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#79 ¿Somos felices las mujeres hoy?

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Hola, hola, ¿cómo estás? Te doy la bienvenida al programa #79 de Espiral, tu podcast de literatura y creatividad. Hoy inauguro el nuevo ciclo temático vinculado a la felicidad. La primera invitada a este ciclo es la psiquiatra Valentina Capponi, quien además de sus estudios en Chile, cursó especializaciones en Estados Unidos. Durante sus más de veinte años de experiencia se ha especializado en la salud mental de la mujer y ha logrado determinar cuáles son los factores determinantes para vivir con mayores índices de alegría y satisfacción, así como los factores que inciden en la alta tasa de depresión que se da en nosotras las mujeres.

En esta entrevista quise entender si es real o un mito urbano las diferencias anímicas que se producen entre ellos y ellas, el rol que cumplen las hormonas y si efectivamente los seres humanos estamos capacitados para alcanzar la felicidad. ¿Qué es la felicidad? ¿Cuáles serían los factores determinantes para ello? ¿Qué rol tiene la trascendencia en ello?

Recuento personal

Tal cual te conté en el último episodio de Espiral, que fue muy lindo, a mi me encantó sobre cómo ordenar la biblioteca, he estado un poco abstraída del mundo. Y sigo así. Pero esta semana me propuse volver a vivir con ganas y retomar mis proyectos, porque no puedo seguir anclada en la pena. Mi mamá falleció hace casi catorce días, mañana lunes son dos semanas, producto de un Alzheimer muy avanzado. Si bien fueron años de enfermedad, y además el COVID aceleró toda su situación, es muy cierto esa frase hecha de que “uno nunca está preparado”, por eso existen estas frases que están en la boca de todos, y hasta que no te sucede, no lo entiendes.

Por lo mismo decidí iniciar con el ciclo de la felicidad porque creo que de una u otra forma, escuchar a alguien que trabaja en el terreno, que sufrió, como Valentina Capponi con la muerte de su padre hace menos de dos años, aporta para salir adelante y ver el dolor en perspectiva.

Dentro de las cosas lindas que me sucedieron en este tiempo, que hay muchas acá solo menciono las vinculadas a Espiral, fue recibir dos cartas que me ayudaron a volver a sonreír. Todo partió con el desafío que me autoimpuse de “Una carta al día” la que te conté en el episodio 76. La primera carta fue de Ana María del Río, una gran persona, escritora a la que conocí antes de la pandemia y me ayudó muchísimo con mi novela. Lo primero que me llamó la atención fue el sobre rojo con una letra hermosa, algo me hizo recordar en esa grafía los comentarios que ella iba escribiendo sobre capítulos que íbamos revisando. El papel que Ana María ocupó me recordó mi juventud cuando quemaba los bordes para imitar las misivas antiguas. Así comenzó su carta: “Querida Karen, sorpresa y asombro al recibir tu misiva. Me vi transportada a inicios de siglo que ya pasó y por un momento, el tiempo pareció ser dúctil y acomodarse a mi deseo. Sin duda recibir una careta física es mucho más hoy en día que recibir un trozo de papel escrito y firmado por alguien. Es casi un abrazo a medida”. Por algo Ana María es una gran escritora.

La segunda sorpresa fue la que me llegó de María Luz Rodríguez. Lo primero que me pregunté cuando vi el sobre ¿quién es ella? ¿Acaso la conozco y lo olvidé? Qué sorpresa más enorme y preciosa me dio esta española oriunda de Orunse, una ciudad de Galicia, de la que yo nunca había escuchado. Ella me escribió en una tarjeta con una réplica de un lienzo titulado “Paseo a la orilla del mar” de Joaquín Sorolla y Bastida de 1909, donde dos amigas, imagino, pasean vestidas de blanco a la orilla del mar. La carta de María Luz se demoró muy poco en llegar, la escribió el 22 de agosto y ya el 12 de septiembre la tenía conmigo. Una letra igual de linda como la de Ana María y su contenido me tocó en lo más profundo: “Me sorprende gratamente que en un curso virtual sobre boletines me haya encontrado a miles de kilómetros de distancia a una persona con intereses similares a los míos: Cartas, libros, memoria, podcast y por supuesto, boletines. Leer el tuyo es un placer. Me entretenía y me hace pensar”. Ahí  entendí. A María Luz la conocí en un curso que hice con Patricio Contreras, ella era la única española del grupo y seguramente luego de suscribirse a mi boletín, comenzó a  escuchar Espiral y suma y sigue.

Queridos amigos, no tengo palabras. Ha sido maravilloso el ejercicio y nunca uno sabe dónde están las sorpresas, o mejor dicho, dónde uno impacta positivamente. Así da gusto trabajar y generar contenido que aportan a una mejor vida, con pausa y significado.
     

Hoy en la noche comienza el año nuevo judío, si lo celebras o no lo celebras, te mando un caluroso abrazo de podcaster, un abrazo lleno de miel, y de buenas noticias para este año que comenzamos algunos en el Planeta, y para lo que te quede de este año, lo necesitamos.

Hoy celebraré el Rosh Hashaná, el año nuevo judío

Te invito a escuchar la entrevista a Valentina Capponi. La transcripción como siempre de este y todos los episodios de Espiral están en mi página web www.karencodner.com

ENTREVISTA VALENTINA CAPPONI

KC: Hola Valentina ¿cómo estás?

VC: Hola ¿cómo estás Karen?

KC: ¿Qué te interrumpí cuando te tuviste que conectar para la entrevista? ¿Qué estabas haciendo?

VC: Venía llegando del hospital psiquiátrico porque estoy trabajando allá. Me vine un ratito antes hoy día para poder conectarme acá desde mi casa más tranquila.

KC: Muy bien, muchas gracias por dar este espacio a los auditores de Espiral. Quiero presentarte. Eres psiquiatra de la Universidad de Chile, especialista en salud mental y trabajas en el Hospital Horwitz de salud mental. Y no sé si tienes consulta.

VC: Sí, también tengo consulta. 

KC: Principalmente tu expertise es en la salud mental de la mujer ¿o no?

VC: Sí, en eso me he ido especializando con el tiempo. Bueno, hice una formación hace unos años en Estados Unidos y después me he ido perfilando hacia esa área, tenía una necesidad importante de entender un poco más cómo las hormonas influyen en el funcionamiento cerebral de las mujeres y cómo eso muchas veces es una ventaja y muchas veces una desventaja, y cómo manejarlo mejor y en los períodos en que las hormonas obviamente son un estrés para el cerebro, como en el embarazo, el parto, la menopausia, los momentos de cambios hormonales importantes.

KC: O sea, es efectivo que las hormonas nos afectan muchísimo en nuestra salud mental y en nuestro diario vivir. No es un mito urbano.

VC: No, no es un mito urbano.

KC: Desde pequeña, contaste en la Revista Ya, que es una revista que sale con el diario El Mercurio acá en Chile, que a los doce años tenías clara tu vocación, querías comprender la mente. ¿Qué implica comprender la mente?

VC: Sí, pero en realidad es como una curiosidad infinita de saber por qué las personas en el fondo tienen los comportamientos que tienen y mirando los comportamientos que son positivos y que aportan al mundo como tanto los que son negativos, y que uno pudiera intentar modificarlo. Entender qué hay detrás de eso, qué es lo que nos atraviesa a todos los humanos, independiente de todas nuestras diferencias, ¿qué es lo que nos atraviesa? Eso es lo que siempre me ha motivado mucho entender.

KC: Hay aquí dos términos que me llaman la atención, primero nombraste curiosidad. Curiosidad me imagino en el sentido de un motor para descubrir y entrar en áreas de investigación. Y por otra parte, cuando yo te hice la pregunta, en realidad di por sentado que uno podía conocer la mente humana. Respecto a la curiosidad, ¿cuál es el rol de la curiosidad en tu carrera?

VC: No sé, yo pienso que la curiosidad, o sea, la búsqueda de la verdad en cualquier disciplina es lo que más nos acerca a contactarnos con lo que nos hace más trascendentes, más centrados en lo importante y más un aporte finalmente a la sociedad que perdure, que no sea como un poco centrado en nuestras necesidades, en nuestros deseos, nuestras ambiciones y nuestras limitaciones finalmente. Siento que es lindo ver cómo en todos los ámbitos, cuando alguien busca la verdad, la verdad en el sentido de entender las cosas como son, siempre trae cosas buenas. Y la curiosidad para mí es eso, es buscar por qué las cosas son como son y cómo eso te puede ayudar a vivir mejor en el fondo, y a los otros.

KC: Y respecto a la segunda pregunta ¿Podemos aspirar a conocer nuestra mente? ¿cómo funcionamos los seres humanos?

VC: Yo cada día creo más que sí podemos aspirar plenamente. Creo que debemos aspirar a hacerlo porque creo que es muy difícil vivir la vida si uno no se conoce bien en todo ámbito, así como tenemos que conocernos bien físicamente para saber, por ejemplo, cuánta fuerza puedo hacer con los músculos, uno sabe cuánto puede, por ejemplo, trasnochar sin que el sistema de uno se le venga abajo y que la vida empieza a ser muy desagradable. Uno necesita conocerse bien para poder aspirar a la mejor versión de uno mismo. Y yo creo que en términos mentales es súper importante que cada ser humano se pueda conocer bien. Y bueno, los psiquiatras de alguna manera son algunos de los profesionales que intentamos ayudar a la gente a poder llevar ese camino.

KC: ¿Es una herramienta la psiquiatría para esta trascendencia, este conocimiento?

VC: Así es. Es una herramienta, una entre muchas, y hay que tener esa humildad creo yo, si realmente uno cree que es la única o es la mejor, uno se pierde tantas cosas que no ves. Así que creo que es una y que puede ser muy útil. Y como todos los instrumentos en la vida son un arma de doble filo, uno debe aprenderlo a usarlo bien porque si uno no sabe usar un cuchillo afilado uno se corta.

KC: Tú, en tu posición profesional ¿crees en el alma? porque hablaste de la trascendencia. Para algunos no existe el alma y somos lo que somos, somos cuerpo y algo más de cerebro. ¿Cuál es tu perspectiva en esto?

VC: Bueno, mi perspectiva es que es muy difícil encontrar el centro de la vida, la felicidad, el camino más de realización, si uno no tiene una visión trascendente de la vida, es muy difícil. Obviamente es algo súper personal, pero qué bueno, hoy día la sociedad, especialmente en la sociedad occidental, creo que nos hemos encandilado con tantas otras cosas y tantos desarrollos, tantos otros instrumentos, que hemos perdido un poco el foco en eso. Yo creo firmemente en que si uno tiene una visión trascendente de la vida, logra centrarse en lo que realmente vale la pena y deshacerse de lo que no.

KC: Eres hija del reconocido psiquiatra Ricardo Capponi, que falleció el 2020. Seguramente te han hecho muchas veces esta pregunta, pero yo tengo dos.

¿Qué fue lo que aprendiste de él si tuvieras que decir aquí hoy día en Espiral? ¿Y cómo se lleva el duelo? Él falleció hace ya dos años. ¿Cómo muta el duelo?

VC: Aprendí de él a hacer las cosas con todo el cuerpo, toda la mente y toda el alma, y creo que eso es algo que se transmite con el ejemplo, que cuando quieres hacer algo, da lo mismo lo que sea, lo tienes que hacer con todo tu ser y eso es lo que te hace ser feliz una vez que terminas una obra, una vez que haces cualquier cosa, porque la verdad estar puesto en las metas, en los logros, hemos mirado ya la sociedad que pareciera ser que eso no es lo que nos trae la satisfacción y la real felicidad. Yo creo que papá fue muy feliz cada vez que encontró ese centro y pudo mostrar, pudo hacer cosas en su vida con todo su entusiasmo. Como vividor de todo, pero vividor de las cosas chicas y yo sé que él disfrutaba mucho de las cosas que hacía bien y cómo te digo no solo, de repente uno cree que hacer las cosas bien es hacerlas técnicamente bien o solo con la mente, con el pensamiento, pero no. Él cuando hacía algo con todo su ser era un ejemplo en realidad y uno se da cuenta que hay mucha gente que es un ejemplo por eso mismo. Y bueno, el duelo de un papá que te dio tanto, es un duelo muy doloroso porque de alguna manera tienes que incorporarlo como adentro tuyo y seguir la vida con todo lo que te dio. Pero es un duelo súper llevadero, super lindo y lleno de cosas que tú recibes de todo el mundo, lleno de miles de puertas nuevas de la vida que te muestran cosas. Es como un portal a una oportunidad de ver cosas que uno no ve si es que no pasas por un dolor como ese. Para mí ha sido lo que más ha transformado mi vida. Y yo lo siento súper presente todo el tiempo. Y es súper terrible, es terrible en el sentido, que uno mira hacia atrás y dice qué dolor más grande, pero por otro lado, siento que la persona que soy hoy día no podría ser, si es que no hubiera pasado todo esto. Entonces no sé si renunciaría eso. Lo siento súper presente en mi vida y obviamente que se extraña, y pero es tanto lo que nos has dado una vez que se fue que es curioso, es raro, es rara la vivencia.

KC: Me imagino que a veces te gustaría hacerle preguntas, sobre todo porque él vivió una pandemia muy distinta. 

VC: Sí, él no alcanzó a vivirla en realidad, porque él murió en enero y la pandemia empezó febrero, marzo. No vivió nada de esto. Pero sí, obvio, hay momentos, él era bastante mi referente y en momentos difíciles era una persona que siempre te iba a dar una visión general, iba a poner paños fríos, a las cosas que uno de repente se enreda y cuesta mirarlo en perspectiva y decir no, eso no va a ser importante.

 KC: La sabiduría.

 VC: La sabiduría. Yo después, cuando él murió, escribí un texto que nunca lo mandé a ningún lado, pero yo decía ¿dónde están los sabios? Hoy día en la sociedad no hay sabios, los psiquiatras no somos los sabios, hoy día un poco, la gente va y pregunta y consulta al psiquiatra cuando las cosas no están bien en la vida, pero la verdad lo que necesitaríamos serían sabios. De esos que vienen de vuelta, de esos que saben discriminar inmediatamente lo importante de lo accesorio, que te puedan dar esa como tranquilidad de mira, busca por acá, busca por acá. Pero que en el fondo no te sobreprotegen, sino que te dejan hacer el camino que tienes que hacer, falta eso.

KC: Falta muchísimo, mucha gente construye sus propios sabios. Entre esos están los psiquiatras. Valga decir, para algunos son los políticos, para otros son artistas, pero sabio en un sentido integral de una visión de vida. Me dejas pensando dónde encontrarlos. Para algunos puede ser la figura del cura, del rabino.

VC: Antes yo creo que cumplía mucho ese rol la Iglesia católica. Hoy día yo creo que en distintos sectores sociales hay distintas religiones. Hoy día el mundo oriental está mostrando un área espiritual súper interesante que a mucha gente joven le atrae mucho. Pero sí, y que va de la mano un poco con esto de que nos hemos encandilado mucho con muchas cosas, con la tecnología, con el desarrollo económico, con millones de herramientas que nos ha dado la vida, pero nos hemos descuidado en esta visión más trascendente que no tiene que ver con una religión específica, ni con nada en particular, sino que con el poder ver la vida más allá de lo inmediato,  me refiero como de lo práctico solamente.

KC: Quiero entender cómo fue la pandemia para las mujeres y cómo la estamos viviendo hoy. ¿Nos afectó más que los hombres? ¿se puede llegar a esa conclusión? ¿qué viste tú en tu práctica?

VC: Yo no sé bien si nos afectó más, probablemente nos afectó de manera diferente. Yo creo que hay muchas familias que fue una oportunidad y lo tomaron de esa manera, y fue un regalo poder vivirlo, otras personas no, obviamente que depende mucho de las circunstancias de todo. Yo te diría que, por ejemplo, las mujeres en posparto, de hecho mundialmente, las estadísticas muestran un aumento de la depresión posparto importante porque es un momento de la vida en que uno necesita mucho a la sociedad. Criar ha sido como uno de los grandes problemas de la sociedad hoy día porque antiguamente nosotros criábamos en grupo y eso era fundamental para la mujer. Yo siempre les digo a mis pacientes cuando están en el postparto, tu cerebro está recién como en convalecencia, tienes que darle tiempo que vuelva a sus funciones y eso implica que la sociedad te tiene que sostener de alguna manera para poder disfrutar tu maternidad y para poder no sentirte tan agobiada. Yo creo que la pandemia fue muy dura para las mujeres que les tocó el postparto y que se sintieron muy solas, y bueno, ahí todavía la sociedad tiene tantos coletazos de machismo y de poca inclusión del hombre en la crianza. Yo creo que sí fue como una consecuencia evidente, el resto creo que ha sido súper distinto, en distintos casos, todas las mujeres yo te diría que tenían hijos en edad preescolar y que estaban un poco a cargo de eso en la pandemia también se les hizo bien difícil hacerse cargo de eso y además del trabajo. Ese te diría que es otro grupo que se resintió harto, Y también hubo mucha reactivación de crisis de pareja durante la pandemia. Era como un reality en el fondo, entonces, tú empiezas a mirar todo con lupa y obviamente que hubo muchos temas de pareja y eso, bueno, eso afecta a hombres, mujeres y ha sido algo que todavía vemos una consecuencia.

KC: Valentina tu foco, efectivamente, como tú estabas hablando, está en la salud femenina específicamente en el terreno perinatal, y aquí cito y me puedes decir si me equivoco: «Lo que afecta, concierne al bebé en el período inmediatamente anterior o posterior a su nacimiento». Por lo tanto, tú nos estás diciendo que, frente a la pandemia, frente a esta cisión de lo individual y lo comunitario, hubo consecuencias que son de un tamaño de un gran barco, por decirlo de una manera elegante. ¿Cómo afecta también esto al bebé en sí mismo?

VC: Mira, si tú me hubieras hecho esta pregunta hace unos años atrás, yo te hubiera dicho claro, las consecuencias neurobiológicas para un niño que tiene una mamá que se deprime o que está angustiada en el embarazo son importantes, pero hoy día, la verdad, me pasa que tiendo a ver todos los cambios neurobiológicos, las diferencias en ese sentido sean a veces vistas como un hándicap, creo que es una oportunidad. O sea, si tenemos una generación de niños que claro que van a tener probablemente una hipersensibilidad mayor a los tres, bueno, tal vez vamos a encontrar que eso es necesario de alguna manera para lo que nos desafía la sociedad hoy día. No lo veo como un problema en sí mismo. Obviamente, a no ser que estemos hablando cosas extremas pero como sociedad creo que uno peca un poco en la disciplina médica y científica de creer que uno cree que es lo mejor para las personas y eso, absolutamente la vida me ha demostrado, que uno no tiene idea lo que es mejor para las personas. Hace unos ocho meses me diagnosticaron una artritis reumatoide y eso ha sido una experiencia para mí, obviamente súper difícil, pero ha sido una experiencia increíble en muchas otras cosas y no me la perdería. ¿Me entiendes? A pesar de que es una enfermedad, una enfermedad crónica, pero no me la perdería a pesar de todo, porque creo que me ha dado muchas oportunidades para poder mirar cosas que no había mirado en mí misma, ser paciente crónico, que no es lo mismo que ser paciente de vez en cuando, un montón de cosas que para mí, como persona y como profesional, han sido súper valiosas. Entonces, es verdad que la pandemia fue un momento de tocar fondo en muchos aspectos para muchas personas, pero creo que no podemos quedarnos en eso, creo que todo lo que hoy día tenemos es un nuevo instrumento y si tenemos adolescentes que fueron menos sociables, bueno, esos adolescentes también nos van a aportar algo, una mirada diferente que no habíamos visto hasta hoy día. Creo que todo va un poco más en confiar también en la vida, en que el ser humano ha vivido tantos miles de siglos, en tantas distintas condiciones, creo que el punto no va en eso, tengo esperanza en ese sentido.

KC: Estoy viendo, por lo que tú me estás contando hoy, que eres una persona extremadamente positiva, guerrera, en cual las adversidades, tu posición es agarrar estos dolores, estas desvinculaciones, y transformarlas en algo positivo ¿o me equivoco?

VC: Sí, yo soy bien positiva. Bueno, mi papá era una persona muy positiva, mi mamá es una persona muy positiva, a pesar de que siempre fueron bien inquietos en mirar la realidad como es, sin negarla, pero en positivo. Yo creo que cuando a uno hay algo que le cuesta, le duele, le es difícil, es porque tiene que resolver algo y creo que es una oportunidad. Siempre que algo te incomoda es una oportunidad para mirar algo que no tienes resuelto. Por lo tanto, si uno vive la vida, no te da miedo en el fondo nada de lo que te pueda pasar.

KC: Claro, es cierto. ¿Y las mujeres tendemos a ser más depresivas? Los índices de acuerdo a una encuesta, de los resultados 2021 de estudio ELSOCconfirman una brecha de género en salud mental diciendo que las mujeres son sujeto de presiones y sufren más por esto. Es decir, que el 2021, por ejemplo, 27% de las mujeres presentaron síntomas depresivos moderados o severos, mientras que en hombres este porcentaje fue de 9,6. ¿Cuál es tu opinión respecto a este estudio?

VC: O sea, todos los estudios de salud mental apuntan a que la mujer tiene más tendencia a los síntomas depresivos que el hombre. Hay muchas teorías de eso y es muy difícil desmenuzar ahí cuánto hay de un tema social. En el fondo la mujer en nuestras sociedades, la chilena yo pienso que en muchos sectores es así, la mujer se hace cargo de todo y además trabaja. Es increíble, yo en realidad me saco el sombrero. Pero también está la parte más biológica y las hormonas si tienen que ver con la secreción de neurotransmisores y entonces la mujer tiene una inestabilidad, en el fondo, en su cerebro mayor porque fluctúa hormonalmente todos los meses. Hay mujeres que son mucho más sensibles que otras y eso también se puede tratar pero es una tendencia de que claro, las mujeres muestran más cuadros depresivos, digo evidentemente depresivo, lo que pasa es que ahí, y yo me acuerdo a lo conversado en algún momento con otros colegas, también hay otros equivalentes depresivos que el hombre tiende a usar más, por ejemplo, el hombre tiende a tener más adicciones al alcohol como equivalente depresivo, y se enmascara un poco. El hombre consulta menos, y el hombre también se enferma de otra manera. Entonces más que como solo ponerlo a mí me gustaría como verlo, no he visto cómo ha estado en los últimos estudios en la pandemia como de patología psiquiatra y mental, como global, porque obviamente las mujeres nos enfermamos distintos de los hombres. La mujer se pone más triste, el hombre anda más irritable, por ejemplo. Bueno, por poner un ejemplo, en realidad. Pero yo pienso que sí, hay distintas interpretaciones para ver eso, la mujer aún está en una posición que se le cargan bastante la mano y no solo los aspectos prácticos, también en todo lo emocional, la mujer es la que contiene a los hijos, la que contiene a sus padres, la que en el fondo resuelve las cosas emocionales bastante más fácilmente porque es nuestro lado fuerte. Pero el hombre, en la medida en que se va acercando al mundo más femenino, al usar el cerebro más derecho, el cerebro más intuitivo, más artístico, menos racional y más amoroso, también va enfermándose de la misma manera, entonces es difícil mirar por qué se producen estas diferencias en los estudios que hay hoy día disponibles.

KC: Claro, pero el hombre no tendría el componente basal, que son sus hormonas, que nos juegan un poco.

VC: El nombre tiene testosterona y la testosterona claramente fue muy útil por muchísimos siglos para poder sobrevivir para poder salir de la cueva a buscar el león y comerlo y para protegernos. La testosterona sí te protege también, por ejemplo, de los síntomas más depresivos que te detienen. Pero eso no quiere decir que cuando hayan problemas en lo social el hombre, no empieza a funcionar peor, lo que pasa es que tal vez no se disfuncionaliza tanto, pero si uno empieza a mirar con lupa uno puede mirar que los hombres quizás no sé deprimen, no se van para adentro, pero es igual, la mujer siempre lo todo lo hace hacia adentro y el hombre es más hacia afuera, entonces tal vez se enferma más hacia afuera.

KC: Valentina, entremos en la felicidad. ¿Cómo define la psiquiatría la felicidad y cómo la defines tú?

VC: La psiquiatría, no sé cómo la define porque la psiquiatría es una disciplina de la medicina y que en el fondo se dedica a las enfermedades, para cuando la mente no está funcionando bien. Por lo tanto, si uno lo pensara, estrictamente del ámbito psiquiátrico sería como el estar sano mentalmente, pero eso evidentemente, que en la sociedad ha sido como bien discutido que no es suficiente para ser feliz no tener una enfermedad mental entonces o no tener un cuadro deprimido, sino que la felicidad es algo que atraviesa a todo el ser humano, y debiera ser, por lo menos para mí y es lo que me motiva, como a ir descubriendo, tiene que ser algo que esté como disponible para cualquier persona. Por lo tanto no va ni en lo que uno quiere ni material, ni de conocimientos, ni de educación, ni de nada, sino que tiene que ver algo como a lo que está llamado el ser humano y ahí yo sí pienso que tiene que ver con una visión trascendente de la vida, de unirte a un espíritu, no sé cómo decirlo para que sea bien genérico, para que lo sientan todas las personas, hay personas que creen que es a un dios, a un infinito o al mismo cosmos, a la naturaleza. Pero es una manera de que el ser humano esté unido a todo lo que trasciende que es en el fondo a todo lo vivo.

KC: ¿Y hay condiciones mínimas para alcanzar esta trascendencia? Quizás que personas que son muy existencialistas o se dice que las personas extremadamente ricas, extremadamente pobres. ¿Hay un piso mínimo o esto lo puede alcanzar cualquier ser humano?

VC: Yo creo que no, yo creo que cualquier ser humano lo puede alcanzar. Yo creo que hay muchas vivencias en la vida de una persona, muchas vivencias en muchos momentos que tú tienes la posibilidad, como el portal a conectarte con esto. Y yo creo que las vivencias tanto dolorosas como gratificantes son un portal para conectarse, como con esa trascendencia. Y que es muy contradictorio porque la manera de conectarse con lo trascendente es en el momento presente, entonces no tiene que ver con algo que uno esté pensando de hacia dónde vamos a ir, si hay alma o no, si hay cielo o no, sino que tiene que ver con que el momento presente pleno, conectándote a las cosas importantes que en general, yo le he dado hartas vueltas y pienso que es así, como conectándose con las cosas que están vivas, creo que puede ser en cualquier condición. Obviamente que las condiciones de dolor, de hambre, de tortura, son condiciones muy difíciles y en el fondo, como todo es una oportunidad. Hay personas que en la cárcel han encontrado  su portal hacia la felicidad y tú dices ¿cómo?. O personas que en la enfermedad o en la muerte de alguien querido han encontrado por fin la respuesta para qué es la vida, y tú lo notas porque son personas que son luminosas, que no necesitan decirte nada y tú entiendes que son personas que están conectadas con lo que te hace feliz.

KC: En ese sentido, ¿la depresión es la ausencia de felicidad, trascendencia, si quieres o la depresión es la incapacidad de sentir? ¿O son ambas?

VC: No, yo pienso que la depresión es una enfermedad como cualquier otra. La enfermedad en general te hace difícil la pega, obviamente, los momentos de dolor, uno se pone muy autorreferente.

KC: Muy egoísta.

VC: Uno está sobreviviendo, se activan todas las alarmas de sobrevivencia. Pero al mismo tiempo, cuando la vida te lleva al extremo, y tú tienes una visión como trascendente de la vida, en el sentido también de tener como una fe en la vida, como de que las cosas van a estar mejor, de que esto es por algo y algo vas a sacar de esto. Pienso que también son vivencias que, y eso un poco, como citando a las grandes personas de la historia, son las vivencias que te llevan a los momentos, como a poder aspirar a una felicidad así como plena y permanente, profunda. Cuando uno tiene todo dado y todo bien, y está todo bien pienso que uno pierde el foco más fácil.

KC: Sí, de todas maneras. Pero uno no tiene todo dado, en general diría, una generalización. Pero los seres humanos siempre tenemos unas grandes pruebas en el camino. 

VC: Siempre.

KC: Existe en algún, nos hemos vuelto que nos encanta dar consejos fáciles, pero para vivir moderadamente tranquilos alcanzar estos episodios de felicidad ¿hay alguna diferencia en lo que requiere el hombre y la mujer?

VC: Yo creo que no, no hay ninguna diferencia. Yo creo que el hombre y la mujer están acá en el mundo porque es necesario que aporten en forma diferente y porque se complementan, pero a la hora de ir a mirar al ser humano, yo pienso que tienen los mismos desafíos y de hecho, uno mira a las personas, no sé, las personas para mí logradas en el mundo, en la historia, son hombres y mujeres, y todas se caracterizan por esa sensación de que da lo mismo como seas, da lo mismo cuáles sean tus defectos, da lo mismo si tienes más defectos o más limitaciones, es como algo que va más allá de las limitaciones humanas. Y en ese sentido, creo que en general, si uno mira las personas que uno, hablando como de los sabios, de las personas que han aportado así como históricamente, consistentemente a la sociedad en términos humanos, de ser un ejemplo, creo que hay hombres, mujeres y van a seguirla habiendo. Y creo que hoy día más que nunca el género es lo menos importante. Cada día tenemos más la idea de que el uso termina siendo un poco una cáscara.

KC: Exacto. Que lindo eso, el género como una cáscara, eso es muy interesante ese concepto, es bien revolucionario también. Tu padre publicó, «Felicidad sólida»,  su último libro. ¿En qué consiste?

VC: Mira, yo creo que es un grano de arena importante para el estudio de la felicidad, tú sabes que hay muchísima literatura al respecto. Creo que es lo que persigue el hombre en todas las épocas que ha tenido en su historia. Yo creo que es un grano arena porque a pesar de que yo no solo me he leído varias veces su libro, sino que también he leído muchas cosas de felicidad y de muchos tipos, y creo que lo que caracteriza a ese libro es que es un instrumento importante a tomar conciencia de que uno debe cultivar, la salud mental para poder aspirar a una felicidad plena, y la salud mental desde el punto de vista no de la ausencia de enfermedad, sino que es como ir al gimnasio, yo le digo a mis pacientesuno no parte trotando una hora y medio, obviamente que no. Y pone súper claro y súper didáctico, cómo elaborar emociones negativas en la vida te da un training para todos los momentos difíciles y te hace enredarte menos cuando las cosas se ponen difíciles. Él no expone como otros libros de felicidad, un poco el camino cómo hacerlo, él solamente hace un tratado porque realmente el libro es como súper así como cabezón y mateo, pero sobre cómo argumentar, porque él cree firmemente en que esto es parte como del training que deben tener las personas para poder mantenerse bien psíquicamente, que si uno no es capaz de elaborar las emociones negativas, estas emociones siempre te van a venir a rondar y te van a venir a no dejar que sigas creciendo.

KC: ¿Y este libro para qué tipo de público es? ¿quién lo debería leer?

VC: Ay, qué difícil esa pregunta. No lo sé, yo creo que cualquier persona que tenga ganas de leerlo. Es un libro que uno lo puede leer entero, puede leer un capítulo, puede consultarlo. Es un libro como de referencia.

KC: ¿Pero está dirigido a un público, digamos, no docto, digamos no especialista en la materia, sino a cualquier ciudadano?

VC: Sí, obviamente es un libro que tiene bastante, nosotros también siempre tratábamos de decirle a mi papá, como “ya, pero bájale un cambio para que la gente lo entienda más”, pero es un libro que, yo creo cada día más en que la gente es capaz de entender lo que o sea, todo lo que quiera entender, el tema es cuánto lo tienes que masticar pero yo te diría que no soy de la idea de que alguien no pueda leer algún libro. Hay momentos, hay momentos en que uno mismo lee un libro y como que no lo puedes enganchar, no lo puedes entender o no te hace sentido, y lo agarras un año después y encontrar que es como a quién por Ds se le ocurrió esto, y es porque uno es él que no está permeable.

KC: Exacto, muy interesante eso. Es el momento adecuado, esas palabras, en algún minuto pueden encontrar espacio en ti.

VC: Totalmente. Entonces, si tú estás con la inquietud de querer leerlo trata, y si no trata después, y puede ser que en algún momento encuentres justo lo que te quería decir. Creo que no me encasillaría, sí es un libro cabezón, pero no importa, uno por último se puede saltar las partes que no le van a servir.

KC: Y si tuvieras que dar un lecturas o sitios en Internet, o escuchar para personas que están buscando ser más felices. No estoy hablando de lo fácil, estoy hablando que a veces uno se pierde dentro de esta sobre información que tenemos ¿Cuáles serían aquellos referentes que tú dirías «te invito leer esto, a escuchar esto, a ver esto»?

VC: A ver, yo primero que nada creo mucho en que cada persona tiene su camino y es súper difícil que yo te diga, mira, léete este libro ahora, porque, increíble, yo soy sÚper buena para leer y hay libros que yo me leí cuando recién murió mi papá y yo dije, «pero este gallo qué estaba hablando, se pegó en la cabeza», y después, te juro dos años después me lo leo y digo «pero que persona más visionaria» y el mismo libro. Entonces, digo, es tan evidente que uno tiene que ir haciendo su camino. Hoy día hay tanta información, pero también uno tiene que ser responsable en que uno tiene que elegir los libros que a uno le hagan sentido, intentar leerlo. Sino te hacen sentido, busca otro y no pares de buscar y de sentir que en algún lado va a estar la respuesta a lo que tú en ese minuto necesitas. Más que yo te pueda decir lee este ahora, claro en el ejercicio de la consulta por ejemplo, en que tengo pacientes que conozco mucho y desde hace años y yo sigo un poco el proceso, ahí hago un poquito más de guía y decirle, mira, yo creo que en este minuto este libro si te va a ayudar y ahí, claro es, es como un poquito más regalón. Pero yo creo que cualquier persona puede buscar lo que necesita y no dejar de buscar. Y no solo los libros, yo pienso que hoy día estamos súper Intelectualizados en la sociedad occidental y yo creo que de las cosas que más te dan como información útil en la vida son las vivencias de cosas que te conecten con lo importante y en ese sentido, todo tipo de vivencias con la naturaleza, el ejercicio, el deporte, la vida social cuando es en pro del compartir, una buena pieza de música, el arte, para mí son todos portales de sabiduría en el fondo, que te pueden hacer sentido en algún momento o en otros no. Yo creo que uno tiene que ejercitar estar permeable a lo que te da el mundo. Estamos llenos de recursos, si nosotros no los usamos es porque nosotros no los estamos mirando.

KC: Has hablado hoy día de muchos conceptos y estoy tratando de resumir en mi cabeza lo que he ido escuchando atentamente, y son conceptos de acción y de ser permeable, de abrir ventanas, de una búsqueda, de una trascendencia, de exponerse a vivencias agradables y de las no agradables, rescatar ese sufrimiento y convertirlo en algo mejor. Por lo tanto, aquí la gente tiene que ser uno mismo. Me doy cuenta, no es echarle la culpa al vecino, la sociedad, sino que uno mismo querer.

VC: Sí, eso es fundamental.

KC: Siento que ahí está la clave quizás, de esta palabra tan manoseada, que es la felicidad pero que tantos buscamos y ansiamos. Valentina, te quiero agradecer muchísimo que te hayas dado este tiempo maravilloso de concentración de este día lunes de septiembre después de un día muy importante en nuestro país, en Chile, en el cual muchos están celebrando y muchos no, pero estamos aportando para una sociedad mejor con este tipo de conversaciones. Muchas, muchas gracias.

VC: No, muchas gracias a ti por el espacio, por tener esta inquietud, por aportar a la sociedad de esta manera tan tuya. Eso es lo que yo encuentro que hace que las personas puedan sacar lo mejor de sí misma, el poder, como yo siempre les digo así a mis pacientes tú tienes que no poder creer que te van a pagar por la pega que estás haciendo, que te fascine tanto, que tú realmente digas, “cómo pero si yo lo haría gratis”.  Creo que uno tiene que poder impulsar que el mundo sea más así.

KC: Muchas gracias Valentina y cuídate mucho. Gracias por estar en Espiral, chao.

VC: Cariños. Chao.

Yo me quedo con un concepto clave: la felicidad es un estado que depende de uno.  No es un sentimiento ni una forma de ser, sino que producto de una visión personal donde cada uno debe buscar y dar un sentido y trascender en lo que uno hace, sin importar si ya sea barriendo  la calle, la casa o guiando una nación. Otro factor determinante es sacar lecciones y entender que los momentos difíciles son parte de la vida y lo que debemos mejorar, mirar lo positivo sin ser negadores.
      ¿Con qué te quedas de esta conversación? Me puedes escribir a mi correo karen@karencodner.com o dejar tu comentario en la transcripción. Y como decimos los judíos Shaná Tová Umetuka, que tengas un año nuevo dulce y bueno.
 

Lee. Escribe. Crea con pausa.
Chao.

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