Oda a Estambul #205

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Oda a Estambul #205

Este boletín es para los curiosos que desean una vida plena y pausada. Compártelo, me harías muy feliz.

Conocí a Luz Rodríguez en plena pandemia cuando ambas tomamos un curso sobre boletines con Patricio Contreras, y desde ahí hemos seguido en contacto. Primero a través de cartas, luego ella visitó Chile y hoy conversamos en Susbtack, WhatsApp o por correo.

Si deseas saber qué significa dar la vuelta al mundo y descubrir los lugares más remotos como los más comunes, debes suscribiste a su boletín, Raíces y Ramas. En entregas quincenales relata una aventura que comenzó el 2024. Esta española viaja con una pequeña maleta y ha estado en rincones del planeta que pocos pueden jactarse de haber visitado. Lo que más me impacta es su sinceridad para contar sobre cada experiencia, con un ojo crítico y a la vez, muy informado.

Antes de llegar a destino, Luz lee mucho sobre el mismo. En esta Oda nos comparte el impacto que tuvo Orhan Pamuk, Premio Nobel de Literatura en el 2006, durante su visita a la hermosa Estambul donde estuvo en octubre. Le fascinó la ciudad, no así sus taxistas que hacen cobros abusivos o la inflación y también la gran cantidad de gatos en sus calles.

Los invito a seguir a Luz en Susbtack y sobre todo suscribirse a Raíces y Ramas, no por nada sus escritos han sido publicados en el diario El País.

Hola, soy Luz de Raíces y Ramas, un boletín de crónicas de viajes. Mi estimada Karen Codner de Oda me ha invitado a escribir un post sobre Estambul en los libros, ya que soy una ávida lectora y procuro leer novelas y no ficción de los lugares que visito. Recientemente he estado en Turquía y a continuación repaso los libros que me han ayudado a conocer y disfrutar su magnífica capital.

Si te gusta lo que escribo te animo a suscribirte a mi boletín de Raíces y Ramas.

Estambul en los libros

Julio Cortázar siempre soñó irse de Buenos Aires para vivir en París donde se convirtió en un gran referente de la literatura hispanoamericana. En cambio, Orhan Pamuk, se convirtió en el gran narrador de su ciudad, Estambul. Leerlo me hizo atender a algo intangible: el humor de la capital turca y su melancolía persistente.

Estambul: recuerdos de una ciudad

Una de las mejores formas para conocer la ciudad es a través de este libro de memorias. Pamuk combina fotografías en blanco y negro, recuerdos de su infancia y juventud, reflexiona sobre viajeros europeos por la antigua Constantinopla. Retrata su ciudad que siempre tiene un velo de melancolía por el pasado perdido, lo que se conoce como hüzün.

Vemos el barrio en que creció el Premio Nobel de Literatura, Nişantaşi, que se encuentra muy cerca de la plaza de Taksim. Desde allí, el joven Pamuk disfrutó las vistas del Bósforo, que separa la Estambul europea de la asiática, y se echó incesantemente a caminar grandes distancias y sin rumbo para conocer el resto de la ciudad, una muy ajena a la rica Nişantaşi.

El libro es un deambular por callejuelas de adoquines empinadas y habitadas por musulmanes devotos, armenios, judíos, griegos y búlgaros. Su mirada se posa en los “restos de un pasado” (el imperio otomano), y sus “detritos menores” en forma de fuentes, arcos, antiguos palacios y mezquitas menores que amenazan ruina y que “inflige un dolor en el corazón de todos los que vivimos entre ellos”. Y también en los perros callejeros, que hoy han sido reemplazados por los gatos.

En Estambul: Recuerdos de una Ciudad aparecen los grandes temas que recorrerán toda su obra: la memoria, la dualidad entre Oriente y Occidente, la influencia de la historia, la identidad y una constante búsqueda del yo. El libro acaba con un momento decisivo cuando él decide abandonar sus estudios de arquitectura y anuncia a su madre: “No quiero ser un artista, voy a ser un escritor”.

El Libro Negro

Una de las primeras novelas que le dieron la fama fue El Libro Negro, publicado en 1990.

La historia sigue a Galip, un abogado de Estambul cuya esposa Rüya desaparece misteriosamente. En su búsqueda se adentra en la vida de Celâl, su primo y famoso columnista, también desaparecido. En esta novela se condensan los grandes temas de su autor como lo son la identidad, la memoria, la familia y la ciudad como espacio del extravío. El casco antiguo es un laberinto donde nada es lo que parece.

El Museo de la Inocencia

Gracias a esta lectura supe que existía un museo real con el mismo nombre. Ocupa una casa de tres pisos y ganó el premio al Mejor Museo de Europa en el 2014. En esta casa de tres pisos se exhiben ochenta y dos vitrinas donde con objetos que el protagonista de la novela colecciona. Son el testimonio de amor entre él y Füsun. El Museo de la inocencia y la novela homónima nacieron juntos, como dos espejos de una misma obsesión. Nos adentramos también en el Estambul de la década de los setenta.

Gracias a la excelente audioguía vivirás una experiencia única, donde el tiempo se detiene, así como la memoria y el deseo. Quien lo visite recordará la vitrina inicial con las 4.213 colillas de cigarrillos que Füsun fumó. En el sótano, una pequeña librería guarda las obras del Nobel en varios idiomas y algunos recuerdos mínimos del autor.

Mi Nombre es Rojo: una de las más vendidas

Esta novela de casi 700 páginas publicada en 1998 lanzó a Pamuk al estrellato internacional. Nos lleva al Estambul del siglo XVI, en que es asesinado un miniaturista que trabaja en un libro secreto para el sultán otomano. La historia más bien, casi una intriga policíaca, está narrada con múltiples voces: un árbol, un caballo, un cadáver o una moneda.  Se abordan temas que hasta hoy siguen siendo relevantes como la tensión entre el arte islámico, anónimo y simbólico, y el europeo centrado en la perspectiva y la individualidad. En este choque, Pamuk explora la identidad, una de sus grandes obsesiones. Aquí vemos una Estambul distinta a la de hoy, más silenciosa y llena de artesanos, libre de la plaga de los turistas y de la inflación.

Para no olvidarse: los deviches y los hammanes

Coincido con Pamuk en que hay que cruzar el Bósforo hacia la Estambul asiática, a los barrios de Üsküdar y Kadıköy. Allí los hamanes aún conservan su calma original, lejos del bullicio europeo, de sus precios exorbitantes y turístico.

El hüzün y los gatos, habitan la ciudad

Esta melancolía  sigue impregnado a sus habitantes. Ya no abundan los perros callejeros tan presentes en la prosa del autor. Estambul ahora pertenece a los gatos que te recuerdan que siempre hay algo misterioso en las calles laberínticas de la ciudad.

Muchas gracias de nuevo a Karen por su invitación a colaborar con Oda. Os recuerdo que, además del boletín, Karen tiene el podcast Espiral, una cita dominical para los que amamos los libros. Me despido dejando de nuevo el botón de suscripción a mi newsletter de crónicas de viajes Raíces y Ramas.

Gracias por leer.

 

La próxima Oda yo voy a colaborar con Luz y haremos una publicación conjunta.

 

¿Escuchaste a Edmundo Paz Soldán?

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El libro negro

El Museo de la Inocencia

Me llamo Rojo

Estambul, ciudad y recuerdos

 

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