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#62 En Espiral Irene Vallejo: «El infinito en el junco» (2da parte)

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Hola, hola ¿cómo estás? Soy Karen Codner, periodista y escritora, te doy la bienvenida al programa 62 de Espiral, tu podcast de literatura y creatividad. Aquí tienes la segunda parte de la entrevista Espiral a Irene Vallejo. Recuerda, encuentras la transcripción de este episodio y de todos los anteriores en mi página web www.karencodner.com y ahí mismo me puedes dejar tus comentarios.           

Este libro, «El infinito en un Junco» es un ensayo que aborda la invención del libro en la antigüedad con un fuerte guiño a lo actual, pasando por la quema de libros, la hermosa biblioteca de Alejandría y las más pequeñas como lo son las de cada pueblo. Incorpora reflexiones sobre la tecnología, las redes sociales y el libro digital. Más que un ensayo tradicional, Irene Vallejo escribió la invención del libro en el mundo antiguo pero narrado con aventuras y personajes, villanos y persecuciones. Irene Vallejo es la protagonista de una pequeña revolución porque abordó un tema árido de una forma lúdica y cercana a la novela. Se permitió licencias típicas de la ficción como el cambio de narrador y tiempos verbales Irene Vallejo “ha sido un fenómeno editorial, extraño y totalmente anómalo”. En la siguiente conversación profundizamos sobre aspectos más íntimos, lo que ha significado la enfermedad de su hijo, la visión de Irene sobre el lenguaje inclusivo, cómo es trabajar el género de ensayo de una forma poco ortodoxa. Y cuánto sufrió con el bullying en el colegio y cómo ello le influyó en su vida adulta.

Si tienes “El infinito en el junco” en tus manos te invito a leer conmigo la dedicatoria que escribió Irene Vallejo a su madre: «A mi madre, mano firme de algodón» y ella contó que el taiwanés ha sido uno de los idiomas más complejos para identificar esta frase, porque se escribe con otras claves y es imposible saber en qué parte del texto está. Irene Vallejo es una más al momento de traducir, ahí está con los traductores que se lo permiten, y cada vez que se traduce “El infinito en el junco” le manda una foto a su madre para que las coleccione, pero menos en taiwanés.

«El infinito en un junco» de Irene Vallejo ha sido traducido a diversos idiomas

A Irene le encantaría leer todos los días pero en los últimos meses ha sido imposible por el ritmo que le ha exigido la promoción. Además Fernando Iwasaki, gran escritor de origen peruano y que entrevisté en el capítulo 35 de Espiral le hace una pregunta a su amiga Irene y dos libreros chilenos también, como lo son Fabio Costa de Bros librería y Macarena Hernández de Libra Books y María Verónica, una auditora argentina que también le hizo una pregunta por audio a Irene.
      Te invito a seguir escuchando las reflexiones de Irene y cómo hace el link entre la antigüedad y el hoy. Ahora inicio Espiral con Irene Vallejo, y la inicio con una pregunta que no salió en el audio pero para que entiendas lo que viene. Ella responde a una pregunta sobre el rol de los traductores, mira escucha lo que viene, escucha cómo respondió.

Entrevista a Irene Vallejo

KC: Tú dijiste en «Sin código» con César Miguel Rondón- «la antigüedad es la raíz del presente». Pero te pregunto ¿cómo puede ser la raíz del presente si vives tan separada de ella, no la ves como la raíz? 

IV: Bueno porque muchas veces vivimos un poco a ciegas de dónde está el origen o cuál es la razón por la que nuestras instituciones, nuestras costumbres, nuestro lenguaje, nuestros conceptos y nuestras teorías son lo que son. Realmente podemos ignorarlas, podemos desinteresarnos, pero siguen estando ahí, siguen influenciando nuestra forma de ver el mundo y de entenderlo, siguen siendo las líneas maestras del pensamiento y de la conceptualización política, aunque no lo sepamos y no las conozcamos. Yo creo precisamente que, si somos conscientes de toda esa historia y toda su trayectoria, pues somos más lúcidos, entendemos mejor los mecanismos con los que funciona la realidad. Pero la realidad seguirá funcionando conforme a esos mecanismos los conozcamos o no, tengamos esos datos o información o no. Para mí es muy importante la historia, yo creo que es un laboratorio donde hemos experimentado ya con muchísimas posibilidades, con muchísimas actitudes, con muchísimas formas de organizarnos, con muchísimas soluciones a los grandes problemas y, creo, que en general en nuestra especie, la posibilidad de imaginar el futuro tiene mucho que ver con nuestra relación con el pasado, al final somos los únicos animales que sabemos cómo eran, cómo vivían nuestros antepasados hace diez o veinte siglos. Un caballo, una vaca, un mosquito no pueden saber cómo vivían sus antepasados en otros siglos. Y no es un azar que la que la única especie que es capaz de elaborar un relato sobre su pasado, sobre sus antepasados, que eso tiene mucho que ver el pasado y los antepasados, sea la única especie que tiene una capacidad de proyectarse hacia el futuro tan grande, esto es un poco como en la ciencia, una determinada experiencia da resultados pretéritos de pruebas, de ensayos, de experimentos, es lo que nos permite hacer proyecciones o predicciones hacia el futuro. Si no conocemos todo ese recorrido de datos, de perspectivas y de resultados, no vamos a ser capaces de proyectarnos hacia el futuro. A mí me gusta mucho una frase de Hannah Arendt que dice: «es el futuro el que nos lleva constantemente hacia el pasado» creo que es muy gráfico. La posibilidad misma de concebir un futuro tiene que ver con nuestra capacidad de expandir nuestra propia vida hacia atrás y descubrir soluciones, rebeldías, revoluciones, búsquedas, conceptos, ideas que vienen del pasado y que estamos constantemente reformulando y recreando para intentar acercarnos al tipo de sociedad que soñamos o que buscamos. Por eso creo que la historia es muy importante como herramienta de futuro y para evitar, sobre todo, muchas veces que nos manipulen demagógicamente para volver a repetir errores del pasado. Así que yo siempre defiendo a la historia como herramienta de futuro, no como una especie de búsqueda de conocimiento, de datos y de erudición sobre tiempo pretéritos, yo creo que es un arma cargada de futuro. 

KC: Después vamos a llegar a ciertas conclusiones. De estos 35 idiomas que se tradujeron o se están traduciendo, ¿cuál idioma es el que te ha sorprendido más? 

IV: Pues de los que se han publicado hasta ahora- porque van haciendo lanzamientos graduales, la mayoría de ellos empezaron este otoño y se extenderá todo el año que viene- pero de las que han aparecido hasta ahora la que más me ha sorprendido es la edición taiwanesa. Como el libro está dedicado a mi madre, yo tengo un ritual que lo primero que hago cuando llega una traducción a un nuevo idioma es sacarle una fotografía a la dedicatoria y mandárselo a mi madre para que tenga como una especie de galería de la dedicatoria que le he hecho en todos los idiomas 

KC: «A mi madre, mano firme de algodón». Que cosa más hermosa. 

IV: Pero en el libro taiwanés, yo no soy ni siquiera capaz de identificar dónde está la dedicatoria por la configuración del libro, las mismas convenciones gráficas que tienen nuestros libros con respecto a los índices, el título, la colocación, entonces veo el libro y ni siquiera soy capaz de identificar dónde puede estar la dedicatoria de mi madre y le mando una fotografía pero diciéndole, bueno, esto podría ser el año de edición o cualquier otra cosa porque no tengo ni la menor idea de dónde está esa dedicatoria para ti. Pero ha sido muy emocionante que el libro pueda viajar a tantas latitudes y, sobre todo, estoy disfrutando muchísimo el trabajo con los traductores porque bueno, yo misma soy un poquito traductora, de hecho he traducido en este libro muchos textos clásicos, intentando darles un nuevo tono, alejarlos de ese tono decimonónico.

KC: ¿Cuántos idiomas sabes ? 

IV: Bueno, aparte del latín y el griego, que son los que traduzco, y luego pues el italiano, porque estuve estudiando en Italia un año, y me puedo comunicar en inglés y francés, y leo el alemán. Pero bueno son cosas que siempre estás constantemente intentando mejorarlos porque los idiomas son herramientas de muchísima precisión y si no las hablas, si no las prácticas, se pierde mucho vocabulario, detalles y sutilezas. Pero bueno, el caso es que la relación con los traductores ha sido muy emocionante porque he podido entrar un poco en el proceso de su trabajo. Me han consultado las dudas, hemos trabajado juntos para resolver los problemas del libro y ha sido interesante ver también qué aspectos del libro eran más difíciles de entender o de trasladar a un público de otros países. A veces lo que es más local no es lo que nosotros pensamos que es más propio y autóctono, sino otras cosas que no sospechamos que puedan dar lugar a confusiones o a un lost in translation. Ha sido muy interesante eso. Siempre reivindico el papel de los traductores, de hecho, en «El infinito en un junco» yo digo que uno de los grandes logros de la Biblioteca de Alejandría fue empezar a traducir los textos, a partir de ese momento ya no hemos dejado nunca de traducir, y que eso es lo que ha hecho posible que nuestras ideas, las de cada lengua, cada país, cada civilización, se enriquezcan con todas las ideas que proceden de la creatividad, de la literatura, de la ciencia, de la investigación, de otras culturas y civilizaciones. Eso sido importantísimo porque ha ampliado nuestros horizontes. La frase que estoy diciendo de que los escritores hacemos las literaturas nacionales, pero la literatura universal es un regalo de los traductores, ellos la hacen posible. Y la verdad es que ha sido muy bonito. Yo estoy convencida de que ellos son escritores también, quien traduce una obra literaria, es un escritor por derecho propio, un escritor con la generosidad de ceder su talento a la obra de otro y a las palabras de otro, que habitualmente no aparece en la cubierta y esta es una lucha que yo estoy teniendo con todas mis editoriales, por favor pongan el nombre de los traductores en la cubierta, porque son coautores y hay que darles todo el protagonismo posible, y algunas me han hecho caso, otras no. ¿Cuántos libros no habría podido leer? ¿cuántos de sus libros favoritos, más amados, no habría podido leer si solo pudiera leer las lenguas que entiende y que sabe? 

KC: Es como la biblioteca que tienes atrás, que me imagino que es tu biblioteca personal. 

IV: Parte porque tengo la casa invadida por libros, si vieras por los lados, ahí hay unas montañas y pilas, y rebosan por todos lados. Mi hijo pequeño va por aquí correteando y ha aprendido a esquivar los libros. A veces tenemos derrumbamientos y es porque se ha venido abajo una torre de libros que estaba en algún sitio y ha caído. En fin, estas cosas que tienen que aguantar los hijos de los escritores. 

KC: ¿Todos los días lees? a veces uno trabaja mucho en un escrito y siente que ha leído mucho en el escrito, entonces no queda espacio en la cabeza para leer ¿o necesitas leer todos los días, horas? ¿cómo son tus hábitos de lectura? 

IV: A ver, si yo pudiera elegir, elegiría leer todos los días, horas, lo que pasa es que muchos de mis días tengo que escribir correos electrónicos, contestar, escribir artículos, hacer cosas que ocupan la mayor parte de mi día y no me deja mucho tiempo para lecturas no profesionales, lecturas elegidas, pero tengo mucha inquietud de leer y, de hecho, para mí es un descanso leer y me descansa incluso más que ver una serie o ver una película en televisión. Para mí leer es como crear un espacio de soledad a mi alrededor, que es muy sedante en una vida tan agitada, con tantos actos y tanta exposición pública. Pero me parece muy importante, y además también en las redes, tengo un pequeño proyecto a mi pequeña y humilde escala, he intentado recomendar libros y sobre todo, muchos libros de literatura latinoamericana porque yo creo que aquí en España no se lee tanto como se debiera, no se conoce tanto como se debiera, la tradición de nuestro idioma maravilloso, que tiene tantas geografías y tantas coordenadas. Entonces, en las redes estoy constantemente recomendando, recordando poetas, escritores, reproduzco fragmentos un poco con la sensación de que somos una comunidad de lengua, de creación, y que ese lazo es hermoso fortalecerlo y que nos leamos más. Tenemos esta oportunidad compartiendo un idioma, de vernos desde dentro, desde fuera, compartir perspectivas, me parece muy hermoso. Yo a poetas, escritores, a novelistas, aprovechando aniversarios o temas, o ideas, estoy constantemente recomendando o intentando que todo ese maravilloso bagaje de literatura lo conozcamos mejor, que se abran nuevos horizontes. Me entero de qué libros se pueden conseguir de determinados autores y recomendarlos para que se puedan leer y hablar también de grandes clásicos de la literatura latinoamericana, que aquí son poco conocidos o poco leídos, y, sobre todo, mujeres. Tengo esa disciplina de leer, de estar constantemente volviendo a la poesía, a las novelas, recordando argumentos de libros que tienen que ver con temas que están de actualidad en España y diciendo, pues ahora puede ser el momento para descubrir este libro, este clásico poco conocido. 

KC: Muy bueno eso que haces. 

IV: Y eso, lleva tiempo porque hay que descubrir. Durante toda la pandemia, mis tuits pandémicos los llamaba, cada día recomendaba un libro que de alguna manera, tenía algo que ver o con lo que estábamos viviendo, con el encierro ya fuera en cárceles, en hogares, con mujeres que no podían salir, con personas que, por distintos motivos, forzosamente se veían obligados a permanecer en casa, o con enfermedades del pasado, con otras pandemias de la historia, bueno con los temas que de alguna manera nos preocupaban, con la sanidad, con los médicos. Entonces iba buscando todos los días hacer una recomendación de un libro que tuviera alguna conexión con lo que estábamos viviendo y poner como algún pequeño fragmento y recomendar la lectura de este libro y ese tipo de cosas. Es una disciplina que de alguna manera me obligo, pero también lo hago muy gustosamente porque es como estar constantemente refrescando lecturas que han sido muy importantes para mí, igual que hago con los clásicos, ver cómo siguen estando muchas de ellas tan vigentes en nuestro mundo, y cómo todavía nos seguimos identificando con los mismos temas esenciales. Por eso, me parece muy importante y quiero aportar un pequeño granito de arena, de hacer comunidad y de recordar que somos solo una pequeñísima parte del español y que hay muchas más fronteras, muchos más países, muchas más literaturas que ir descubriendo y que es fantástico tener esa oportunidad de adentrarnos y asomarnos. 


KC: En este sentido, asomarnos, tener oportunidad, es un lenguaje aventurero. Escribiste un libro de aventuras, podríamos ponerlo así. Pero tú como Irene Vallejo ¿eres una persona aventurera? ¿te sientes aventurera?

IV: A ver, realmente hubiera dicho que no porque como ya te he explicado antes, un poco mi sensación es que yo soy una de esas personas viajeras en atlas de papel, que a mí me gusta sobre todo confrontarme con las ideas y una parte de mi vida se desarrolla dentro de mi propia mente que es como la forma que yo tengo de salir de mí misma, es ponerme a imaginar, a pensar, ideas, a tramar argumento, y esa es una parte muy importante de mi vida, que es muy sedentaria e inmóvil; yo delante del teclado, yo delante del papel o yo delante del libro abierto que estoy leyendo. Pero a veces la realidad te cambia los planes y los guiones, realmente haber tenido a este hijo con tantos problemas de salud ha sido una gran aventura en todos los sentidos, adentrarse en territorios de angustia, de miedo, vivir muchas veces en el hospital, que es uno de los territorios también más peligrosos que existen. Por ejemplo, mi hijo sufrió varias infecciones hospitalarias por estar ingresado durante tanto tiempo, pasó por gravísimas infecciones hospitalarias. Y luego, acompañarlo, aprender yo misma también todo lo referente a su educación y cómo apoyarlo en una situación difícil y cómo enseñarle el mundo. Y ahora mismo también, en las traducciones del libro me están obligando a viajar mucho a otros países, a las promociones internacionales y de repente he descubierto que me siento muy feliz en ese intercambio de ideas, conociendo escritores, intelectuales, pensadores, editores de otros países, preguntándoles y descubriendo cómo viven ellos, enfrentando un poco a esta aventura de lo desconocido cuando llegas a un nuevo país donde no tienes lectores, donde nadie te conoce y un poco vuelves a construirte de nuevo. Y bueno, me gustaría ahora aprovechar las oportunidades que me está dando este libro, para vivir algunos periodos en otros países y así tener una experiencia más amplia de lo que está sucediendo y del pensamiento, de las ideas, de las formas de vida y del mundo. Así que me ha salido una vena aventurera entre comillas de la que yo no era bien consciente hasta hace poco pero bueno, el mundo y las oportunidades te van cambiando, y también el niño y todo lo que nos ha sucedido con él, es una incitación permanente a aprovechar el tiempo y el ahora porque nunca sabemos lo que pasará más adelante.

KC: La maternidad que no la esperabas así, la decepción de toda la expectativa de esperar un hijo, que el hijo te salga con ciertas dificultades, que entiendo que todavía las tienes ¿no? 

IV: Sí, bueno, vamos avanzando, avances que al principio nos parecían casi impensables pero todavía tiene secuelas de esa llegada tan difícil a la vida. Eso es un reajuste constante de lo que tú habías soñado, de esa vida imaginaria que habías construido para ti y para tu hijo, qué es lo que realmente hay, ni vas a ser esa familia que imaginabas desde fuera, que verían los demás cuando te miraban, y sí, es una obligación constante de aceptar que lo que la vida te trae frente a todo lo que tú puedes fabular, imaginar o desear. Ha sido un contrapunto también interesante para todo este periodo que aparentemente es de éxito, pero también en realidad tiene muchas exigencias en lo personal. Entonces, el encontrarme allí con mi hijo frente a esos dilemas esenciales de la salud, la independencia, la libertad que puede tener y la forma de ayudarle con sus problemas, yo creo que me mantiene anclada a lo que realmente es lo esencial, más allá de todo lo que pueda traer el libro, los premios y esas cosas, pero siempre recuerdo al llegar a casa qué es lo esencial porque me está esperando ahí. Los médicos, la salud, los resultados, los tratamientos y todas esas cosas son un subrayado permanente de dónde está lo esencial en la vida, frente los focos y las apariencias, en un mundo que vive tanto de las apariencias.

KC: Vives en estos dos mundos tan disímiles al final del día, puedes estar sacándote la foto más preciosa, además que eres preciosa, tiene unos ojos hermosos, dulce, pero puede estar pasando problemas difíciles en tu interior. Esa separación entre lo público y lo privado, ¿no? 

IV: Sí, bueno, yo intento que se comunique, y creo que en realidad la forma en la que escribí el libro tiene también mucho que ver con el hecho de que estaba cuidando a mi hijo en los hospitales y quizás ese homenaje a quienes salvan los libros tiene mucho que ver con la sensación que yo tenía en ese momento que me estaban salvando los profesionales de la sanidad, cuidando de mi hijo, cuidando de nosotros, y, quizás hubiera sido, sin esa experiencia, un libro más técnico sobre Aquila, los papiros, los rollos, los pergaminos, los cambios en la construcción y en la arquitectura interior de los libros. Pero el hecho de estar viviendo esa experiencia, yo creo que impregnó todo el libro, de manera que me hacía más sensible a todas esas personas anónimas y discretas que en todas las épocas están cuidando de que no se pierda, no se destruya la vida, la belleza. Eso transformó el libro y creo que me ha transformado también a mí, me ha hecho mirar el mundo de otra manera y ser mucho más consciente de que formo parte de una comunidad y que si esa comunidad no hubiera estado a mi lado cuando yo necesité ayuda, no habría podido llegar a donde he llegado, frente a todo este pensamiento individualista y neoliberal del mérito, del logro, si te lo propones, lo conseguirás. En cambio, soy muy consciente que en diversos momentos de mi vida, la comunidad a la que pertenezco, la sociedad, el país en el que vivo ha apostado por mí, cuando yo todavía no había demostrado nada, con becas públicas, con la enseñanza pública, con la asistencia a mi hijo y que mi sueño de la infancia que era escribir hubiera podido desaparecer, hubiera podido volverse invisible, imposible si no hubiera sido por esa comunidad a la que pertenezco, y ese apoyo que he recibido. Todo eso, yo creo que me ha hecho más consciente de esa dimensión colectiva que también está en el libro, la dimensión de una historia que tejemos entre todos y que no es la historia solo de los grandes personajes, de los grandes nombres y de los emperadores si no que es una historia que forjamos entre todos y que muchos de los grandes avances sí se han producido desde abajo y gracias a los esfuerzos y al tesón de personas anónimas. 

KC: Se puede saber qué es lo que tiene tu hijo, si quieres contar, si no, no.

IV: Bueno, inicialmente fue un grave problema respiratorio que luego afectó a bastantes dimensiones de su vida cotidiana, a la deglución, por ejemplo, fue muy difícil durante mucho tiempo alimentarlo, también al habla.  Es un síndrome raro de esos que casi no hay historial médico, ni antecedentes. La verdad es que nos ha exigido y nos sigue exigiendo mucha dedicación para curarlo en todos sus frentes y todas las secuelas que le ha ido dejando, pero por otro lado ha mejorado mucho sobre las perspectivas iniciales. Y acompañarlo en todo este trayecto, la verdad es que me ha enseñado mucho también sobre el cuerpo y la mente, y lo conectados que están en realidad, cómo un problema físico puede tener tantas repercusiones también en nuestra forma de mirar y de entender el mundo, cómo esa presunta dualidad entre el espíritu y el cuerpo, no es así porque en la vida necesitas manejar y tocar con las manos para luego poder conceptualizar, necesitas andar para tener una visión en tres dimensiones del mundo y entender las distancias, cómo cada paso físico, cada avance, cómo necesitas tragar y deglutir y alimentarte bien para que se desarrollen tus ideas y tu capacidad de abstracción, cómo aspectos puramente materiales como la nutrición, el movimiento tienen las consecuencias enormes sobre nuestras posibilidades de relacionarnos intelectualmente con la realidad. Ha sido interesante, hubiera preferido que tuviera buena salud, obviamente, pero bueno, intento aprender todo lo posible de él y ayudarle de la mejor manera posible, que no sienta, en ningún momento, que no es lo que nosotros deseábamos o esperábamos, sino que siempre nos encuentre orgullosos y satisfechos de cada paso que es capaz de dar. 

KC: Y en ese sentido, el bullying, porque en Zaragoza lo sufriste, cuentas el papel que tuvo la literatura y acá estoy citando lo que dijiste en una entrevista: «En el Colegio, se ríen de mí, me pegan. Yo sabía que no le sucedía a todos, me habían dejado sola, aislada» Dijiste, tan lindo, en «Aprendemos juntos» un programa en la BBVA, lo que más recuerdas, dijiste es la ley del silencio. “En mi escritura, me convirtió en la escritora que soy, la del silencio”.

IV: Yo en aquel momento no me rebelé realmente contra el acoso, lo asumí. Intenté que cesaran esos ataques pasando lo más desapercibida posible, no ofreciendo resistencia, como transparentándome, no llamando la atención. 

KC: Anulándote. 

IV: Sí, exactamente. Tenía tantas inquietudes intelectuales, las oculté, no dejé de tenerlas ni de alimentarlas, pero las oculté, no las exteriorizaba. Lo has dicho exactamente, intenté anularme y que de esa manera se acabase aquel asedio, las agresiones, los golpes y los insultos, todo lo que sufrí en aquella época. Pero fue posteriormente cuando me di cuenta de que había sido demasiado dócil y que había aceptado ese silencio, que lo había acatado. Era muy joven. 

KC: Pero no tenías las herramientas, Irene. 

IV: No tenía las herramientas, es posible. Los libros, me ayudaron mucho en ese momento porque en esos libros encontraba a personas que compartían esas mismas inquietudes y con las que yo estaba convencida que podrían entenderme, que me comprenderían. Parecía que había como una conspiración de todos mis compañeros contra mí, como si a ninguno les gustase mi forma de ser y mi carácter, encontraban que era de alguna manera despreciable, mientras que yo en los libros me encontraba con personas que estaba segura que me habrían comprendido. Eso fue muy importante para mí porque leyendo todos esos libros de distintas épocas, distintos períodos y autores, me di cuenta de que el mundo era más grande que el patio del colegio y eso eso fue esencial para mí. Pero de cara a los demás, no fui rebelde, no hice frente, no afronté, no denuncié y eso ha hecho que posteriormente asocié el silencio a la docilidad, y la literatura, de alguna manera, a la forma de reivindicarse, de negarse a callar, precisamente decir aquello que te prohíben que digas y que es esencialmente lo que se condena, ese tipo de cosas que siempre quedan como barridas debajo de la alfombra y así es como las violencias quedan protegidas por el silencio colectivo y social. Y entonces, bueno, me sentí todavía más impulsada a escribir como una forma, aunque fuera tardía, de rebelarme y de contar todo aquello que me habían insistido en que tenía que callar y que parecía que a todo el mundo incomodaba cuando le contaba esa experiencia. En muchos encuentros con jóvenes en institutos he compartido con ellos esa experiencia también, para que sepan que personas concretas con nombre y apellido a los que ellos pueden conocer han pasado por esta experiencia y como muchas veces son personas creativas o especialmente sensibles las que se perciben como muy vulnerables y que reciben los ataques. Un poco fortalecérseles también esa autoestima, lo que para mí fueron los libros, intentar hacerlo personalmente y cara a cara.

KC: Irene, no quiero dejar fuera a los auditores. Esta es la primera, vamos a escuchar a María Verónica desde Buenos Aires, que me mandó un audio a través de Instagram, aquí va: “Hola, sí, me gustaría hacer una pregunta y la verdad es que lo primero que se me ocurrió fue solo agradecer porque lo disfruté tanto y aprendí tanto que me encantaría encontrarme con más libros así. Pero cuanto más pensaba – como lo tengo en la mesa de luz y lo tengo marcado, lo hojeaba- sí se me ocurre una pregunta, y la pregunta es, ¿cómo se puede escribir un libro de ensayo con tanta información y que nos lleva a aprender tanto, pero de una forma tan tierna, tan llevadera?” ¿Qué le respondes a María Verónica? 

IV: María Verónica, muchas gracias por esa lectura tan entusiasta, es realmente emocionante. El secreto para mí era recordar los cuentos que me contaba mi madre cuando yo era pequeña y pensar como convertiría yo los datos, la información que quería transmitir en un cuento para aquella niña que fui, yo misma cuando mi madre me contaba las historias. Me situaba mentalmente en el lugar de mi madre en aquellas noches e intentaba hacer que todo lo que tenía que relatar o toda la información que tenía que transmitir se convirtiera en uno de aquellos cuentos antes dormir. Una de las técnicas que yo utilizo siempre es leerme en voz alta lo que escribo, para asegurarme de que tiene la musicalidad exacta y muchas veces retoco los textos porque el oído me dice que no fluyen, no tienen la melodía, algo de repente se atasca, entonces escribo y reescribo. Reescribo muchísimo en función de lo que me dicta el oído, tiene un poco una estructura musical el libro y pienso en cómo yo me fascinaba con todas aquellas historias, y cómo es al final el objetivo más antiguo de los contadores de historias, el conseguir que el lector desee pasar a la página siguiente y saber cómo continúa esta historia, incluso si esta historia es una historia de acontecimientos o de hechos, o de descubrimientos, o que tiene una dimensión científica, histórica, humanística. Yo no renuncio, a pensar que puede haber su propio suspenso íntimo en esas historias y que, además, aprender es un gran placer y eso juega en favor de la propia narrativa, cuando descubres algo que hasta ese momento no habías reparado o no sabías cuál era su origen y de repente se te revela, eso produce una especie de satisfacción, de goce, de gusto, que en general está muy subestimado en la sociedad, parece que aprender fuera aburrido y tedioso, y no, es una satisfacción profunda cuando entiendes el por qué de las cosas y esto los niños lo saben perfectamente, constantemente están preguntando por qué y por qué. Volver a pensar en aquella niña que yo era y en cómo mi madre me encantaba con sus relatos.

KC: Ahora te tengo otra pregunta de alguien que te quiere mucho y has estado con él, a ver si sabes quién es. Aquí va: ¿”cómo estás Irene? Soy Fernando Iwasaki, desde Sevilla, y quería preguntarte, aprovechando la hospitalidad de Karen. Irene, tú eres filóloga clásica y en España, como sabes, por desgracia las lenguas clásicas están desapareciendo de los planes de estudios. En Hispanoamérica, salvo honrosas y minoritarias excepciones, las lenguas clásicas no forman parte de nuestros programas básicos de enseñanza y, sin embargo, en «El infinito en un junco» ha sido recibido como un bellísimo regalo y leído con la misma o mayor fascinación que en España. Por lo tanto, podría compartir con los lectores de Chile, en particular y América Latina en general, ¿por qué incluir la enseñanza de lenguas clásicas en secundaria sería provechoso? Debes saber que muchos textos de nuestra historia colonial fueron redactados e impresos en latín y que los vocabularios de nuestras lenguas indígenas tuvieron de modelo la gramática latina de Nebrija, así como pues la gramática española de Nebrija fue todo un referente. Esto es lo que yo quería preguntarte y desearte siempre la mejor, Irene, un abrazo”.

IV: Qué sorpresa tan maravillosa escuchar la voz cálida de Fernando. Y bueno, esa pregunta está un poco en la raíz de lo que yo intento constantemente reivindicar, cómo el latín para mí ha sido la clave para entender mejor mi propio idioma, las categorías gramaticales, las estructuras. Creo que he conseguido amar más mi propio idioma gracias al latín, las etimologías. Y además, estoy convencida de que es una lengua que también hace más fácil aprender otras lenguas romances, me ha facilitado el estudio del francés, incluso las lenguas clásicas del alemán porque tiene todavía declinaciones y casos, en fin, es un idioma que sirve un poco como matriz de muchos otros idiomas, creo que facilita el aprendizaje y el acceso a las raíces. Es como una llave maestra para las lenguas y los idiomas. Además, es el idioma en el que se escribió la ciencia, el derecho durante gran parte. 

KC: El idioma madre ¿no?

IV: Exactamente. Muchas de nuestras instituciones se basan en conceptos y en términos que se acuñaron en esa lengua y que por eso mismo el aprendizaje de esa raíz ayuda a entender muchísimo mejor tanto el vocabulario de la medicina como del derecho, de la ciencia y ya no estoy hablando de recurrir sin mediaciones a textos que han sido importantísimas para toda nuestra historia y grandes obras científicas y artísticas que se han escrito en latín. Lo importante que fue el latín y el griego para los distintos renacimientos culturales europeos. Yo creo que es una lengua y un imaginario asociado a esas lenguas, la mitología, los conceptos que tienen un valor de universalidad tan profundo que nos ayuda a comunicarnos con otras etapas de la historia, con otras civilizaciones y crear una especie de gramática con la que entendernos con otras personas, con otros países, con otras culturas y civilizaciones. Decía Marguerite Yourcenar que la mitología antigua es lo más parecido que existe a un idioma universal para hablar de la condición humana, y yo creo que es muy cierto, que al menos tener un contacto con la cultura clásica, con las mitologías, con algunos textos absolutamente cardinales de nuestro pasado, de nuestro pensamiento, a mí me parece profundamente enriquecedor. Creo que de eso se trata, de construir estructuras en la mente que nos ayuden a ser más creativos, más versátiles, más cultos, a ser menos despectivos con la diferencia, creo que todo eso se puede conseguir con los textos. También sin idealizarlos, porque creo que es importante conocer las civilizaciones antiguas sin ocultar que fueron esclavistas como yo señalo en el libro, explico perfectamente el imperialismo de los romanos, el modo en el que trataron a las mujeres, quiero decir que hay muchísimos aspectos oscuros en las civilizaciones antiguas y creo que eso también es importante destacarlo y no idealizar. 

Puedes revisar aquí la entrevista que le hice a Fernando Iwasaki

KC: Ahora vamos con las siguientes preguntas, las dos últimas preguntas son muy interesante, son dos libreros de Chile de librerías independientes.Vamos primero, con Macarena Fernández de Libra Books. Escucha: “Hola Irene. Me encantó mucho tu libro y es para mí un honor participar en la entrevista que te está haciendo hoy día Karen. En tu libro, tú haces un recorrido por el mundo del libro desde sus orígenes y cómo esto se fue difundiendo y fue permeando a toda la sociedad hasta llegar a la importancia que tiene hoy día en nuestra cultura. Como bien tú mencionas para ti fue fundamental las lecturas que hacías con tu madre todas las noches y eso te llevó hoy al lugar donde estás, que amas los libros. Para mí, como librera, mediadora y amante de los libros, es también muy importante saber o poder ayudar a que más personas quieran de esta misma forma los libros. Entonces me gustaría saber si en tu recorrido pudiste ver alguna forma de lograr llegar a estos adultos no lectores y poder romper esta inercia, porque tal como tú mencionas, ya está hoy día probado a través de varios estudios que todos los niños que están rodeados por libros en su infancia y que tienen adultos que leen generalmente tienen ya el bichito y se transforman en grandes lectores. ¿Pero qué pasa con esos adultos? ¿cómo logramos que haya más libros? ¿qué una persona humilde lee por placer cuando está cuidando los autos y luego se transforma en un gran escritor? Con el análisis que hiciste al atravesar las distintas culturas y épocas y civilizaciones, ¿crees tú que hay esperanza? ¿crees tú que hay una forma en que podamos llegar a esos adultos que no han tenido esta oportunidad con los libros? Gracias”.

IV: Muchas gracias. Macarena bueno, es una gran pregunta. Yo personalmente he tenido la experiencia de de colaborar en España con la Universidad Popular, incluso acompañar la alfabetización de adultos, que es también una experiencia muy importante, y acompañarlos en la lectura de su primer libro, cómo es eso del primer libro que leen en toda su vida, y creo que es que que muchas veces en estas personas, en estos adultos hay bloqueos que tienen mucho que ver con la impresión de que el mundo de los libros es todavía muy elitista, como que se sienten un poco avergonzados, como que no van a ser capaces, que es un mundo arduo, que no tienen suficiente formación o preparación, o que se espera de ellos algo que ellos no van a ser capaces de lograr. Entonces creo que es muy importante acabar con estas sensaciones, decir que el mundo de los libros es acogedor, es receptivo, que no cierra las puertas a nadie, que nadie tiene que sentir hostilidad ninguna por parte de los libros, los libros son objetos que esperan, que aguardan, que no exigen, que no te piden nada, que no te demandan, que no te ponen a prueba, que no te evalúan sino que fueron concebidos para el placer, que se pueden abandonar los libros, se puede buscar el libro más adecuado porque igual no todas las personas te producen un flechazo, un enamoramiento, tampoco todos los libros a cada lector. Pero no tienen nada que ver ni con la incapacidad, ni con la falta de preparación, ni es una especie de examen que tengan que pasar. Yo creo que en la medida en la que un adulto que no ha leído durante su vida, bien porque no ha tenido interés o bien porque no ha tenido oportunidades, se reencuentra en una atmósfera acogedora y hospitalaria con los libros, pues responde a esas emociones, porque creo que también existe una felicidad muy peculiar que consiste en ver expresadas en palabras muy precisas, emociones que tú has tenido y que no sabías cómo transmitir, eso siempre es una felicidad. Entonces, con esas personas a las que estábamos alfabetizando y acompañando, lo que hacíamos era buscar libros que tuvieran que ver con su experiencia, con su vida, con su autobiografía, con sus emociones, entonces se encontraban en este libro cosas que ellos habían vivido.

KC: Me queda una pregunta de Fabio, de liberías Bross, escucha: “Hola Irene, ¿qué tal? Fabio Costa de Santiago de Chile. Mi pregunta tiene relación con la recepción que ha tenido tu libro entre la gente más joven, porque los más jóvenes sin duda están más conectados con lo digital, pero el libro sigue siendo como un objeto de interés y específicamente, me gustaría saber cómo has sentido que las generaciones más jóvenes, bajo los treinta años se han podido conectar con tu libro y qué impacto ha tenido en ellos conocer esta historia tan linda y poder hacer este recorrido por la historia del libro, que a muchos nos apasiona tanto y nos gusta tanto. Muchas gracias”.

IV: Gracias Fabio, pues a ver, realmente ha sido uno de los mayores regalos de este libro el conectar con lectores jóvenes. Es cierto que antes de escribirlo, había tenido muchos contactos con alumnos de institutos y había puesto en común mis ideas, algunas de estas historias. Y hay muchos elementos en el libro que están pensados para un público joven, el episodio del acoso escolar o todo lo que tiene que ver con los grafitis, con los tatuajes, con la cultura popular, de las series, quiero decir, hay un punto de vista en ese sentido que tiene mucho que ver también con los generacional, a mezcla de la alta y la baja cultura, manejando muchos referentes muy distintos, el sentido del humor, ingredientes que estaban destinados a ese público no, y creo que, en  el fondo, pues a través de profesores, que en los institutos o en las universidades han llevado a leerlo a alumnos que veían especialmente predispuestos o con inquietudes parecidas, pues hemos podido conseguir ese esa comunicación, con lectores jóvenes que ha sido muy, muy emocionante y que yo no me esperaba que que alcanzará estas dimensiones. Pero al final, pues yo creo que tiene mucho que ver también con esa voluntad de compartir experiencias que está trenzada con los relatos de este libro, y con ese componente narrativo que yo creo que también llega a ese público.

KC: Ha sido un regalo, gracias por tus regalos, por tu escritura, por tu sensibilidad. Gracias por recibirnos en Espiral y esto ojalá que vuele a todos los auditores, y nuevas auditores y auditoras, y sigan leyendo. 

IV: Gracias Karen. Ha sido un gran placer, infinito, muchas gracias. 

KC: Gracias, cuídate Chao. 

¿Has leído “El infinito en el junco”? Cuéntame, me encantaría saberlo. Me puedes escribir a mi correo karen@karencodner.com o bien, me lo cuentas en redes.

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Chaooooo.

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