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Querid@s amig@s:

¿Encontraste la varita mágica de Harry Potter? Yo ¡sí! Por fin logré dormir ocho horas de corrido,  pero me desperté igual de cansada. Me sorprendió la cantidad de suscriptores que me comentaron, ya sea en persona, en redes, por correo, sobre el boletín anterior “Quiero tener la varita mágica de Harry Potter”. Claudia, una suscriptora muy dulce, me comentó que le había fascinado leer sobre la Rowling y me sopló que la autora, tan pronto tuvo éxito con su saga, comenzó con una campaña para ayudar a los niños rumanos  que durante el regimen del dictador Nicolae Ceausescu fueron muy mal tratados. Investigando sobre este tema me enteré que bajo el alero de J.K Rowling nació la fundación Lumos que tiene como proposito poner fin a la institucionalización infantil y encontrar hogares para estos niños y darles el derecho a crecer dentro de una familia amorosa. Lumos opera en varios países como Haití, Moldavia, Etiopia, Estados Unidos y recientemente J.K Rowling donará a un centro de acogida de niños en Ucrania, cerca de 1 millón de euros si hay más donantes que igualen esa cantidad.

Lumos es una fundación creada el 2005 por J.K Rowling

¿Vale la pena que los adultos leamos Harry Potter? .Mi hermana mayor  gran lectora y que en ocasiones se suma a mi taller de lectura, tiene grandes dudas al respecto Gabriel, otro gran lector y el único hombre participante del taller, dice que  es increíble y sin duda, opina que hay que ir por la saga. Lo que es yo, terminé en menos de dos semanas Harry Potter y el Misterio del príncipe (número 6), incluso lloré al final. Parece que ando un “poquito” sensible.

En Espiral hoy estoy relanzando un capítulo que publiqué el año pasado ¿Sabes lo que te hace feliz? Yo sí sé pero agrego a esa reflexión que la debemos saber aceptar el dolor, que el dolor es una parte fundamental para alcanzar la plenitud. Es imposible saber lo que es uno y el otro sin integrarlos. Seríamos locos si estuviéramos todo el tiempo riendo o llorando.

Escucha el nuevo capítulo de Espiral en SpotifyApple podcast o dónde los escuches. Ojalá me pongas un ⭐️. Y si prefieres leer la entrevista, aquí lo puedes hacer

En la última sesión del taller de lectura leímos un pequeña novela, una joya en realidad El nadador en el mar secreto de William Kotzwinkle. En este relato, triste y potente de tan solo 88 páginas, no hay felicidad. Pero es entendible, la pareja protagonista sufre una pérdida irreparable (no quiero dar más información) y el dolor es como un mar secreto donde se esconde la alegría que volverá a surgir en algún momento. Mi suegro me pidió que le recomendara algo y no quise algo así de triste, le dije que se iba a la segura con La buena suerte de Rosa Montero. Es un relato que termina bien y eso se agradece. Mi hijo  mayor cada cierto tiempo me pregunta ¿por qué la mayor parte de las novelas son tan macabras? He reflexionado bastante al respecto y  si los escritores se dedicaran  a escribir sobre puro chocolate y manjar no estarían siendo fieles a la complejidad que es transitar por el océano de olas y tormentas. Considero que los artistas tienen su propia varita mágica, transforman miradas personales a visiones universales.  Si solo nos quedaremos con nuestras penas, pérdidas y logros escondidos en un cajón ¿te imaginas cuánto los lectores habríamos dejado de conocer y empatizar?

Esta foto es del 2017 cuando fui a buscar el número. El otro mes volveré a correr la maratón de NYC.

Estoy a un mes de la maratón de Nueva York y he vuelto a las pistas, pero perdí ritmo, capacidad. Debo ser buena conmigo misma, no juzgarme con dureza y aceptar que en esta nueva competencia no haré mi marca personal.  Con lo de mi mamá ha sido imposible mantener el entrenamiento. Hace unos días fue la maratón de Londres y una corredora increíble, Catalina Langlois hizo su récord personal y la terminó en 2:47. La semana pasada se me ocurrió poner la máquina trotadora a su ritmo promedio  y prefiero omitir mi resultado, fui afortunada de no caerme (por lo rápido).  

Catalina Langlois escribió esto en su Instagram:

Londres y yo tenemos una historia. Una de las buenas eso sí. Por lo mismo, mi maratón no podía ser algo tormentoso y sufrido. Debía ser una gran fiesta, con miles de invitados, música, baile, alegría. Y eso viví el domingo pasado. Técnicamente cometí errores, no es una carrera para lograr tu mejor marca si comienzas muy atrás (calles estrechas con cientos de corredores con diferentes ritmos de carrera), pero en cuanto a la actitud, no creo haber defraudado.
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Cuando la lluvia se transformó en rayos de sol, supe que esta sería mi carrera, que era mi propia fiesta y que la viviría de la mejor manera.
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Aquí un pequeño resumen de mis acciones del domingo: choque de mano con cada niño que la ofrecía, respondí a todos los saludos y muestras de cariño, alenté a la multitud al estilo rock star, hice amigos en la ruta, me preocupé de cada foto 😂, no me desesperé, sonreí, miré, agradecí, fui consciente de cada paso, cada km. Hay veces que decides gozar porque sabes que necesitas volver a sentir eso para continuar con más fuerza.
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Jamás seré ella y no pretendo. Ella corre en el mismo equipo que yo, Tym y va al mismo gimnasio, Baus. Solo que Catalina tiene un don y lo hace de manera profesional, pero estar cerca de ella me ha servido de ejemplo, de aliciente. ¿Qué quiero decir con esto? Que es importantísimo rodearse de ejemplos, de personas que te hacen mejorar, te invitan a inspirarte. Ojo y esto no es exclusivo en el deporte, nada más lejano a ello. Pero dice mucho de uno de quien es amiga, escuchas y pides consejo. Yo intento rodearme de personas que admiro, que me hacen una diferencia.

El viernes pasado cumplí 27 años de matrimonio. Llevo más años junto a mi marido que sola. Con él hemos logrado construir un mundo más mágico que la Rowling y con tempestades, túneles y campos de petunias. Esa es la vida.

Van mis recomendaciones:

🎙 Podcast:Entrevista a Rosa Montero en el podcast “Vidas prestadas

 📖 Libro: “Las gratitudes”. Extraordinario y bello. Narra el vínculo entre una mujer y cómo ella cuidó de Marie. Va del presente al pasado y de lo importante que es saber agradecer y cuidar a los nuestros. Magistral.

Algo que aprendí: El sentido del olfato y del sabor están íntimamente vinculados. Es decir, si no eres capaz de oler bien, también la capacidad de saborear disminuye. En esto juega un rol vital y nos permite sentir placer, repugnancia. El cerebro categoriza los olores y sabores.

Agradezco: A cada uno de ustedes que me lee y me da energía para seguir adelante.

Un momento feliz: Haberme ido a la playa con mi hija menor y jugar tantas veces un juego de cartas “26”.

Lee. Escribe. Crea.

Karen

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