PP: Té, mucho té.
KC: ¿Azúcar o endulzante?
PP: Ninguno, ninguno los dos.
KC: ¿Blanco o tinto?
PP: Blanco.
KC: ¿Lo que más te inspira?
PP: Observar, supongo que me enseñaron a observar. Esto fue una cosa que me enseñaron mis padres y me enseñaron a muy temprana edad porque debido a las circunstancias en las que yo me crié, vinculadas con la persecución del Estado, de las fuerzas represivas del Estado argentino, observar era la diferencia entre sobrevivir o morir. Desde primer momento me enseñaron a observar. Me enseñaron a entrar a una habitación y salir de la habitación y poder recordar dónde estaban las cosas. Observar las situaciones y determinar si eran anómalas o no. Observar si alguna persona de nuestro alrededor suponía un peligro o no, si estábamos seguros o no lo estábamos. De allí surge una vocación. Y eso es lo que me convirtió en escritor supongo.
KC: ¿Qué es TikTok para ti?
PP: Algo que hacen otros. Y que bueno, acabo de comprender y no me interesa demasiado.
KC: ¿De qué edad te sientes hoy?
PP: Tengo cuarenta y ocho años y siempre me he sentido de algo así como diez años menos de los que tengo. Supongo que ahora me siento treinta y ocho. Pero quienes me conocen mejor dicen que yo siempre he sido un viejo. Así que supongo que tienen más razón que yo a la hora de asignarme una edad.
KC: ¿Has sentido odio?
PP: Por supuesto, muchas veces.
KC: ¿Qué te hace enojar?
PP: Me hace enojar el perder el tiempo y me enoja profundamente el ver a otras personas perdiéndolo. Es algo que, en mi experiencia, no regresa. Más que los bienes materiales, más que los propósitos, el tiempo es lo único valioso que tenemos. Perderlo o hacer perder el tiempo a otros es para mí la mayor de las catástrofes. Trato de no perderlo yo y de no hacérselo perder a mis lectores y mis lectoras cuando me lean. Trato de que allí, donde nos encontramos, se produzca un encuentro realmente.
KC: ¿Cuál es tu mayor lujo?
PP: Mi mayor lujo es disponer de mi propio tiempo. El ser yo quien decida, además, de qué modo me relaciono con las personas, en qué medida y en qué términos. Por supuesto, esto no siempre es posible, puesto que cómo decimos habitualmente las cosas son de a dos. Pero el ser el dueño de mi vida es lo más importante para mí.
KC: ¿D*os?
PP: A un famoso periodista argentino le hicieron una entrevista de trabajo. Cuenta de leyenda, y para tomarle el pelo, lo pusieron frente a la máquina de escribir y le dijeron, escribe un artículo sobre D*os. Este periodista, que después sería famoso, se volvió hacia su empleador y le dijo: “¿a favor o en contra?”, y su empleador le respondió, estás contratado. Si la pregunta es a favor o en contra de D*os, la respuesta es a favor. Por lo menos la mía propia.
KC: ¿Selfies?
PP: No, nunca.
KC: ¿Qué es lo más aventurero que has hecho?
PP: Si piensas que en algún momento era un adolescente pobre, de un barrio pobre, de una ciudad pobre, de un país pobre, que quería ser escritor y decidió que iba a tratar de convertirse en uno, esto es lo más aventurero que he hecho en mi vida. Todo estaba en contra, sin embargo, parece haber salido bien.
KC: ¿Mac o PC?
PP: Mac, pero no soy un fanático.
KC: Se dice 99% de trabajo y 1% de. inspiración ¿Estás de acuerdo?
PP: Estoy muy en contra de cuantificar cosas que no son cuantificables. La mayor parte de las veces cuando creemos poder medir algo, solo encajamos una pequeña parte de la verdad, una pequeña parte de la realidad. Solamente tenemos números acerca de aquellas cosas que podemos medir, pero todo lo importante es aquello que no podemos medir. Y una de las cosas que no podemos medir es de qué manera opera la inspiración y el trabajo en la vida de un escritor. Yo mismo no lo sé.
KC: Un consejo para escritores que comienzan.
PP: Nunca doy consejos, no los recibí, nunca los pedí y no los doy.
KC: Un acierto que has cometido en tu carrera.
PP: Perseverar, supongo. Supongo que es el único acierto con escritor puede tener.
KC: ¿Y un error que has cometido en tu carrera?
PP: Creo que la carrera de un escritor está compuesta de sucesivos errores, que visto desde fuera y con ciertas perspectivas parecen aciertos. La distancia entre verse y equivocado y haber acertado en literatura es tan reducida, que es prácticamente imposible decir que algo es un acierto y algo fue un error. Con el tiempo los acontecimientos, las decisiones que uno ha tomado, revelan su verdadero rostro, pero solo con tiempo. Mientras tanto todas son magníficas pésimas ideas.
KC: ¿Cómo te relajas?
PP: Es imposible para mí relajarme. No tomo vacaciones, no tengo tiempo libre o no me lo otorgo. La mayor parte del tiempo estoy haciendo cosas. Ahora bien, desde luego hay cosas que son más relajantes. Supongo que dar paseos para mí es relajante.
KC: ¿Tienes un hobby?
PP: No creo.
KC: ¿Fama o dinero?
PP: En lo que hace a mi propia trayectoria, ninguna de las dos cosas, pero supongo que me interesa mucho más las reputaciones que los bienes materiales.
KC: ¿Audiolibro o digital?
PP: Ninguno de los dos, son distintos.
KC: ¿El amor es para ti?
PP: Dar. No se me ocurre otra forma definirlo. Dar voluntariamente algo a otro que no sabes que tienes, pero que descubres que tienes en la medida en que lo das.
KC: Patricio, te quiero agradecer mucho haber estado hoy día en Espiral, en este Cuestionario Espiral, en esta gran conversación que pudimos navegar por lo que es realmente Patricio Pron, si es que se puede saber lo que es realmente, pero indagar un poco en su alma y en su vida, en sus pensamientos. Así que muchas gracias.
PP: Gracias a ti Karen ha sido un gran placer que espero que repitamos en el futuro.
KC: Así espero. cuídate mucho y que sigas escribiendo.
Cierre
¿Conocías a Patricio Pron? Yo he leído bastante de él y lo seguiré leyendo. Me gusta que vaya cambiando de estilos, desafiándose a sí mismo. Te espero en mi correo karen@karencodner.com con tus comentarios, así Espiral se convierte más en una conversación.
Chaooo.
Lee. Escribe. Crea con Cuestionario Espiral.