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#63 Entrevista al arquitecto chileno Pablo Allard en Espiral

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Hola, hola, ¿cómo estás? Te doy la bienvenida al capítulo 63 de Espiral, tu podcast de literatura y creatividad. El invitado de hoy es Pablo Allard, un amigo y a quien admiro profundamente y es uno de los principales referentes en  cómo mejorar las ciudades, hacerlas más sustentables y reconstruirlas  cuando han sido devastadas por algún desastre natural. Pablo Allard es arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Magíster en arquitectura y Doctor en estudios de diseño de la Universidad de Harvard. Hoy es decano de la facultad de arquitectura de la Universidad del Desarrollo y uno de los fundadores del estudio de arquitectura Elemental, un proyecto que vino a revolucionar el concepto de vivienda social y del cual, Alejandro Aravena, otro de los fundadores, recibió el prestigioso premio Pritzker en el 2016.  Pablo Allard además fue el coordinador nacional de Reconstrucción Urbana del Ministerio de Vivienda para el terremoto y tsunami del 2010 en Chile. Él además es de los pocos chilenos que ha tenido el honor de adjudicarse la catedra de Robert F. Kennedy del Centro de estudios latinoamericanos de la Universidad de Harvard y además es parte del directorio de Reforestemos Chile.

Pablo Allard fue uno de los fundadores del estudio de arquitectura «Elemental»
El arquitecto es parte del directorio de la fundación «Reforestemos Chile»

A Pablo Allard lo conozco hace décadas y siempre me ha impactado su visión y la pasión con que vive la arquitectura. Pero lo más importante aún es un ser humano excepcional. Fue en Boston que nos conocimos cuando él cursaba su doctorado en Harvard y yo vivía en esa ciudad junto a mi marido y mi hijo mayor (que es un bostoniano, nació allá). A lo largo de estos veintitantos años nos hemos ido encontrando en diferentes etapas de la vida y hoy nos une la inquietud de cómo vivir mejor y a él lo apasiona la arquitectura a niveles impactantes. Conversamos  de temas vinculados a su exitosa carrera profesional pero claro, también de libros y librerías. Ambos nos fascina la tecnología pero Pablo Allard vive con ella y la ocupa a fondo, es naturalmente una persona positiva que se aleja de las miradas distópicas sobre el futuro.

Obviamente la pandemia y cómo nos afectó en nuestros trabajos fue uno de los temas centrales. El teletrabajo lo define como el “tercer lugar” entre la casa y la oficina. Estos espacios pueden ser un cowork, un café, una biblioteca y se redefinen para facilitar la manera en que trabajamos. 

Te invito a conocerlo en Espiral y conocer las preguntas que le hicieron Rodrigo Guendelman, Steve Reifenberg (gran amigo de Pablo) y de su hijo mayor que también se llama Pablo. Y con mucho sentido del humor respondió él cuestionario Espiral.

Recuento personal

Grabo estas palabras encerrada en un clóset porque estoy en la playa. Aquí espero pasar la mayor parte de febrero. Los dos episodios anteriores de Espiral con Irene Vallejo fueron un hit y uno de los comentarios que más emocionó fue el de una amiga y fiel auditora, Judith Riquelme. Aunque cueste creerlo estoy delineando los talleres de lectura y creación literaria que voy a dictar el primer semestre del 2022 sobre lectura. Me voy a lanzar con la aventura de los rusos, así pronto daré a conocer los autores y sus libros, ya encuentras toda la información en mi página web www.karencodner.com. Mi idea es comenzar a mediados de marzo y hacer un ciclo completo de ocho clases. Todas presenciales e igual como el año pasado serán en Rita Roux. El de creación literaria será para jóvenes y ese todavía quedan un par de detalles pero será a partir de los contenidos que aparecen en el “Cuaderno de escritura” que puedes comprar en mi página web www.karencodner.com


¡Atento! Pronto más información sobre mi próximo taller de lectura

Una gran novedad es que por fin pase a una etapa nueva con la novela y ahora está en manos de una editora profesional y con ello durante por lo menos la primera mitad del semestre estaré en revisión y relectura. Además estoy participando en un taller de lectura sobre Jorge Luis Borges, serán todos los lunes de febrero. Borges siempre ha sido un autor que me ha cautivado pero que me cuesta mucho leer consistentemente. De ahí que me inscribí y lo dicta una profesora argentina que se llama Soledad Arienza que trabaja en conjunto con la escritora Cecilia Maugeri.

¿Celebras el día de los enamorados? Yo nunca le he dado mucha importancia, pero igual me gusta ver cómo algunos lo hacen. Me acuerdo que para mis papás era una fecha de regalo y de celebración. Ahora te invito a escuchar la conversación con Pablo Allard, que pasa por ser un hombre profundamente enamorado de su señora.

Entrevista a Pablo Allard

KC: Hola Pablo, ¿cómo estás?

PA: Muy bien, Karen, encantado de estar acá en Espiral, un honor poder conversar contigo.

KC: El honor es mío ¿qué estabas haciendo antes de conectarte al Zoom?

PA: Varias cosas. Yo soy decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad de Desarrollo y estamos en pleno proceso de matrícula así que, corriendo de un lado para otro, viendo cuántos alumnos se han matriculado de los convocados, cuántos quedan por matricularse, es una semana bien intensa para nosotros, pero muy bonita.

KC: ¿Cuántos alumnos entran por año?

PA: En arquitectura en Santiago aproximadamente ciento sesenta, en Concepción aproximadamente cincuenta. Esta es una facultad que ha crecido, yo soy decano hace diez años y el año pasado cumplimos treinta años, o sea, yo he tenido el privilegio de ser testigo del crecimiento de la facultad en un tercio de su historia. Y tenemos en total cerca de mil alumnos y cerca de ciento cincuenta, doscientos profesores, así que ya es un buque grande, y un buque grande, bien bonito porque tiene este balance entre Santiago y Concepción, muy diverso y en una disciplina – que es lo que yo trato de conversar con los postulantes, con los egresados, con mis amigos y con los apoderados – que tiene mucho para crecer. Por lo tanto, ese susto de que si la economía se contrae va a haber poca pega para los arquitectos o con la transformación tecnológica qué va a pasar con la arquitectura, etcétera, la verdad es que todo lo contrario, es un campo profesional que se expande y se amplía cada vez más, y lleno de oportunidades. Así que contento con una facultad grande que se consolida y que, además, crece en complejidad también porque no solamente está el pregrado, está el posgrado, está también la investigación.

KC: Y a ti que te gusta tanto pensar, porque aparte de ejecutar, te gusta pensar en cómo evolucionan las ciudades ¿has pensado cuál va a ser el rol de las bibliotecas de aquí a cincuenta años? ¿van a existir o las vamos a tener que renombrar? ¿o estamos a puertas de verlas morir?

PA: No, yo creo que, así como la radio no ha muerto, el cine no ha muerto, el libro no ha muerto, las bibliotecas tampoco, pero sí se van transformando. Ya en los noventa, ochenta se hablaba de las «mediatecas» donde aparte de las colecciones de libros, ya empezaban haber colecciones de videos, de música, etcétera. Yo creo que al final -independiente de cómo se llame – cada barrio, cada institución, necesita tener un espacio físico que no solo sea el repositorio porque para eso están los servidores en alguna isla no sé dónde, sino que también sea un lugar para generar esas conexiones azarosas y accidentales que se dan entre información, intereses, expresiones culturales, y donde, precisamente, se produce la evolución de las ideas del pensamiento y del arte y la cultura. Yo creo que siempre va a ser bueno que haya libros, que haya acceso a data, que haya acceso a artes visuales, a expresiones de medios en algún lugar físico reconocible como tal, en la ciudad o en tu barrio. Y en ese sentido, llámalo biblioteca, llámalo café literario como en Providencia, que lamentablemente todavía no se han podido recuperar después del vandalismo del 18 de octubre, pero que finalmente van evolucionando. Y así como también las librerías, uno podría decir que las librerías van a seguir existiendo, obviamente las plataformas digitales como Amazon, etcétera, nos han hecho mucho daño, ahora uno va a la librería se toma un café, hojea el libro y después lo encarga por Amazon para no andar acarreándolo, que es pecado mortal, porque los libreros a uno lo odian, pero hay que ser honesto, es más práctico. Pero también está la experiencia, la experiencia de darse un espacio, darse un tiempo. Hemos visto también cómo las librerías han evolucionado y ojalá las bibliotecas también para poder tener un espacio para trabajar, tomarte un café, etcétera. Y yo creo que en la ciudad post Covid, probablemente, se van a dar oportunidades para que aparezca esto que algunos llaman “el tercer lugar” que ya no es la casa ni la oficina. Con el triunfo del teletrabajo – para aquellos que pueden teletrabajar – con esta idea de que muchas empresas van a empezar a funcionar en turnos y las personas van a decir, ya no tengo que ir a la oficina pero en la casa tampoco estoy cien por ciento teletrabajando porque estoy compartiendo el wifi con los niños que están en clase o pasan la aspiradora atrás mío, entonces tengo que encontrar un tercer lugar y ese tercer lugar, que está a mitad de camino entre la casa y la oficina, puede ser un coworking, puede ser un café, puede ser una biblioteca del siglo XXI, que sea un espacio donde tú puedas trabajar, donde puedas tener acceso a información, donde puedas tomarte un café, donde puedas interactuar y que, además, es un espacio de barrio donde empieza a surgir tal vez otra red de sociabilización que ya no son los amigos de la pega ni los amigos de la vida, sino que son los amigos del tercer lugar, los amigos del café, etcétera.

Creo que hay una oportunidad muy linda ahí de ir construyendo nuevos lugares para esta nueva realidad donde los libros van a estar siempre presentes porque aparte de la cosa táctil, maleable, el olor, etcétera, nunca se te va a caer la señal del libro, nunca se te va a apagar, nunca se te van a acabar las baterías del libro.

Yo te diría que hay una especie de cierto compromiso cultural con ciertos medios o plataformas que ya están instalados, es como el óleo, el acrílico o ciertas técnicas artísticas que más allá de que hoy en día puedes hacer todo en Photoshop e impresión digital, igual van a seguir existiendo porque hay una relación con el medio, con la fenomenología de la experiencia de leer un libro, o una revista, o de pintar un cuadro, o de sentir el olor del óleo y la trementina, que no te lo va a dar el medio digital y que cada vez va a ser más valorado porque son experiencias inmersiva.

KC: ¿Lees en papel?

PA: Leo mucho en papel, pero claro trabajo en digital, entonces, al final, qué porcentaje de la tipografía que ingresa a mi cerebro es digital y cuál es impresa, yo creo que obviamente hoy en día debe ser un 80% digital, el 20% impresa. Pero cuando yo quiero leer, trato de leer en papel. O sea, tengo Kindle pero lo uso poco, me gusta más el papel.

KC: Si pusiéramos a Pablo al Allard en el año ochenta y tanto, cuando ingresaste a Lo Contador, en arquitectura de la Universidad Católica trabajabas con maquetas, ¿qué era lo digital en ese entonces? ¿existía lo digital?

PA: Yo siempre digo, soy testigo privilegiado de muchas cosas notables que se han dado en la historia reciente de arquitectura en Chile y una de ellas fue la transformación digital. Yo ingresé a la universidad el año ochenta y ocho y todavía no había correo electrónico, nosotros todo lo dibujábamos a mano y lo dibujamos con rápidograph, que eran unos lápices especiales con tinta china, sobre papel de diamante que se borraba con Gillette, yo le digo a mis alumnos ahora: “yo tenía que borrar con gillette”, y me miran y me dicen ¿qué es una gillette? porque ya no existen las hojas de afeitar gillette, ahora existen las máquinas desechables, ya ni siquiera la analogía que yo usaba para explicarles, la entienden. Me tocó si, durante la carrera la primera llegada de los sistemas de diseño asistido por computador, los CAD. Por ejemplo, los primeros dibujos que yo hice por computador, todavía no existía el mouse, entonces yo tenía que ingresar las coordenadas, tenía que decir dibujar línea de la coordenada 0,5 en X a la cero como tanto, en Y y en Z, pum y tiraba la línea. Entonces era más lento que patada en la luna porque era una cosa lentísima y súper compleja, y los procesos super lentos. Y con las maquetas lo mismo, las maquetas eran todas físicas, hechas a mano.

Pero lo bonito es que se empezó a dar, en el proceso de surgimiento de la transformación tecnológica y digital, un montón de, por así decirlo, coincidencias virtuosas que han ayudado mucho a la arquitectura y a las industrias creativas ¿por qué? y esto es muy bonito, yo tengo un amigo que hizo el doctorado en Harvard que es Pau de Solá-Morales que su tesis doctoral la hizo sobre cómo Windows y el sistema operativo de Mac utilizaron como analogía, para poder hacer más tangible el mundo digital, el mundo espacial arquitectónico porque Windows es una ventana que es un objeto arquitectónico, un portal web es una puerta de entrada hacia otras habitaciones, tú vas pasando por distintas instancias. El sistema Mac OS, el Mackintosh – que después fue copiado por Microsoft, que en realidad fue desarrollado por Xerox – réplica un escritorio, con carpetas.

La forma que los sistemas operativos utilizaron para hacerse más amigables con los usuarios eran analogías espaciales, entonces son muy naturales a la arquitectura porque finalmente son espacios virtuales pero que tienen una relación con los recorridos, con la jerarquía de los espacios, con espacios más funcionales, espacios servidos, etcétera. Entonces el mundo digital, conceptualmente, es muy parecido a la arquitectura. De hecho, a mí cuando me toca estar en reuniones con ingenieros de IBM o de Google en su tarjeta dice data architect y les digo eres arquitecto, no es que yo hago la arquitectura del algoritmo de la programación. Se dio muy natural la relación entre la transformación tecnológica y digital, y los conceptos arquitectónicos de espacio, secuencia, jerarquía, etcétera. Y eso ha hecho muy fácil esta transformación.

Y, por otro lado, también, obviamente comenzaron a surgir nuevas tecnologías, gracias al Photoshop ya no era necesario dibujar, sino que uno podía hacer fotomontajes de cómo podían quedar los proyectos, y de modelación, 3D Studio y todos los que han surgido ahora, tú puedes hacer una maqueta virtual del proyecto, recorrerlo, puedes modelar qué consumo energético va a tener, si haces más grandes las ventanas o más chicas.

KC: Pero hoy en día un cabro que entra ya no trabaja como yo me acuerdo, antes trabajaban en maqueta física, creando un plano.

PA: No, lo siguen haciendo igual.

KC: Ah, el taller práctico lo siguen haciendo.

PA: Siguen cortándose los dedos y trabajando con palitos y cosas, lo que pasa es que han ido surgiendo nuevas tecnologías que te facilitan maquetear estructuras más complejas. O sea, nosotros ahora tenemos impresoras 3D que te pueden hacer estructuras que son paraboloides hiperbólicos que son muy difíciles de hacer con palitos, tienes impresoras láser que te permiten cortar con mayor precisión la forma de los palitos que quieres pegar. Al final es un poco como el mundo post Covid, que no es ni digital ni físico, sino que es híbrido. Yo te diría que también la producción de arquitectura, en cuanto a su concepción, diseño y finalmente construcción, también es híbrida. Vamos a seguir siempre teniendo una aproximación más fenomenológica a la materia, a lo tangible, a ir probando con maquetas, con materiales, etcétera y también la posibilidad de ir verificando, precisando, ajustando y calibrando con las herramientas digitales. Y eso es muy bonito porque le da un cierto grado de permanencia y vigencia a la arquitectura, que también es muy propia de las industrias creativas.

Yo creo que si hay algo que se veía como amenaza de la transformación digital es que iba a reemplazar o iban a desaparecer muchas profesiones, por ejemplo, los radiólogos, que son médicos valiosísimos porque comparan los escáneres y ven si tienes una masa aquí o allá, hoy en día hay computadores que con inteligencia artificial te pueden revisar en dos segundos, millones de radiografías o de escáneres y detectarte efectivamente el diagnóstico con mucha más precisión. Los contadores auditores, los choferes, los agentes de viaje, hay muchas profesiones que van a empezar a desaparecer, ciertos procuradores legales que tienen que revisar y comparar contratos, ahora todo eso se puede hacer con inteligencia artificial, pero las industrias creativas, al igual que las ciencias de la vida, la psicología, son difíciles de reemplazar por un bot, por un algoritmo porque tiene un cierto grado de certeza, porque hay que construirlo, porque hay que vivirlo, porque hay especificaciones técnicas, pero siempre tienen ese aspecto creativo de la experiencia, de lo tangible, de lo táctil, de la belleza, que no lo va a reemplazar un robot. Entonces, en ese equilibrio, en esa hibridación, yo creo que la arquitectura junto con el diseño, la ingeniería, las artes, son disciplinas que se ven potenciadas más que amenazadas por la transformación digital. Pero nunca vamos a dejar atrás tampoco – un poco lo que hablábamos antes con los libros – de reconocer que nuestro origen está en tocar la vida de las personas, acoger y darle hogar a las actividades de las personas, y eso es una experiencia física, sensorial que nunca va a poder ser reemplazada por lo digital.

KC: Pablo, ¿y tú conoces lo que es el metaverso?

PA: A ver así que lo conozco y que estaba ahí, estoy metido.

KC: No, pero me imagino que sabes un poquito.

PA: Mira, estamos todos alerta, estamos todos interesados y es probablemente la próxima gran transformación que se viene.

KC: Si nos puedes explicar en palabras sencillas qué es metaverso, que incluso es poético.

PA: Me tocó entrar a este tema del metaverso precisamente por un tema disciplinar, y es que otra de los grandes aportes que ha hecho la transformación tecnológica y digital a la arquitectura, al urbanismo, etcétera, es el surgimiento de los sistemas de información geográfica ¿qué son los sistemas de información geográfica? Básicamente la posibilidad de territorializar en un mapa, data o información de múltiples fuentes de origen. Me explico, yo sé que este programa es grabado en audio, pero atrás mío hay un mapa de Santiago que tiene manchas de colores y esas manchas de colores corresponden a los grupos socioeconómicos predominantes por manzana. O sea, yo tengo un mapa que es un dibujo del territorio, una representación del territorio, pero que tiene, además, agregada una capa de información y es los grupos socioeconómicos predominantes por manzana, por lo tanto, dónde vive la gente ABC1,C2, C3, etcétera, eso es una metadata porque en el fondo yo tengo un mapa que tiene una data extra que si yo le hago clic me la representa en ese lugar. Y cuando estaba en Estados Unidos haciendo mi máster y doctorado, y empezamos a meternos en el sistema de información geográfica, se hablaba de la metadata, ¿qué era la metadata? era básicamente que si yo tengo un mapa y pinchaba aquí en Providencia con Lyon, me surgía toda la metadata, entonces decía, ya aquí viven tantas personas, aquí la norma permite tal altura, aquí en este punto el número de accidentes de tránsito es tal, la congestión es tal, es toda la data que está detrás de esa representación física que era el mapa, y se llama meta porque está subyacente. Entonces, cuando uno empieza a ver que una vez que se masifica y se globaliza las nuevas tecnologías, las redes sociales, el Internet, etcétera, y que todos nosotros tenemos un sensor en nuestros bolsillos que son nuestros celulares o smartphones, al final somos grandes generadores de data y esa data que está disponible para muchos a partir del momento en que aceptamos bajar la aplicación o aceptamos el contrato sin leerlo y todas estas cosas, esa data en manos de gente que las sabe trabajar, se puede convertir en información muy valiosa para la toma de decisión. De hecho, en una conversación tiempo atrás con el CEO de IBM en Chile, él decía que la data va a ser el petróleo del siglo XXI, aquellos que sepan extraer la data y convertirla en información para la toma de decisiones, van a ser los que van a liderar. 

Volviendo a qué diablos es el metaverso, el metaverso es la capacidad que están desarrollando algunas empresas de tecnología – particularmente Meta (ex Facebook), Alphabet que es Google u otras más – de captar, ordenar, procesar a través de inteligencia artificial, Machine Learning, etcétera, toda esa multiplicidad de data que existe dando vuelta y representarla de forma tal que te permita tener experiencias, o acceder a bienes o servicios virtuales que satisfagan tus necesidades. En otras palabras, la posibilidad de trasladarme a un lugar virtual donde yo pueda tener esta conversación contigo y al mismo tiempo estar en un ambiente grato.

La verdad es que es infinita la potencia que tiene esta cosa del metaverso, pero como te decía antes, nunca va a reemplazar el aspecto físico de la vida, que es lo fenomenológico, lo sensorial. Cuántas veces hemos visto toda esta idea de que vamos a tener anteojos especiales que nos van a permitir, a través de realidad virtual, recorrer los edificios, etcétera, eso existe, súper bien, pero no te reemplaza vivir en un edificio bonito o estar en un edificio bello, simplemente es una representación. O estas máquinas que están desarrollando para que la gente pueda táctilmente interactuar, pero que finalmente igual es un guante de plástico que transfiere o transmite los movimientos de tu mano, a la distancia, al otro lado, pero no va a ser igual que un abrazo. Por lo tanto, yo creo que todavía falta mucho para que este metaverso pueda efectivamente convertirse en un universo paralelo. Ahora, de que vamos a llegar eventualmente a ellos, sí, pero eso ya depende más de las neurociencias y de cómo a partir de la otra empresa de Elon Musk que está instalando chips con neuro terminales en los cerebros y cosas, pueden empezar a estimularse la experiencia más fenomenológica y sensorial ya de manera más real, pero hasta ahora son representaciones. Es un poco, como yo me acuerdo en los ochenta, noventa, que estaba este juego de los Sims que eran una familia que vivía en una ciudad o Sim City que tú ibas armando una ciudad y era como un poco lo mismo, pero claro, con mucha más información, mucha más data y sobre todo mucho más poder.

KC: Claro, la diferencia es que nosotros somos los personajes principales y no unas caricaturas.

PA: O sea, no sé si somos los personajes principales o somos los consumidores o somos las ovejas. Yo no soy muy dado a las teorías de conspiración, pero es cosa de ver, cómo han penetrado las redes sociales en las nuevas generaciones y cómo les afectan el estado de ánimo y cómo les va llegando la información. Imagínate eso en un ambiente más inmersivo, donde además de acceder a esa información, van a poder ver de manera distinta, les van a llegar en cosas que no han pedido pero que si han deseado. Va a ser bien interesante.

KC: ¿No te da susto, no le tienes temor?

PA: No, para nada, al contrario, me produce una curiosidad enorme. Y creo que además abre un montón de oportunidades y de posibilidades enormes para la humanidad. 

KC: Varias veces te has referido a lo que son las ciudades circulares. Logro imaginarme el concepto, pero no sé si estoy en lo correcto.

PA: No es que sean ciudades redondas, para nuestros auditores, no es eso. Tiene que ver con el concepto de la economía circular, que es un concepto que viene desarrollado desde hace unos años ya, William Mcdonough y otras personas que plantean que ya no basta con enfrentar los desafíos del cambio climático a través del reciclaje, la reducción o la reutilización sino que hay que tratar de encontrar lo que ellos llaman upcycle ¿por qué? porque básicamente el reciclaje lo que hace molecularmente es que te agarra una botella de plástico, te la muele, te la derrite y te la convierte en un plato plástico en su segunda vida y después, ese plato plástico se muele, se derrite y se convierte en una banca en una plaza que está hecha con materiales de plástico y después ya se degrada y no hay caso. Ellos hablan del upcycle, ver cómo un producto o un objeto tal vez puede tener en una segunda vida, no necesariamente ir degradándose molecular y físicamente, sino que, ganando valor, y cómo, por ejemplo, una botella plástica PET puede después de ser upcycleada convertirse en un textil de alta gama para una zapatilla tecnológica. Entonces de una botella pasaste a ser una zapatilla Nike de mucho más valor, y que al mismo tiempo utilizas muchas botellas para esas zapatillas y, por lo tanto, vas reduciendo la huella de esa botella. De ahí surge esta idea de la “cuna a la cuna”, o sea que los productos una vez que nacen, vuelvan a nacer y no vayan muriendo. De ahí, entonces, viene esta idea de la circularidad, de ver qué procesos más allá de los productos o de los excedentes de ciertos procesos dónde se pueden encontrar sinergias entre distintas funciones urbanas, y ahí se empieza a dar esta cosa de la circularidad. Te voy a poner ejemplos de circularidad que ya se están dando en Chile: la caca. Santiago desde hace veinte años está con un plan maestro de infraestructura sanitaria, que derivó en la construcción de varias plantas de tratamiento de aguas servidas, la más grande de Latinoamérica, es La Farfana en Maipú y es una planta gigantesca donde va la caca de casi todos nosotros y es procesada, finalmente esa agua se entrega limpia al río Mapocho- Maipo, se puede regar lechuga, etcétera, y los lodos se trasladan a otro lugar, entonces las aguas servidas son tratadas. Pero ¿qué pasó? ese tratamiento y esos lodos generaban olores, porque las aguas servidas vienen con fermentación y generan gas, gas metano, no sé qué gas y los vecinos de La Farfana comenzaron a alegar por los olores cuando cambiaba el viento y de repente, alguien se da cuenta que esos olores son biogás y deciden generar una tecnología para ponerle una especie de carpa encima a esta cuestión y capturar todo ese biogás, procesarlo y convertirlo en gas combustible para la ciudad. Y hoy en día, cerca de diez mil hogares de Maipú cocinan, se calefaccionan y se bañan con agua caliente proveniente de biogás capturado por la planta de tratamiento de aguas servidas. Entonces, lo que era un excedente negativo, lo que era un desperdicio que, además, generaba problemas, hoy en día, reemplaza la necesidad de traer combustibles fósiles, baja la huella de carbono, sale más barato y se empieza a dar esta circularidad, donde lo que era el desperdicio de una actividad se convierte en el input o insumo para otra.

Y si vamos así, buscando oportunidades de circularidad, eventualmente hacemos que se reduzca la huella de carbono en la ciudad, que se reduzcan los conflictos, por así decirlo, porque ya la gente no está molesta por tener una red de tratamiento de agua, y se empieza a producir esta simbiosis urbana. Hay muchas ciudades en el mundo que están tratando de encontrar esta simbiosis, por ejemplo, en Constitución, acá en Chile, la planta de celulosa Arauco que está en pleno Constitución su línea de producción genera un montón de vapor, y resulta que después del tsunami, se reconstruyó todo el borde fluvial del río Maule, y se hizo una piscina pública y esa piscina pública se calefacciona con el excedente de calor de la planta de Forestal Arauco.

KC: ¿Cuál es tu ciudad modelo?  la ciudad que tú dices “esto me gustaría cuando sueño en una ciudad”, esta es la que Santiago o cualquier ciudad de Chile debería aspirar.

PA:  Ay, es difícil porque tiene que ver con muchos factores, no solamente factores físicos o arquitectónicos, sino que también emocionales y culturales. Y, también modelo de qué, porque hay ciudades que son modelos de eficiencia en proveer servicios, otras que son modelos en todo lo que es la cultura y el patrimonio, otras que son modelos del punto de vista de la integración social o en el tamaño, pero si yo te cambio la pregunta a una respuesta ¿en qué ciudad me gustaría vivir, probar vivir? me encantaría vivir en Copenhague, la conozco, me fascina, he leído mucho, creo que es una ciudad muy interesante, pero no la he vivido. Creo que es una ciudad que tiene un muy buen balance entre tamaño, diversidad e infraestructura, calidad de vida, etcétera. Me gustaría probar esa.

KC: ¿Y ves posible poder probarla?

PA: Difícil porque no hablo muy bien danés, pero tengo contactos, tengo amigos. Pero la verdad es que mi lugar está acá en Chile, para qué te voy a mentir, Karen, nosotros,

mi familia hemos vivido más de un tercio de nuestras vidas fuera de Chile, en ciudades maravillosas, pero yo todavía siento que mi lugar está acá en Santiago. Es una ciudad gloriosa y con una cantidad de oportunidades enormes, oportunidades de mejora gigantesca. Dificulto poder dejar de vivir en Santiago, no es la ciudad ideal.

KC: Y cuando estás inserto en el smog, en los meses de invierno, que es oscura, sucia, contaminada.

PA: Más ganas me dan de buscar soluciones para que no siga siendo así. Y, de hecho, para allá vamos. Yo creo que lo que vamos a vivir los próximos años con la descarbonización de la matriz energética de nuestro país, va a generar un cambio radical.

A mí me tocó estar en el Comité de la Nueva Política Energética Nacional y los compromisos que se vienen son impresionantes, realmente de aquí al 2050 va a cambiar mucho el tema de la contaminación ambiental en Chile, de todas maneras.

KC: Pablo, tú eres una gran voz en el tema de reforestación, estuviste vinculado a un proyecto en la Patagonia también ¿de dónde nace está inquietud?

Con una visión más ecologista ¿cuándo la ecología comenzó a ser parte de tus prioridades? Porque eres director de Reforestemos Chile.

PA: Sí, yo soy director de la Fundación Reforestemos. Cuando uno estudia arquitectura de las primeras cosas que uno tiene que tomar conciencia es del impacto que generas tú en el territorio porque finalmente las edificaciones, las ciudades son intervención humana sobre el territorio del paisaje natural, y por eso yo digo que el rol del arquitecto tiene que ser muy sensible a mediar entre el medio ambiente natural y el medio ambiente construido para que se dé en armonía. Siempre desde los primeros años de la carrera, cuando yo estudié, y también a los estudiantes que ahora estudian con nosotros en arquitectura en la UDD (Universidad del Desarrollo), los exponemos a una sensibilidad, a un cuidado, a un respeto hacia la naturaleza y hacia el territorio porque sabemos, además, que es un bien escaso y amenazado, y que nosotros somos corresponsables de su cuidado, sobre todo porque vamos a estar diseñando intervenciones humanas en esos territorios.

Siempre digo que cuando empecé a tomar más conciencia concreta de ello, fue cuando hice mi máster y mi doctorado en Harvard, donde tuve la suerte de tener profesores impresionantes, espectaculares, que son eminencias mundiales en los temas de conservación, estoy hablando de Richard Forman, de Jones and Jones, de gente que realmente ha llevado la investigación y el desarrollo de los temas, de los principios de ecología del paisaje y la conservación a otro nivel. Y si bien yo soy urbanista, fue a través precisamente del urbanismo que caí en Aysén y en la Patagonia, y te diría que mi llegada, mi especie de epifanía con Aysén fue en el año 2008 con la erupción del volcán Chaitén. Yo estaba a cargo del Observatorio Ciudades de la Universidad Católica, una especie de consultora de investigación aplicada de la Facultad de Arquitectura, y entra en erupción este volcán que muchos ignoraban, un volcán muy violento que obligó a evacuar a más de cinco mil familias de la zona de riesgo, y si bien la evacuación fue impecable y se relocalizó a las familias y se les dio todo un apoyo, resulta que no se sabía qué iba a pasar con la ciudad y el volcán seguía en erupción, entonces ahí es donde nosotros por intermedio de las autoridades de la universidad, finalmente somos convocados para coordinar y liderar una fuerza de tarea para evaluar escenarios de reconstrucción o relocalización de Chaitén posterior a la erupción. Ahí comencé a viajar a Palena, comencé a viajar no solo a Chaitén, sino que también a visitar las distintas localidades donde habían sido, por así decirlo, trasladadas las familias: Palena, Villa Santa Lucía, la Junta, Futaleufú, Caleta Gonzalo. Y ahí me enamoré de la Patagonia chilena, y si bien fue un trabajo bien complejo y duro, porque finalmente te diría que ha sido uno de los grandes fracasos virtuosos en mi vida profesional, porque la recomendación final era que Chaitén no era viable en su localización original, que había que trasladarla a Santa Bárbara y se iniciaron todas las obras para trasladarla a Santa Bárbara, vino el terremoto del 2010 y claro, nos demoramos tanto en hacer el traslado que el terremoto cambió las prioridades y finalmente la gente volvió a Chaitén, y hoy en día está en una situación muy precaria, desde el punto de vista de la seguridad y del riesgo.

KC: Pablo, vamos a pasar ahora a la segunda parte de la entrevista.

Ahora vengo con un cuestionario Espiral.

KC: ¿Cuál es tu idea de la felicidad?

PA: La paz del hogar, estar en mi casa con mis niños, mi familia y mi señora en paz.

KC: ¿Tu mayor miedo?

PA: El cáncer infantil.

KC: ¿Lo que más te molesta de ti mismo?

PA: Mi incapacidad de decir que no.

KC: ¿En los demás?

PA: El resentimiento y la traición.

KC: ¿A qué escritor vivo admiras?

PA: Wow, paso.

KC: Y si es de arquitectos, ¿a quién admiras?

PA: Arquitecto vivo, a Norman Foster.

KC: ¿Y que haya fallecido?

PA: Richard Rogers.

KC: Que falleció recién ¿no?

PA: Sí, hace unas semanas atrás.

KC: ¿Hoy en la mañana qué desayunaste?

PA: Un bowl de cereal con sandía y un café.

KC: ¿Agenda de papel, electrónica o ninguna de las anteriores?

PA: Ambas. Tengo la electrónica en mi teléfono y una Moleskine que me acompaña para todos lados, que es para notas más que agenda.

KC: ¿Cuál es tu mayor vicio?

PA: La arquitectura.

KC: ¿Cuándo mientes?

PA: Cuando tengo miedo.

KC: ¿Quién ha sido tu mayor influencia en la vida?

PA: La Ale, mi señora.

KC: ¿Por qué?

PA: Porque me ha liberado y me ha enseñado lo que es el amor.

KC: ¿Ayer te sentiste feliz cuándo?

PA: Cuando llegué a la casa, fue un día duro ayer y me hizo bien estar con ella.

KC: Antes de acostarte, siempre.

PA: Le doy un beso.

KC: ¿Cómo es un típico día tuyo?

PA: Mis días son bien atípicos, no tengo mucha rutina. Pero bueno, por lo general me levanto a las 7-7:30, trato de hojear el diario tomando el desayuno y de ahí me voy a la Universidad por lo general. En la universidad planifico el día, tengo varias reuniones, antes eran físicas, ahora en Zoom. Me movía mucho, ahora me muevo menos y trato de pasar por la oficina también, al menos unas tres veces a la semana, físicamente digamos. Regreso a la casa entre 7:30 y 8:00 para poder estar con la familia y darme algún espacio también para el ejercicio, y distraerme un poco. Pero es una jornada laboral como todas, pero muy intensa y muy diversa, todos los días son distintos, bien poco rutinaria.

KC: ¿Té, café o agua?

PA: Café, adicto.

KC: ¿Azúcar, endulzante o nada?

PA: Endulzante y mucho, lo que no es muy sano.

KC: ¿Cerveza, blanco, tinto, champán o bebida?

PA: Bebida.

KC: ¿Instagram, Facebook o Twitter?

PA: Twitter.

KC: ¿Lo que más te inspira?

PA: La belleza.

KC: ¿Theo Jansen es?

PA: Un genio, para los que no lo conocen es un escultor que hace escultura cinética impresionante.

KC: ¿Ir a un concierto de Gorillaz con tu hijo?

PA: Es una experiencia memorable que hasta el día de hoy la atesoramos.

KC: ¿Has sentido odio?

PA: Me cuesta mucho.

KC: ¿Qué te hace enojar?

PA: La mentira, la traición, el resentimiento.

KC: ¿Selfies?

PA: Pocas, solo familiares y no las publico mucho.

KC: ¿Qué es lo más extravagante que has hecho?

PA: Pucha, no me acuerdo, soy tan perno que como que no sé qué cosa extravagante podría haber hecho que me arrepiento.

KC: Se dice que es un 99% de trabajo y 1% de inspiración ¿qué opinas?

PA: Yo le agregaría en un poquito más de inspiración, yo creo, y vocación también.

KC: Tres consejos para arquitectos que comienzan.

PA: No tengan miedo en experimentar, aprendan de sus errores y estén siempre conscientes de que es un privilegio y un poder enorme poder diseñar mejores futuros para todos sus clientes, sus comunidades y sus barrios, etcétera. Es una pega demasiado linda.

KC: Tres aciertos que has cometido como arquitecto.

PA: Me siento muy orgulloso de haber sido testigo de la creación de Elemental, de la construcción del Parque Inundable Víctor Jara y de haber colaborado en el proceso de reconstrucción de ciento cincuenta ciudades y pueblos después del terremoto y tsunami del 2010.

KC: ¿Y tres errores?

PA: Como arquitecto, haber desestimado la importancia del arraigo y la necesidad de movilizar más rápido la maquinaria burocrática en el caso de Chaitén, no haber valorado la importancia de la contención y la articulación política en algunos casos en la reconstrucción del 27F. Eso por ahora, dos, no veo más.

KC: Si volvieras el tiempo atrás ¿qué harías distinto?

PA: Tal vez habría aprovechado una oportunidad que se me dio de trabajar en Nueva York y que la desechamos para viajar cuando éramos jóvenes con la Ale. El viaje fue alucinante, pero claro, no puedo decir que viví en Nueva York y puede haber sido una experiencia alucinante haber vivido y trabajado en Nueva York. Pero ese es como un arrepentimiento chico, no es tan grave.

KC: ¿Cómo te relajas?

PA: Leyendo sobre arquitectura, estando con mis hijos y con la Ale, la verdad es que no soy muy exigente. Y ahora último, he aprendido a ver series, lo que es muy entretenido también, pero acompañado, no solo.

KC: ¿Tienes un hobby?

PA: La arquitectura.

KC: ¿Dios, meditación o nada?

PA: Tratando de aprender a meditar.

KC: ¿Fama, dinero o ambas?

PA: Integridad y tranquilidad, que en cierta medida se construyen también en base a fama, o no sé, más que ser famoso, a mí me enorgullece y me tranquiliza tener prestigio, pero un prestigio ganado, no comprado. Ser respetado.

KC: ¿En tu velador qué libros tienes?

PA: Ahora tengo dos que muestran un poco la bipolaridad de mi vida, tengo la biografía de Humboldt, «La invención de la naturaleza» y que me ha costado terminarlo, pero me fascina, porque además yo me críe en Venezuela y parte importante de los viajes de Humboldt fueron ahí. Y por el lado más de entretención, tengo el nuevo de la Tere Undurraga, «Las niñitas bien, no usan bikini, linda» que también lo empecé. Ahí están los dos en el velador y muchas revistas y libros de arquitectura que acompañan esa lectura.

KC: ¿Cuál es tu mayor virtud como profesor?

PA: El entusiasmo, transmitir entusiasmo y pasión por la arquitectura.

KC: ¿Y como jefe?

PA: El respeto, la humanidad.

KC: Pablo tienes un tweet fijado en tu Twitter, que es «el sol que cambió mi infancia, me privó de todo resentimiento», Albert Camus.

PA: El sol que iluminó.

KC: Iluminó, perdón, yo puse que cambió, «el sol que iluminó mi infancia, me privó de todo resentimiento. Albert Camus, ¿por qué?

PA: Eso tiene que ver también con la foto que acompaña el tweet fijado -«el sol que reinó sobre mi infancia» – porque esa es una foto cuando yo tenía seis meses con mi mamá en el aeropuerto de Cerrillos, el año sesenta y nueve cuando partíamos a vivir a Venezuela y ese sol es mi mamá. Ella para mí fue algo muy importante, una mujer artista, una mujer brillante, muy inteligente que despertó y potenció toda mi sensibilidad artística, pero al mismo tiempo también reforzó mi personalidad, reforzó mi carácter, es a quien le debo en gran parte de lo que soy, junto a mi padre también y a la Ale, y a un montón de gente que ha sido importante en mi vida. Pero en mi infancia ese sol que era mi mamá, ese sol que fue mi infancia en Venezuela, ese sol que brilló hace que me cueste tener enemigos, que me cueste pelear, por eso te digo que si hay algo que a mí me molesta es la traición, el resentimiento, creo que la vida en comunidad, el poder de co-construir y coexistir es algo tan potente, tan bonito que no podemos quedarnos pegados en las odiosidades, en la envidia, en la mala onda. Entonces lo dejé ahí fijado para que la gente entienda que de dónde vengo yo por lo menos, resentimiento y mala onda y eso no está en mí. En la biografía de mi colegio me pusieron el «nunca quedas mal con nadie», soy muy conciliador parece.

KC: En ese sentido, estamos en febrero y esta entrevista va a salir en febrero – si D-os quiere – tu padre conoció el amor después de los ochenta.

PA: Así es, increíble. Mi madre la de la foto de Twitter, falleció hace cinco años, mi padre y ella eran súper unidos, y todos estábamos preocupados de que el papá se iba a quedar solito, iba bajonearse, pero sacó una resiliencia enorme, vino el coronavirus y el encierro, y siguió aperrando, y de repente, apareció una mujer maravillosa en su vida, la Teresita Vergara, que es un complemento perfecto para esta etapa de su vida, distinta a mi madre, por lo tanto, no compite, es completamente distinta. Y fue un flechazo, inmensamente enamorados, y se casaron ahora en noviembre pasado, a los ochenta años se casó mi papá y están felices. Es como un renacer de mi padre, lo que nos tiene a todos muy agradecidos y contentos, y obviamente, también atentos a que estos años que tengan juntos sean años de pura felicidad y los puedan vivir juntos y en paz. Así que sí, es increíble que tu papá se case a los 83 años, pero ha sido todo muy lindo.

KC: Pablo, nosotros nos conocimos en Boston, hace veintitantos años. Yo justamente te conocí con un mapa atrás de Santiago, creo que me quedé impactada, pero no era un mapa tan bonito.

PA: El que tengo acá es más lindo.

KC: Es más bonito, pero era un mapa, si mal no recuerdo, del sistema de locomoción, de transporte en Santiago ¿o no?

PA: No, era un mapa de las calles de Santiago como el que había en la guía de teléfonos antes de que existiera Waze, pero grande desplegado entero, eran las comunas, las calles y por eso se veían las principales avenidas, etcétera, también salidas del metro. Pero era el mapa oficial de Santiago, del Instituto Geográfico Militar de ese entonces, que era una sábana de dos por dos metros.

KC: ¿Y dónde quedó ese mapa?

PA: Uy, yo lo terminé donando a la Biblioteca de la Facultad de Arquitectura de Harvard, porque llevármelo de vuelta a Chile era una tontera y es un mapa que les podía servir a ellos, así que me imagino que debe estar por ahí, en algún cajón.

KC: Pablo, dentro de las cosas que yo te he conocido, eres un hombre inteligentísimo, trabajador y uno de los aspectos que me llama la atención de tu personalidad es la empatía y la capacidad de comprender el dolor ajeno. Has vivido episodios difíciles

en tu vida, pero dentro de esos episodios también me llama la atención cómo tuviste que enfrentarte en Chaitén, con el terremoto, con el dolor. Y ahí contabas en una entrevista en Capital, cuánto sufriste y engordaste ¿hoy en día cómo canalizas el dolor ajeno? ¿cómo eres capaz de enfrentar el dolor? ¿has aprendido algo?

PA: Debo confesar que efectivamente, en ciertas etapas de la vida he tenido que enfrentar a la cara y directamente situaciones muy dolorosas, la muerte, etcétera, y no solo por la enfermedad que tuvo uno de mis hijos, un cáncer muy complejo que gracias a D-os sobrevivió y ahora es una persona maravillosa, sino que también en este tipo de trabajo, como fue tener que relacionarme con las víctimas o los damnificados de Chaitén o del terremoto, tener que explicarle a una señora que llevaba ochenta años viviendo en su casita en la ribera del río Maule, que íbamos a tener expropiarle su casa para poder hacer un parque de mitigación. Toda esa carga simbólica, todo eso son cosas que afectan, y  así como los médicos son capaces de desconectarse del dolor de sus pacientes y llegan a la casa y pueden tener una vida normal, claro yo no estaba preparado para ello y eso, efectivamente, me fue generando, además del estrés de la pega porque no era solamente lidiar con el dolor de la gente, era la presión de sacar adelante el plan de reconstrucción, era las zancadillas políticas que nos hacían, era la complejidad de la pega, eran muchas cosas, me terminaron psicomatizando, y la ansiedad y el sobrepeso, y un montón de problemas que después pude tratar y siempre digo la broma, estuve dos años reconstruyendo el país y cuatro años reconstruyendo mi vida después. Pero se logra. 

KC: ¿Lo volverías a hacer?

PA: No sé si tenga la energía, sí ayudaría, pero no sé si tenga la energía para a estar recorriendo el país. Fueron años bien intensos, o sea cinco días a la semana en terreno. Mira, solo para contarte que la Pascua del 2011, dos años después ya del terremoto, casi cuando yo ya salí de la reconstrucción y me vine a la UDD, en la oración de Navidad, uno de mis hijos, dijo: «Yo quiero dar gracias porque el papá volvió a la casa», durante esos dos años no me vieron, estaba saltando de Dichato a Constitución, de Constitución a Pelluhue, por todos lados. A tu pregunta de cómo lidiar con el dolor no tengo una receta, pero sí aprendí algo y es cuando uno ha tenido una vida tan privilegiada, con tantas oportunidades, con tantas cosas que han salido bien, etcétera, uno empieza a creerse el cuento y cree que se las puede todas y es sobre adaptado, y anda como líder por la vida y no sé qué, pero si hay algo que aprendí de esos momentos duros es la necesidad de pedir ayuda, de que uno no se las sabe todas, que uno tiene que apoyarse en personas, no solo aquellos que te quieren, sino que también aquellos que saben. Para mí, que nunca creí en el psicoanálisis o en el psiquiatra y cosas así, haber podido tener ayuda en esos momentos me ha servido mucho para ir manejando situaciones de estrés, situaciones de complejidad, y creo que también, es un acto de humildad decir que uno no se las puede todas y que hay que pedir ayuda y ayuda a quienes saben. Así que te diría que mi forma de lidiar con el dolor y el estrés es a través de la contención y el amor filial de mi familia, digamos, de la Ale y los niños, y cuando ya requiere, por así decirlo, una mayor intervención, de mi psiquiatra y psicólogo. 

KC: Pablo nos queda la última parte del segmento, que son preguntas de gente que te conoce, pero antes de eso me acuerdo que una época tuviste que dejar Twitter, nada más ni nada menos, tienes veintiséis mil seguidores ¿por qué?

PA: Porque, como le pasa a mucha gente, de repente entra el ego, el interés, estar arriba de la pelota, estar en todas las discusiones, te empiezas a consumir, y al final estaba todo el día mirando la pantallita y me estaba perdiendo cosas maravillosas que estaban pasando frente a mis ojos, que tenían que ver con la familia, con los niños, con la vida. Y la Ale es mi cable a tierra y me dijo bájate del pony, atina y dije ya okey para que veas, me voy a salir de Twitter por un tiempo y fue alucinante, volví a sentir el olor de los damascos y escuchar a los pajaritos, y darme cuenta de que había un mundo maravilloso allá afuera que me estaba perdiendo por estar peleando con gente que ni conozco.

KC: Pero ¿por qué volviste entonces?

PA: Es que volví en otra parada, yo ahora lo uso para informarme, retuiteo o le pongo like a aquellas cosas que me parecen, y yo escribo muy poco y evito meterme en peleas. 

KC: ¿Aprendiste?

PA: Sí, aprendí, supongo que aprendí.

KC: Bueno, aquí ahora vamos a ir con preguntas de tres personas. 

Aquí va la primera:

«Hola Pablo, ¿cómo te va? te saludo desde la calle, el lugar donde me gusta estar, por eso hay ruido de autos, de buses, de transporte público, temas que a ti te interesan mucho, quería aprovechar tu presencia en el programa de Karen Codner para preguntarte por ese momento en que tú estás con Alejandro Aravena y con Andrés Lacobelli en Boston, y Andrés Lacobelli, ingeniero, les pregunta a ustedes dos, arquitectos, por qué si hay tan buenos arquitectos y tan buena arquitectura en Chile, las viviendas sociales son tan malas y de ahí nace un proyecto que es Elemental, en el que tú estuviste en un comienzo, en el que después te saliste y empezaste otra forma de trabajo en tu vida que te ha dado un montón de satisfacciones, pero quiero preguntarte en retrospectiva, ¿cómo ves la decisión de no haber seguido en Elemental, que con el Pritzker de Alejandro se transformó en una oficina de importancia mundial? Yo sé que tú siempre hablas maravillas de ello, pero quería preguntarte un poco tu visión como en retrospectiva de haber sido parte de ese proyecto y haber dejado de ser parte de ese proyecto. Un gran abrazo y cariños a Karen».

Ahí teníamos a Rodrigo Guendelman

PA: Wow, vaya pregunta, eso da como para una entrevista entera.

KC: Pero vas a tener que dosificar.

PA: No, mira, yo te decía en un momento que yo me siento testigo privilegiado de ciertos momentos cruciales de la arquitectura chilena del último tiempo, para no subirse tanto a arriba del pony y uno de ellos, precisamente, fue haber estado en los orígenes de Elemental, fue realmente muy lindo. Tal como dice Rodrigo, coincidió que yo estaba haciendo el doctorado en Harvard y a Alejandro Aravena lo invitan a hacer clases y ahí, en ese momento, también Andrés Lacobelli, que había sido director ejecutivo de Servicio País, estaba haciendo el máster en políticas públicas, éramos muy amigos con Andrés, con Alejandro habíamos sido compañeros en la universidad, entonces lo acogimos un poco cuando llegó de profesor visitante, y Alejandro y yo estábamos alucinando con esto de que habían invitado a un arquitecto joven chileno a hacer clases en Harvard. Entonces decíamos, la arquitectura chilena está en un momento increíble, Matías Klotz está haciendo cosas el descueve, Sebastián Irarrázaval, Ian Baldrich, ahora te invitan a ti Alejandro a Harvard. Pucha que ganas de hacer una exposición en el MoMA sobre la nueva arquitectura chilena, que se sepa, que se cacareé, tenemos que hacer algo y Andrés escuchaba, era un gallo que había estado dos años en Servicio País, de repente nos dice, «oye, pero si la arquitectura chilena es tan macanuda y quieren hacer una exposición en el MoMA porque la vivienda social es tan mala». Y ahí fue como la pregunta que detonó en Alejandro y en mí la idea de decir chuta en realidad tenemos que ver de qué manera como arquitectos podemos meternos en las políticas públicas y tratar de mejorar e influir en el diseño de las viviendas sociales desde lo que nos compete a nosotros, que es la arquitectura, y no la economía, la política, etcétera. Y ahí fue cuando, aprovechando la estadía de Alejandro como profesor visitante en Harvard, comenzamos a armar y buscar financiamiento para esta iniciativa de vivienda social. Alejandro hizo unos primeros talleres acá en Chile, luego logramos postular a un fondo del Conicyt en ese entonces, a un Fondef con la Universidad Católica, donde montamos la primera iniciativa Elemental que apuntaba a un concurso internacional de vivienda y yo fui el director del concurso, de ese concurso se iban a elegir siete proyectos que se iban a construir y Alejandro iba a ser él que coordinaba los proyectos y Andrés hacía toda la gestión, la administración. Y eso fue entre el 99′ y el 2004. 

¿Por qué salí yo de Elemental? porque el 2004 por un tema de salud de Pablito tuve que irme de vuelta a Estados Unidos durante un año. El teletrabajo no era tan fácil en ese entonces y tuve que concentrarme mucho con la Ale y la familia al tratamiento de Pablito, y, por lo tanto, yo dejé de tener un rol activo en Elemental, seguía como socio, pero ya no estaba en el día a día. Y luego el 2005, cuando regresó a Chile, Elemental estaba -porque uno ve la parte linda la historia- en un momento bien complejo, porque el Ministerio no le estaba pagando lo que tenía que pagarle porque estaban desarrollando un momento de de apertura económica importante. Entonces, Andrés decide salir también activamente de Elemental emplearse en temas fuera la universidad y yo me hago cargo del Observatorio de Ciudades de la universidad y Alejandro sigue a cargo de Elemental como oficina, sacando los proyectos adelante, pero seguíamos socios, pero ya no activos. Y el 2010, cuando viene lo del terremoto, a Andrés lo nombran Subsecretario de Vivienda, por lo tanto, sale de la propiedad Elemental para no tener conflictos de interés y a mí me nombran Coordinador de Reconstrucción, por lo tanto, salgo de Elemental para no tener conflicto de interés, porque Elemental estaba muy involucrado en ese entonces en el plan de reconstrucción de Constitución y otras cosas.

KC: Vamos a seguir con Elemental porque mira la pregunta que viene.

PA: Bueno, pero ahí salí formalmente de todo, pero siguieron y obviamente el mérito de lo que ha sido el trabajo Elemental ya es de los actuales socios y de Alejandro. Yo solo fui testigo los primeros años.

KC: Aquí viene la segunda pregunta:

«Hola Pablo, es tu amigo Steve Reifenberg en los Estados Unidos. Nos conocimos hace más de 25 años, cuando empezaste a trabajar en todo lo de la vivienda social y en particular en el proyecto Elemental, que estaba vinculado con la Universidad de Harvard donde yo estaba trabajando en aquel tiempo. Yo recuerdo eso años, cuando Elemental parecía un sueño, muy difícil cumplir. Hoy Elemental es premiado y reconocido internacionalmente. Pablo, ¿cómo ha impactado esa experiencia en vivienda social en el trabajo que haces hoy, y también en tu visión de las ciudades y la planificación urbana?

PA: Wow, que lindo recuerdo Steve Reifenberg. Steve fue clave en el inicio de Elemental porque él era director del Centro Rockefeller de Estudios Latinoamericanos de la universidad, que fueron los que nos dieron el primer grant para poder investigar este tema de vivienda social, así que un abrazo grande a él, que ahora está en la Universidad de Notre Dame.

Obviamente para mí ha influido mucho porque fue salir de la academia, salir de la torre de marfil y meternos en políticas públicas y mucha gente me dice, Pablo, tú que eres tan político porque has estado en el gobierno, porque has asesorado, yo le digo: «a mí no me interesa la política, no me interesa un cargo electoral, yo no voy a hacer campaña, me interesan las políticas públicas porque desde ahí donde uno efectivamente puede ser agente de cambio y mejorar la calidad de vida de las personas, las comunidades. Entonces, yo creo que lo bonito de Elemental y la gran lección de Elemental es que nos permitió desde la arquitectura, porque al final era el diseño de las viviendas, como tú cambiabas la ecuación para que efectivamente desde el diseño de las viviendas, las familias pudieran tener acceso a mejores ubicaciones, a viviendas que ganaran valor en el tiempo, etcétera. Yo creo que la gran lección, el aporte de Elemental es que me introdujo al tema de las políticas públicas no solo de viviendas, sino que también ahora de ciudad, de temas ambientales, etcétera. Y lo otro es que también nos enseñó que esta cuestión, como hablábamos antes, es 80% transpiración y 20% inspiración y talento, o sea, que aquí, además, la perseverancia es clave y que son procesos de largo plazo, no son cosas que pasan de un día para otro y hay que perseverar. Creo que poca gente sabe o reconoce como perseveraron Alejandro, Víctor, Gonzalo, Juan y todos los socios de Elemental en los momentos difícil, previos a que tocaran la gloria con el Pritzker. Así que yo creo que esa es como la gran lección que podría sacar de lo que dice Steve.  Y lo otro es que desde toda disciplina uno puede ayudar a mejorar las políticas públicas y lo público, no solo desde la arquitectura, sino que desde el rol de cada uno y cada una se puede también aportar. Eso fue muy bonito.

KC: Ahora Pablo viene la última pregunta:

«Hola papá, soy Pablo, tu hijo mayor, te quería preguntar ¿cómo afectó en tu vida, tanto profesional como personal, el cáncer que pasamos como familia? ¿y que enseñanza o lección te dejó para tu futuro?

PA: Yo creo que es la pregunta fundamental de nuestra vida y digo nuestra como familia, de hecho, ayer conversábamos con la Ale a propósito de un amigo muy cercano que lo acaban de diagnosticar, que el cáncer de Pablo es probablemente lo más terrorífico y lo peor que le puede pasar a cualquier familia, digamos, que un hijo tuyo tenga un cáncer con seis recurrencias y con un proceso muy complejo. Pero también nos fortaleció, nos entregó una serie de herramientas, nos unió, nos expuso a conocer la generosidad de tanta gente, no solo de los amigos, sino que también de desconocidos, nos hizo valorar tantas cosas, que yo diría que la justa balanza. Al final uno es uno y sus circunstancias, y parte importante de la felicidad y de los logros que hemos tenido como familia, en parte también se deben a lo que vivimos en el proceso del cáncer de Pablo. El testimonio de resiliencia, de optimismo, de no bajar los brazos, de trabajar, no pensarla, la fortaleza y la lucha de la Ale, la compañía, la comprensión y generosidad de sus hermanos son cosas que son puros valores. O sea, al final, claro, lo digo desde la posición fácil, también de que Pablo sobrevivió al cáncer y hoy en día tiene una vida normal, y pololea y estudia, y más allá de un chequeo cada cierto tiempo, estamos haciendo una vida completamente normal. Entonces es muy fácil hablar desde esa perspectiva, lo hubiésemos perdido, sería distinto.

KC: Es una historia de éxito en ese sentido.

PA: Claro, un triunfo. Pero desde esa perspectiva son más las cosas buenas que atesoramos que los dolores y las heridas que todavía estamos sanando. Y en ese sentido estoy muy agradecido de que hayamos salido adelante como familia y del gran testimonio de Pablito.

KC: ¿Y qué sientes cuando lo escuchaste, Pablo?

PA: Me tuve que contener porque él es mi héroe personal, es una persona excepcional, un ser de luz y me da un poquito de emoción que también tenga la valentía de preguntarme algo así en un espacio como éste, porque da cuenta de que él también está consciente de que esto ha sido algo que raya para la suma, que ha sido una vida muy linda y muy feliz. Yo estoy muy agradecido de D-os y de la vida, porque la verdad es que lo he pasado muy bien y parte de eso tiene que ver con los amigos, las amigas, contigo, con tanta gente.

KC: Pablo, estaba pensando, para ir cerrando, ¿cómo influye el vínculo con los hermanos? ¿no se da como una cierta rabia hacia el cáncer de qué el cáncer ha robado, ha tenido tanto protagonismo? Son tres hijos.

PA: Gracias a D-os no, porque ha pasado en distintas etapas de nuestra vida y hemos aprendido todos a vivir con el, hasta el nivel que hoy en día la Ale se dedica al cáncer, digamos es directora de la Fundación Nuestros Hijos, que apoya a las familias y a los niños y niñas que sufren cáncer en Chile hoy día. Por lo tanto, no, hemos aprendido a convivir con el cáncer, a respetarlo, entenderlo y también a asumir el rol que cada uno tiene. Y, al contrario, como fue una historia de varias recurrencias, a mis hijos menores les ha tocado también ser parte de la contención y del manejo de crisis de las más recientes y sienten también que han aportado y han apoyado. Por lo tanto, yo te diría que no, no hay celos, es parte de nuestra historia y yo creo que es más lo que nos fortalece que lo que nos debilita, hasta ahora. Pero no salió gratis, no se lo recomiendo a nadie.

KC: No, no salió gratis. Pablo, te quiero agradecer, me quedé con mil preguntas, pero siempre es bueno dejar cosas para después. Ha sido un honor entrevistarte, un honor escucharte, aprendí muchísimo y conocerte desde otro ámbito.

PA: Gracias por la invitación, no sabía que era tan personal, perdona si de repente me di muchas vueltas esotéricas con el metaverso y la construcción.

KC: No, para eso estás.

PA: Pero feliz de conversar, que bien hace conversar y darse el tiempo, así que espero que la próxima sea con un café en presencia física y no meta.

KC: Exactamente.

PA: Muchas gracias, Karen por la invitación y saludos a todos por allá y a tus auditores.

KC: Gracias, te pasaste Pablo. Chao.

PA: Chao, que estés muy bien. 

Pablo Allard es un hombre muy sensible y dedicado a su familia, estas reflexiones sobre la lectura, el concepto del metaverso en arquitectura, las ciudades circulares, la reforestación, y más nos dan una nueva mirada a los espacios en los que habitamos.

¿Te gustó el cuestionario Espiral? ¿agregarías otra pregunta? Ojalá me cuentes en mi correo karen@karencodner.com o en la transcripción de este y todos los episodios Espiral en mi página web www.karencodner.com

Gracias Pablo por compartir tu lado más personal, tus miedos, alegrías, el difícil proceso que viviste con tu hijo con cáncer, y sobre todo, tu honestidad.

Nos vemos pronto en otro capítulo de Espiral.

Lee, escribe, crea.

Chaoooo.

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