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#107 Entrevista a Maria Jose Aguayo

#107 Entrevista a María José Aguayo

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      ¿Hola, hola ¿cómo estás? Soy Karen Codner y te doy la bienvenida al programa 107 de Espiral y me harías muy feliz si lo recomiendas a tus amigos, me pones un like donde sea que lo escuches. Eso me ayudará a llegar a más auditores. Tal como te prometí el viernes pasado, hoy sale al aire la entrevista en profundidad con la escritora e influencer chilena, María José Aguayo. Ella escribe novelas de romance y es una mujer que no le tiene miedo a los cambios. Ya lleva autopublicadas cinco novelas y pronto una editorial independiente la publicará.

      Me interesó conocer a María José porque tiene una trayectoria atípica, que se aleja del canon tradicional de la escritura chilena, donde unos pocos son conocidos y trabajan con grandes conglomerados. Cuando uno la escucha en Instagram ve en ella a alguien que es muy apasionada, que conoce el oficio y ha debido enfrentar sus desafíos con mucha creatividad. Para ella en la formación de su carrera ha sido vital lo que ha aprendido con el Hotel Kafka, que es un espacio donde ha podido perfeccionarse en un oficio y se ha codeado con otros escritores. En su juventud vivió dos años en Israel donde guarda los mejores recuerdos y su primera novela, El destino del corazón. Saber amar, arranca en ese país. Allí aprendió  que uno tiene que adaptarse a los lugares que le toca vivir, adaptarse a las situaciones. Ella lo define muy bien en la entrevista: “Un lugar con tanta mística, tanta historia, también con tanto conflicto de distintas miradas, que hay que saber enfatizar, o sea, hay que saber entender. Entonces me tocó ver todo eso y me hizo ser la María José que soy hoy día, o fue el empujón para ser la María José que soy hoy día”.

      En este episodio de Espiral vas a conocer a una mujer luchadora, que sabe ponerse de pie y soñar, algo que tanto nos cuesta a momentos. Es muy lindo cuando ella se emociona al recordar a su tía que falleció en un cáncer y su voz se quiebra, sus ojos se llenan de lágrimas al evocar su muerte.

Recuento personal  

      Por primera vez en mi vida estoy leyendo a Adolfo Bioy Casares, un escritor argentino íntimo amigo de Jorge Luis Borges. Comencé La invención de Morel con muchas ganas, tiene excelente crítica, dos personas que admiro mucho me la dieron por seguro pero he tenido que hacer un esfuerzo monumental para no abandonarlo. Es breve, algo más de ciento cuarenta páginas, entonces si ya llevo tres cuartos no tiene sentido abandonarlo.

      También comencé un taller con Antonia Torres, una escritora, poeta y académica chilena que escribe precioso. Me gusta el nombre del taller “Escritura y vagabundeo” en el cual nos enfocamos en escribir textos que aluden al espacio y la errancia. Como primer ejercicio nos invitó a describir un espacio al estilo de George Perec. Todo esto lo hago para soltarme, para sentirme que soy capaz de volver a escribir.

      Estoy preocupada, lo que queda de junio debería leer por lo menos cuatro libros que tengo que despachar y no sé si sea capaz. Uno es en preparación para la entrevista Espiral con Rafael Gumucio, dos para un taller que tomaré con José Carlos Rodrigo Breto y el cuarto, en preparación para el taller de lectura del segundo semestre. El problema es que a momentos leo demasiado rápido, solo para avanzar y no me concentro. Como si tuviera que rendir un examen. No sé si lo estoy haciendo bien, ese es el punto central.

      ¿Qué opinas? Escríbeme a mi correo karen@karencodner.com así Espiral se convierte más en una conversación y por favor ponme like y déjame un comentario. Ahora te invito a escuchar la entrevista en profundidad con María José Aguayo.

Entrevista a María José Aguayo

KC: Hola María José ¿Cómo estás? 

MJA: Bien, Karen ¿Y tú cómo estás?

KC: Yo estoy muy bien. Feliz de tenerte aquí y poder conversar contigo de otra manera que como uno se encuentra en Instagram. Cuéntame, ¿qué te interrumpí o qué estabas haciendo cuando te tuviste que conectar a esta conversación?

MJA: Estaba en el dentista con dos de los tres niños y salí corriendo para llegar a la hora. Pero lo logré. Estaba en temas de mamá.

KC: Lo que no tengo claro es dónde estás viviendo ahora.

MJA: Ahora vivo en Bogotá, en Colombia. Pero estoy viviendo mis últimas semanas acá porque nos vamos a vivir a Chile de vuelta, después de diez años viviendo fuera. Nos vamos a Chile en el mes de junio. A fines de junio, si Di*s quiere, estamos saliendo de Bogotá, de Colombia. 

KC: ¡No te lo puedo creer! ¿Y cómo es eso para ti? 

MJA: Ha sido súper estresante y yo creo que de todos los procesos que he vivido cambios, este ha sido el peor. Ha sido muy difícil porque los niños están más grandes. El tema de los colegios ha sido más complicado por las edades. También la parte emocional de los niños ha sido más difícil por el mismo tema. Y los tiempos han sido súper rápidos, entonces ha sido con mucha incertidumbre. 

KC: O sea que en unas semanas más vamos a tener ese librero, pero en Santiago de Chile. 

MJA: Nos vamos a ir a vivir a Concón. 

KC: Tú eres de Viña, ¿no? 

MJA: Yo soy de Viña, mi marido también. 

KC: ¿O sea que vas a volver a tus raíces? ¿Viviste alguna vez casada en la Quinta Región de Chile? 

MJA: Nunca. De hecho, yo salí de la Universidad, me fui a trabajar a Santiago. Me casé en Santiago, los dos trabajábamos en Santiago. Después nos fuimos a vivir a Paraguay. Después a Colombia. Y ahora volvemos a nuestras raíces. Va a ser una combinación distinta porque mi marido va a estar viajando. Va alojar dos o tres días de la semana en Santiago, porque va a seguir trabajando en Santiago. Y bueno, yo lo voy a acompañar algunas veces, pero vamos a tener nuestra casa en Concón. 

KC: Tú eres una de esas personas que ha vivido en muchos lugares, en muchas ciudades distintas o en países distintos. En Israel, Paraguay, ahora Colombia, vas a venir a Chile. Y en tu novela El destino al corazón, que trata sobre Daniela, una chilena que viaja a Israel por asuntos de trabajo de su padre, comienza a estudiar y conoce a Liam. 

KC: ¿Cuánto hay de tu propia historia aquí? 

MJA: Ese es mi primer libro. Hay mucho de mi propia historia. Es un libro que yo le tengo mucho cariño, pero a la vez es como, ay, no lo lean, porque me faltaba tanto todavía en ese minuto cuando le escribí. Pero sí, hay mucho de mi historia, de esta necesidad de llegar a un mundo nuevo, totalmente desconocido y de adaptarse con rapidez. Fue un poco lo que yo viví en ese minuto, yo me fui a vivir a Israel. Por eso Daniela vive ese proceso de angustia o de pena de dejar su mundo para partir un mundo nuevo, que a la vez le va a entregar muchísimas cosas. Pero sí, hay parte. Creo que lo mismo te debe pasar a ti Karen con tus libros, que de repente no podemos dejar de poner algo que nos ha sucedido o algo que hemos vivido porque nos hace tener una sensibilidad especial respecto al hecho. Creo que por eso podemos escribir algunas cosas como inspiradas en temas que nos han pasado a nosotros. 

KC: ¿Por qué llegaste a Israel? 

MJA: Porque mi papá es ex-marino y fue agregado naval de Chile en Israel. La verdad es que mis papás han estado varias veces en Israel. 

KC: Antes de comenzar esta conversación de Espiral, hablamos fuera de micrófono que a ti te fascinó vivir allá y que volviste después de treinta años, pero, ¿por qué lo recuerdas con tanto cariño y tanta alegría, tanta emoción?

MJA: Lo recuerdo con una emoción que se me viene desde acá hacia arriba. Porque creo que fue el minuto en que aprendí que la vida depende mucho de uno, en el sentido de sacarle momentos positivos. Aprendí en el fondo que uno tiene que adaptarse a los lugares que le toca vivir, adaptarse a las situaciones. Me tocó duro porque nosotros somos dos hermanos y tenemos nueve años de diferencia, yo soy nueve años mayor que mi hermano Rodrigo. Rodrigo es más chico. Entonces me tocó siempre estos cambios sola, pero el cambio ya de país, a un idioma nuevo, a una cultura totalmente distinta a la nuestra, también me tocó sola. Y ahí fue como el momento de una pequeña madurez en el fondo, pequeña, pero que fue súper importante y trascendente en mi vida. Esto de vivir afuera, de adaptarse, de tener distintas culturas alrededor mío, compañeras de distintas partes, tenía compañeras de Hong Kong, compañeras de Turquía, compañeros de Portugal, Americanas también. Entonces, mucha cultura distinta y creo que fue el gran aprendizaje de la vida, que me dio muchas herramientas para después. Por ejemplo, aprendí a hablar inglés muy bien, eso me sirvió, porque soy Ingeniero Comercial. Después me sirvió para entrar a trabajar a empresas multinacionales donde tenía que hablar en inglés. Fue como un regalo tan grande que me marcó profundamente. O sea, yo no sería la misma María José si no hubiese tenido ese paso de dos años por Israel. Un lugar con tanta mística, con tanta historia, también con tanto conflicto de distintas miradas que hay que saber empatizar, o sea, que hay que saber entender. Me tocó ver todo eso y me hizo ser la María José que soy hoy día. O fue el empujón para ser la María José que soy hoy día. Y le guardo un cariño demasiado especial. Como te contaba, fui treinta años después. Volví porque una amiga mía, casada con marino, estaba el marido de agregado naval y me recibió en su casa. Y fue como revivir todo lo que había vivido de niña. Fui con mi mamá, que me acompañó, fuimos las dos y fue realmente bonito.

KC: ¿Y para tu mamá también fue así? Porque realmente se nota lo que vibras al recordarlo. 

MJA: Sí. Para mi mamá fue muchísimo más porque además, mi mamá la primera vez que fue Israel fue cuando yo tenía cuatro años, que mi papá fue a buscar un buque y estuvo seis meses y lo fue a acompañar y nunca pensó ir allá dos meses a acompañarlo. Después volvió cuando mi papá fue agregado naval y nunca pensó que iba a volver, y volvió. Después un hermano de mi papá fue agregado a naval allá y mi mamá volvió a ir y después volvió conmigo. Ella ha tenido la suerte de pisar Israel varias veces. Y nos fascina. O sea, mi casa está llena de cuadros de Israel, litografías de Israel, de la ciudad Amurallada, de Ciudad vieja. El fondo como que ha ido trascendiendo la historia, desde la casa de mi mamá, ha llegado a mi casa. 

KC: Y es increíble lo que cuentas porque estabas en una edad complicada que es la adolescencia. 

MJA: Sí.

KC: Y te arrancaron de tus raíces, de tu entorno y te llevaron literalmente al Medio Oriente. A una ciudad que es muy cosmopolita que es Tel-Aviv pero igual no deja de ser. 

MJA: Sí. Y fue así, yo me acuerdo cuando dijo, nos vamos a vivir a Israel, yo estaba en sexto básico y yo le digo ¿En Europa? No, pero cómo va ser en Europa, es el Medio Oriente. Ah, sí que está como cerca. Sí, cerca, pero no es Europa. Fue como entrar en un mundo nuevo y acogerlo con mucho cariño. Marcó una parte muy importante de mi vida. Me encantaría volver.

KC: Es increíble porque como bien sabes, yo soy judía. Entonces yo estoy mirando a todo el conflicto ahora con Hamás, con los palestinos, y me duele en el alma. Me imagino que a ti también te debe provocar algo ¿no?

MJA: Me provocan muchas cosas, muchas cosas porque tuve en el colegio compañeros, como este colegio era un colegio donde se enseñaba todo en inglés, yo tenía compañeros que algunos eran árabes, palestinos, musulmanes y católicos. Y también tenía compañeros judíos que los papás le querían dar otro tipo de educación. Entonces un conflicto muy doloroso y que veo que es muy difícil que se pueda ordenar. Me genera mucha angustia. De hecho, en un minuto, cuando partió el conflicto, me metí en unas clases para entender la raíz del conflicto de todas las cosas, porque es un tema que me apasiona mucho, la historia. 

KC:  Debes ser una persona – por tu pasado, por tu educación – muy curiosa. 

MJA: Sí, súper curiosa. Yo creo que uno tiene que ir armándose en la vida porque me tocó salir de Chile por acompañar a mi marido a Paraguay y yo trabajaba en Chile, tenía mi mundo armado y tuve que desarmar mi mundo para acompañarlo a él y renunciar a mi trabajo. Y estando allá, ponte tú, yo no soy muy buena dueña de casa, entonces como que estaba todo el día chofereando a los niños y yo no sirvo para esto, o sea, yo le dije estoy vuelta loca, me dijo, ¿pero cómo? si tú llorabas y que el sueño de tu vida era educar a tus niñas y estar cerca cuando trabajabas, y ahora que no trabajas, quieres tener otra cosa. Es que no sirvo. Yo trabajaba en una empresa de capacitación en línea que se llama E-Class. Abrí clases en Paraguay y trabajé mucho tiempo abriendo el mercado y nos fue súper bien. Siempre buscando algo para hacer. No soy una persona que pueda estar tranquila, me aburro. Pero tampoco soy como que tú dijeras la María José está corriendo una maratón, no, porque tampoco soy muy deportista, no me gusta, es como buscar otro tipo de cosas. Porque hay gente que tiene como ese espíritu aventurero de estar corriendo en el gimnasio y les llena y me encanta. Pero ahí como que no logro hacer la conexión. Soy mala para el deporte, en alguna época de mi vida fui muy buena, pero ya de vieja digamos, mala, y logré hacerlo por ese lado. Entonces siempre estoy buscando porque siento que todos los días puedes hacer cosas nuevas. O sea, es una oportunidad para hacer cosas nuevas. 

KC: Creo que escuché en el Pájaro Periférico que te entrevistó Lorena. 

MJA: Ah sí. Hace tiempo. 

KC: Que te has vuelto más planificada y estructurada con el paso del tiempo.

MJA: Sí. 

KC: Pero justamente lo que tú estás contando va en contradicción con esto de llevar una vida ordenada, planificada, más o menos homogénea, sino que cada rato te están poniendo a prueba. 

MJA: Claro, porque me he puesto más estructurada en mi forma de hacer las cosas del día a día, pero la vida me va igual, sometiendo a nuevos retos o nuevas situaciones. Pero sí, o sea, eso lo siento también. Me cuesta mucho más este cambio, que hace diez años atrás, cuando salí de Chile, porque yo creo que estoy más aprensiva o más sensible. Diez años mayor también. Es distinto.

KC: ¿Y para tus hijos has visto que se está cumpliendo este patrón de adaptarse?, ¿o ves que para ellos es distinto la forma como enfrentan estos cambios? 

MJA: La verdad es que ellos han tenido los cambios más chicos. Tengo tres niños, una que va a cumplir diecisiete, otra niñita va a cumplir quince y un niñito que tiene once. Ellos salieron hace diez años. La mayor salió pasando primero básico, entonces su relación con Chile es solamente mis papás, los abuelos y sería. Muy poca. Cuando vinimos a Colombia eran más chicos. Era de la edad de mi hijo chico. O sea, tenía once años. Entonces lloraron un montón. Cuando salimos a Paraguay, yo también, yo lloré más que cuando salí de Chile, o sea, fue tremendo cuando salí de Paraguay fue espantoso porque hice muchas raíces, mucha gente linda y fue muy duro salir de Paraguay. Pero ahora es distinto porque mi hija mayor se ve enfrentada a llegar a un colegio nuevo, a una ciudad nueva, a un país nuevo, que es su país, pero es nuevo igual. Entonces lo ha tomado con mucha madurez. De hecho, ella se tiene que ir antes, yo la voy a ir a dejar ahora, viajo el domingo. Ella parte el colegio el martes, el lunes le compro los uniformes y parte el colegio el martes y se va a tener que quedar con mis papás sola unas semanas. En el fondo porque tiene que llegar por un programa que está haciendo de bachillerato, tiene que llegar antes.

KC: No puede perder clase. 

MJA: No. Y le implica bajarse de curso seis meses. Y también lo tiene que hacer, entonces yo le digo, son como las enseñanzas de la vida, que te enseñan a soltar. Que uno tiene un plan pero que dadas las circunstancias, uno tiene que adaptarse a eso y tiene que soltar porque no puede controlarlo todo. Creo que con sus dieciséis años, ella está madurando muchísimo de todas las variables que componen la vida. Es duro para ella, tiene su pololo acá, que es un niño muy amoroso, tiene su vida y tiene que asumir esto. Ella es muy madura, entonces yo sé que lo va a poder llevar de la mejor forma. 

KC: De todas las ciudades que has vivido, ¿cuál es la que más te ha gustado? 

MJA: Tel-Aviv de todas maneras, me encanta. Me encantaba la playa, me encanta toda la modernidad, lo inteligente que son porque son un pueblo tan inteligente. Mucha admiración. Pero en cuanto a raíces, a amistades, a amor por una ciudad, es Asunción.

KC: ¿Por qué? ¿Qué lo hace tan especial, la ciudad o la sociedad? 

MJA: La sociedad. Mi marido me llevó a conocer, Asunción es distinto, una ciudad que está más atrasada que nosotros en Chile, que muchas calles son de piedras, pero tiene una magia que uno lo va conociendo con el tiempo. Yo cuando llegué fue como ¿y yo acá voy a vivir? Sí, acá vamos a vivir. Y fue como, oh que distinto. Pero con el tiempo me di cuenta que me abrió tantas oportunidades. Conocí tanta gente linda, hice tan buenas amigas, tanto chilenas que se quedaron a vivir en Paraguay o que estaban en Paraguay como yo, así expatriadas y después se fueron y volvieron, como paraguayas. Hicimos muchos amigos paraguayos que hablamos siempre. Mi marido lo pasó súper bien en su trabajo, hizo buenos amigos, tenemos muy lindos recuerdos de Asunción. Los niños eran chicos. Era cerca de Chile. Yo me acuerdo que agarraba un avión de repente y me iba con los tres niños sola. Fue una etapa muy linda de la vida. Y yo, ponte tú el día de mañana, si tuviese la oportunidad o se presentase una oportunidad de volver a vivir a Asunción, creo que volvería feliz. Fuimos muy felices en Asunción. 

KC: Muy interesante. Voy a citar algo que tú pusiste en Instagram de una foto, a ver si lo recuerdas. Estoy citando: «Te recuerdo divertida, buena para hablar y expresiva. Eso es lo que más extraño de ti”. Unas líneas más abajo dicen el posteo: «Te quiero y te quise porque me escuchabas. Veías la gimnasia cuando en un lejano 1989 los campeonatos mundiales de este maravilloso deporte se realizaban en Stuttgart”. Y terminas con Valeria. Se te ponen los ojos brillosos. 

MJA: Sí, es la hermana de mi mamá. Se cumplieron diez años que se murió justo en enero, ella se murió justo antes que yo me fuera a Asunción. Yo tenía una cercanía muy grande con ella, yo la quería muchísimo y todavía la quiero mucho. Entonces escribí un relato que lo subí cuando cumplió diez años de su partida. Es una persona que quería mucho. Sí, me tocaste la fibra después de correr todo el rato Karen entre el dentista y todo, llegué y no pensé que iba a botar ni media lágrima. 

KC: Pero que maravilloso conectarte con alguien que uno quiere y quiso tanto a través de las palabras y del recuerdo y de que sigue tan presente en ti. 

MJA: Sí, sí, ella sigue muy presente, muy presente.

KC: Porque murió joven me imagino.

MJA: Sí, tenía cincuenta y dos años cuando murió. Muy joven. Era muy divertida, muy buena para hablar, era como expresiva. Era muy especial. Era joven también. Imagínate que mi mamá es la mayor de seis hermanos y ella era la quinta. Yo fui la primera nieta y no tenía tanta diferencia con la tía, entonces era entretenida ella. 

KC: ¿Y de qué falleció? 

MJA: Cáncer a la pechuga que después se la ramificó, hizo metástasis. 

KC:  Los campeonatos mundiales de este maravilloso deporte que se realizaron en Stuttgart. ¿Hacía gimnasia artística?

MJA: No, lo que pasa es que yo hacía gimnasia artística. Yo era fanática. Mi pasión como que fue siempre la gimnasia. Y después ya fui más vieja y nunca encontré esa pasión o esa adrenalina en un deporte. Y como ella sabía que yo era muy amante de la gimnasia, y nos había ido a ver a Israel también porque vivió muchos años en Alemania y justo se dio el Campeonato Mundial de 1989 en Stuttgart, y en esa época no existía el cable ni existía YouTube, nada. Yo lo único que quería era ver ese campeonato. Ver a las rumanas y a las rusas, verlas participar. Y ella vio todo el campeonato en la televisión, en el fondo, como en honor a mí. Y escribió una carta a mi mamá diciéndole que lo había visto entero porque sabía que a mí me encantaba. Por eso puse eso. 

KC: Es que es muy lindo lo que escribiste, la verdad es que es muy lindo. Y uno como lector o lectora, nunca se entera quién es esta persona, cuál es tu vínculo. Pero se denota una cosa muy emotiva, muy sincera. Muy lindo, te felicito. 

MJA: Gracias, muchas gracias. Fue escrito con el corazón. 

KC: Además, que me gustó su pelo. 

MJA: Ah sí, súper, ella usaba así el pelo.

KC: Nadie diría que es tu tía. Yo en realidad pensé que era una hermana o una amiga. No me imaginé que era la tía porque el pelo así, no lo tienes como ella. Tuviste una abuela que publicó Tras las telas del Dresde, donde relata la travesía que hizo su familia para venir a Chile. Cuentas que ella también fue escritora, pero con un camino muy distinto al tuyo, y cito lo que tú has dicho: «Siempre admiré a mi abuela, quien entró sobre los cuarenta años a estudiar periodismo en la Universidad de Chile, siendo madre de seis hijos. La mayor, mi mamá, en ese tiempo de dieciocho años, estaba comenzando a estudiar su propia carrera universitaria». Por lo que veo en tu familia hay mujeres intrépidas sin temor a los riesgos. Tú misma cambiaste de carrera o de ocupación, de Ingeniería Comercial a escritora, de adulta. ¿Cómo ves esto de tu abuela, tu mamá? ¿Cómo era el rol femenino en tu familia? 

MJA: Bueno, mi abuela era admirable. Ahora está súper viejita, está en sus últimos días. De hecho está con muchos dolores. Y estamos esperando que Di*s la llame en este minuto, imagínate, increíble. Ella era una mujer súper positiva, sin miedos. Ahora yo la entiendo mucho porque en ese minuto, cuando yo era niña, la profesión de escritor la escuché toda la vida, porque la casa de mi abuela siempre estaba llena de libros, llena a olor a páginas, un escritorio lleno de apuntes por todas partes, parecido lo que es el mío ahora. Y en ese minuto yo no lograba entender sus vidas, su propia vida tan cerrada del resto, y su mundo tan metida en lo que estaba, que ahora yo lo vivo y la entiendo cien por ciento. Era súper movida. 

KC: ¿Ella te alcanzó a ver lúcida como escritora? 

MJA: No, una pena, pero no. 

KC: Y tu mamá ¿Cómo la recuerda como madre? 

MJA: Muy positiva, ella siempre tirando para adelante, hasta el último minuto. Cuando se estaba muriendo la hermana de mi mamá y yo los tuve que ir a buscar a los dos para llevarlos a la FALP, en el fondo para que se fueran a despedir, hasta el último minuto mi abuela decía, pero puede haber algo que se solucione, algo que la cure. Y mi mamá decía, no, mami, si en verdad mamá, no hay nada. Pero ella, hasta el minuto último, siempre positiva. Siempre positiva, muy dedicada a sus cosas. Y claro, o sea, una mujer con fuerza, mi mamá siempre dice, con mucha fuerza y con muchas ganas de hacer cosas. Como todos con sus luces y sus sombras, como todas las madres, tenemos luces y sombras. Una mujer como bien matriarca para sus cosas y también bien distinta para la época. Bien evolucionada, diría yo. 

KC: Vamos a la novela romántica y me encantaría saber por qué la eliges.

MJA: No sé. Yo siento que ella me eligió a mí. Es extraño porque siempre he vibrado con el amor. Soy piscis, soy súper emocional. De joven tuve varios amores sufridos que me dejaron así como que lloraba por amor. Me pasó muchas veces. Y soy súper agradecida del amor que tengo con mi marido, de lo que hemos construido. En el fondo siento que todo en la vida está ligado al amor. Creo que me costaría escribir otro género. No digo que no lo hiciera porque la vida da tantas sorpresas, yo nunca pensé que iba a escribir un libro, por ejemplo. No me cierro a que pueda pasar, pero siento que al final es el motor de todo. El motor de lo que me mueve a mí como persona. Y el motor que nos mueve a todos en verdad, aunque quizás no tengamos la noción porque en el día a día estamos sujetos a tantas cosas, y a esta máquina que nos lleva, pero que todo se basa en el amor. Por eso escribo historias de amor. 

KC: Tu primera novela, la escribiste, digamos, a ojos cerrados, no tomaste ni un taller de literatura ni tuviste un asesor, un guía. 

MJA: Nada, por eso no la lean. Hay que arreglarla. ¿Pero sabes qué? Sí, cómo diría así tirándose al vacío. Pero por otro lado, creo que si no hubiese sido así, no hubiese publicado nunca, autopublicado nunca, porque siempre hubiese estado como pegada en que estuviese perfecto, en que lo hubiesen revisado veinte personas y que a lo mejor quizás nunca hubiese dado ese salto. Como di ese salto del vacío, sin cuestionarme muchas cosas, yo siento que me dio la fuerza para seguir después. Sin miedo, porque cuestionarnos, nos van a cuestionar igual. Tú también eres escritora, Karen, entonces tú sabes eso. Nos van a cuestionar igual. Claro, ahora quizás me hubiese capacitado más. Hubiese hecho algunas cosas distintas, pero no sé si hubiese llegado a tener la valentía de hacerlo. También creo que lo hice porque fue como una demostración de que no importa si hay gente que no le guste, que lo que importa es lo que uno quiere entregarle a la vida. Escribir un libro es regalar algo a la vida.

KC: La novela de romance es de los géneros más leídos a nivel mundial, también uno de los más denostados. 

MJA: También. 

KC: ¿Por qué crees que sucede eso? 

MJA: Porque yo creo, entre comillas, que fue mal vista como que era fácil de escribir. Quizás porque en algún minuto hubo muchas novelas muy rápidas que sacaron, o no sé, Corín Tellado ponte tú. O que las cuestionaron porque se vendían con una revista. Pero yo creo que no hay una conciencia de lo que implica ser un escritor de una novela romántica. Y acá me gustaría puntualizar, algo súper especial, o sea, escribir romántica. La romántica de por sí es un género donde tiene que terminar la historia o abierta, o que quedan juntos, o que los va a buscar, o que llega una llamada telefónica. Entonces para nosotros también es un desafío súper grande como escritor, hacer pasar a los lectores por los altos y bajos que tienen que sentir para saber que al final va haber una apertura o va a quedar con un final abierto o bien van a quedar juntos. Entonces igual tienen que pasar por altos y bajos. Yo creo que es falta de conocimiento del género, yo creo que es falta de darle la importancia que tiene. Lo mismo que dices tú, es la novela más vendida por algo es la más vendida, por algo es la más consumida. Las lectoras de románticas somos voraces, o sea yo también, bueno, ahora yo leo también otros géneros, pero en un minuto que leía muchísima romántica y no me cansaba de leer romántica. Entonces yo creo que es falta de conocimiento, es falta de mostrar el trabajo que hay detrás. Quizás se piensa que es muy simplón, por decirlo así, pero también quizás hay gente que quiere leer no grandes ensayos o grandes temas muy trabajados. Hay gente que quizás quiere leer una linda historia que te deje en el corazón calentito por un rato y que te saque del día a día, como también pueda ser una romántica con muchos detalles, con mucha profundización. 

KC: María José, por ejemplo, yo declaro que no soy lectora de novela romántica, no sé mucho el género. Pero si nos podrías orientar en los distintos tipos de autores que existen, cuando tú estás diciendo con mucho detalle, mayor complejidad. 

MJA: Sí. 

KC: A ver si nos cuentas un poco, ¿cómo podemos diferenciarlos? 

MJG: Por ejemplo, una romántica histórica te demanda muchísimo trabajo en todo lo que es meterte en la historia, en los tiempos, en la construcción de los personajes, de los escenarios, todo acorde a una época de la historia. Ahí la Julia Quinn lo hace de maravilla. Todas sus historias, que están en Netflix también, en el fondo son historias que están entrelazadas con una época determinada, y hace un trabajo maravilloso. Entonces, por ejemplo, eso es una romántica distinta a una romántica contemporánea como la que escribo yo. Pero también hay como un entrelace importante entre la romántica y la historia como sentimental también, porque tiene mucha reflexión. También hay otras que son auto conclusivas, donde te deja una especie de enseñanza sin ser un libro de autoayuda. Entonces hay muchos matices dentro de este género. Lo que pasa, no sé si falta conocimiento o quizá de marketing de los escritores que escribimos esto para que nos demos a conocer un poquito más. 

KC: En esto del marketing, que tú sabes hacer muy buen marketing, cuando comenzaste, me imagino que no pensaste en que la novela romántica llega a más o menos lectores mundialmente, fue lo que te llegó. 

MJA: Sí.

KC: Desde esos comienzos de autodidacta, yo realmente lo encuentro magistral, llevas menos de diez años. 

MJA: Sí, cuatro. 

KC: ¿Cuáles han sido tus grandes aprendizajes? 

MJA: Son muchos. Primer aprendizaje es que hay que atreverse, porque si uno no se atreve, no va a hacer nada y yo no quiero estar diez años sin hacer nada porque siento que la vida es ahora, hay que disfrutarla y hay que atreverse. Eso es como lo primero. Lo segundo es que hay que capacitarse, son aprendizajes que uno va teniendo a lo largo de este proceso. Y que existen muy buenos capacitadores, en el fondo, entes que nos pueden ayudar a poder desarrollarnos mejor. En España hay maravillas de escuela. Yo estoy haciendo un máster ahora con Hotel Kafka que son espectaculares. Llevo un año trabajando con ellos y ahora incluso, hemos logrado cambiar, yo quería escribir algo diferente, y ahora estoy escribiendo algo distinto a lo que acostumbro a escribir. Y esto ha sido gracias a este proceso. 

KC: Una de mis preguntas era qué es el Hotel Kafka. Porque lo googleé, lo entendí, pero, los auditores que nos están escuchando hoy día en Espiral, no saben lo que es. 

MJA: Hotel Kafka es una escuela de escritura donde hacen distintos cursos y también tienen un programa que se llama Máster de Escritura, que dura un año y es el que estoy haciendo. Y que llevan muchos años haciéndolo, más de quince años. Es un programa donde yo tengo clases de dos veces a la semana, los martes y los jueves, son tres horas cada día y tenemos distintos temas. Vemos, por ejemplo, novela, vemos personajes, vemos psicología del personaje, vemos escenario, tenemos clases con periodistas que escriben crónicas, tenemos clases con poetas que escriben poesía, porque la poesía está muy amarrada a la novela porque nos permite inspirarnos. Tenemos también clases con agentes literarios, con el mundo de la edición y nos hacen un programa completo para que nosotros nos podamos desarrollarnos de la mejor manera como escritores. Y, además, nos apoyan en un proyecto para armar un libro con ellos. Yo estoy armando un proyecto nuevo, distinto a lo que he escrito con anterioridad.

KC: Y si puedes dar mayores datos de lo qué significa este proyecto nuevo distinto de los que ha trabajado en anteriores. 

MJA: Este proyecto nuevo, distinto, también tiene como eje central una historia de amor, porque es una romántica, en el fondo, es cuando el eje de la historia es una historia de una pareja. Mi eje central va a seguir siendo la romántica y va a seguir siendo una historia de amor, pero lo estoy conectando un poco más con el humor, con otras cosas que no había trabajado y que ha sido un desafío importante para mí, poder llegar a eso. He estado muchos meses haciendo un borrador, otro borrador, otro borrador y ayer con Ángela, que es mi tutora, estaba muy contenta porque hemos logrado tener una forma distinta a las anteriores. Ella me revisó los dos últimos libros que no han salido. Entonces me conoce muy bien, mi forma de escribir y ahora tenemos como una voz nueva y ha sido súper lindo porque ha sido un desafío para mí ponerme en esta voz. Ha sido entretenido con un poco humor, con un poco de cuestionarse, un poco el protagonista de la historia de sus actos, pero una manera distinta, no tanta profundización, quizás como una novela francesa que se va para dentro, como por ponerlo así más fácil, como ponerle un poco más de latinismo, sino como de reírse un poco del personaje mismo. Yo también reírme de la María José que está en la historia, por decirlo así. 

KC: Se nota que lo estás pasando muy bien y que te ha sacado tu zona de confort totalmente. 

MJA: Me sacó mi zona confort. Cuando me lo dijo Ángela me dijo, ¿quieres escribir algo distinto?. Bueno, yo creo que podría ser por este lado, porque yo contigo me río cuando converso, y creo que podrías hacerlo por acá. Yo así, bueno vamos a probar. Pero han sido muchas pruebas y error, pero lo he pasado súper bien. 

KC: Otro tema que va directamente vinculado a esto que estamos hablando. Has dicho que los comienzos con tu primera novela no fueron fáciles. Las ventas no fueron como soñaste. Y ahí  descubriste la auto publicación. Para ti, en ese sentido, Amazon ha sido una bendición. 

MJA: Sí.

KC: Dices, además, que el escritor autopublicado divide su tiempo en un 50% en marketing y el resto, el otro 50%, en escribir. Quiero saber, admiro profundamente a los escritores que autopublican y que se la juegan por hacer llegar sus escritos no por el medio tradicional de las grandes editoriales establecidas, sino por gestionarse a sí mismos. ¿Cómo fue este proceso? 

MJA: La verdad es que yo tuve mucha suerte porque bueno, partí y fui a una editorial de coedición española que lamentablemente no se dieron las cosas como yo pensaba y que te ofrecen muchas cosas, y uno también es muy ingenuo. Y ahí llegué al mundo de la auto publicación, gracias a un profesor que tuve en un Máster, que hice también, de novela romántica, en España. Yo tuve suerte que llegué, no sé cómo, pero llegué a España con gente que sabe mucho y que me fue como canalizando distintas partes y tuve mucha suerte de llegar a José de la Rosa, que ganó un premio, no me acuerdo con qué editorial, hace un par de años, pero él publica tanto auto publicación como con editorial tradicional. Y también hay que sincerarse, entrar a una editorial tradicional es una bendición solamente algunos pueden llegar a hacerlo. Es muy difícil, yo no lo he logrado y capaz que no lo logre nunca. Entonces, yo tenía dos alternativas, tratar de seguir mandando el manuscrito para que lo leyeran, que al final queda en la lista de espera, no lo leen, tienen otras cosas y es muy válido. Van con gente que tiene un mundo ya de seguidores o bien escritores que son muy reconocidos, y que es válido y se han ganado su lugar. O bien te vas por el camino que lo haces tú, yo soy de las personas que cree que si es que no se da un camino, hay que buscarlo. Tuve la suerte de llegar donde José, y José me ayudó, me hizo clase. Yo estuve como seis meses en clases con un grupo de España donde tenemos un WhatsApp, que son súper simpáticos, y en el fondo nos vamos ayudando en distintas cosas y así fue como llegué a la auto publicación a través de ellos que me dijeron, ¿tú tienes algo firmado con esta editorial? No, no tengo nada firmado, okey, que lo bajen y tú subes tu propio libro y tú en KDP vas revisando cómo van tus ventas y así lo hice. Y además, José de la Rosa me presentó una editorial en España que se llama Colección Mil Amores, que publica solamente libros de romántica y tengo dos libros con ellos en España. Entonces tuve la suerte de llegar a manos de él que me ayudó muchísimo. 

KC: Pero, ¿cómo tuviste la visión? Porque tú tienes como una mini empresa en el cual tú te autopublicas, te autogestionas, tienes tu canal, tienes un blog, tienes en Instagram más de veintitrés mil seguidores ¿Fuiste creando esta visión tuya, de María José Aguayo, en el camino o en un comienzo tú dijiste esto va por acá? 

MJA: No, en un comienzo no tenía nada claro de cómo hacerlo. Pero sí sabía que quería trabajar en esto y que ojalá Di*s me diera la oportunidad de poder seguir escribiendo a esta vieja, es lo que espero. Y eso fue lo que quise. En un minuto fue como, ojalá pueda hacer esto para siempre. Eso fue como el gran mega sueño. Y ahí me empecé a capacitar para poder ir publicando los libros que iba escribiendo. Pero fue toda una capacitación por muchos lados, fue capacitación en Amazon, capacitación con las editoras, en el fondo llegar a la editora adecuada. Después capacitación con la Escuela de Escritores de Madrid en distintos cursos. O sea, fue todo un camino que se fue armando, pero por distintas ramas y así lo fui haciendo. Fui por aquí, por allá. Tomé un montón de cursos en la Escuela de Escritores, después llegué a Hotel Kafka. Tengo dos manuscritos que no han salido y que estoy con más calma, porque uno va aprendiendo. Esa ansiedad de partir, que fue bonita, que me permitió tirarme y cruzar el río, quizá no de la mejor forma, pero lo hice igual, ahora voy con más calma. Entonces, ahora tengo dos manuscritos que están muy bonitos basados en el sur de Chile. En uno es protagonista Valeria, por mi tía. 

KC: Que cosa más linda. 

MJA: Sí, ella es una protagonista. Pero están esperando, están ahí. Están ahí esperando salir cuando tengan que salir. 

KC: ¿Y te has dado cuenta lo importante que es el tema del tiempo en la maduración del escrito? 

MJA: Claro, todo eso es un camino que uno va aprendiendo. Entonces yo los tengo acá, los tengo aquí, tengo mi cotización con Trayecto lista. Yo sé cuánto me va a salir sacar esos libros adelante, pero todavía no lo he sacado. Recibiré algún mensaje o será el momento indicado cuando lo sienta. Ahora como estoy con cambio y acaba de salir un libro y todo, no es el momento. Pero están muy bien escrito, está muy bien revisados por una editora acá en Chile, también por mi profesora de Hotel Kafka, que es Ángela, que hizo una completa revisión de todo y quedó redondito. Lo leyó una amiga que también ella lee mucho para revisar todo lo que  se nos pueda haber pasado. Pero con calma.

KC: Hablando de sueños. ¿Cómo visualizas tu carrera de aquí a veinte años? ¿Cuál es tu sueño? 

MJA: Mi sueño final, yo no sé qué va a pasar de aquí a los veinte años, Di*s quiera que me de salud y todo, pero mi sueño final es tener mi computador con vista al mar, viejita bien canosita, y poder seguir escribiendo. Ese es como mi sueño a largo plazo entre medio me veo ayudando a gente a escribir. Yo ahora estudio psicología en la noche, hacer un taller, algo relacionado con la psicología, la profundización de los personajes. Pero la psicología no para trabajar directamente como psicóloga, sino como para meterlo en el mundo literario, siempre en el mundo literario. O trabajar en una biblioteca en un colegio o ir a dar charlas en un colegio, demostrar lo lindo que la escritura, lo que nos entrega. El amor por la lectura también. Algo así, no tengo idea ni cómo se van a dar las cosas o si se van a dar o no, pero como siempre orientado a este mundo, porque está claro que no voy a vivir de esto. Está claro que no voy a vivir de esto solamente porque es un hobby, un maravilloso hobby, que yo doy gracias porque me hace muy bien y que me ha entregado muchísimo, quizás no económicamente, pero sí cuando una persona me dice, oye, María José, leí tu libro y me gustó y realmente me sentí identificada y me diste una esperanza en esto, ya eso para mí es estoy entregando algo. Pero por otro lado, es hacer charlas en los colegios, incentivar la escritura, hacer un taller con niñitas o con niños mostrándoles, pero con un libro, con una historia, con un rico desayuno. 

KC: Eres una mujer de sueños y peleas por tus sueños, porque me pregunto, escuchándote, eres mamá de tres, estás casada, escribes, eres muy activa en redes sociales, estás estudiando psicología y estás con la asesoría del Hotel Kafka. Tienes veintitrés mil cuatrocientos seguidores en Instagram. ¿Cómo vives eso, ser un líder de opinión? 

MJA: Eso a mí me encanta porque es algo que de partida yo hago los vídeos y los hago como estoy. O sea, no le pongo ni filtro ni nada. Ponte tú el último salió así con unas ojeras gigantes, porque en verdad estaba súper cansada y es así y trato de mostrar lo que es la vida normal. No es que todo es felicidad y todo es lindo, no la vida es, hoy día estoy súper acongojada porque tengo que hacer tantas cosas, o hoy día estoy súper inspirada o no he escrito nada, o sea tratar de mostrar lo que es normal. El objetivo final de la cuenta es que se lea más. Entonces, ¿qué hago? Recomiendo los libros y siempre mostrando qué me pasó a mí con el libro que leí. Hay algunos que me motivan más, otros que me motivan menos, pero yo jamás voy a ponerle una nota a un libro, por ejemplo, siento que no tengo la capacidad de poder hacerlo. 

KC: ¿Y cómo eliges los libros sobre los que vas a hablar? 

MJA: Ah, bueno porque ahí hago un mix entre los que salieron, y acá voy a la librería, en Colombia, al lado mi casa, donde ya me conocen. Entro señora, llegó esto, nosotros sabemos que a usted le gusta mucho Anagrama, sabemos que le encanta Seix Barral, acá también llegó este nuevo. Ya como me conocen y saben perfectamente, entro a la librería y ya llegan a decirme que hay nuevo, también me escriben y me mandan libros de regalo. Ahora en Chile me mandan libros de regalo. De hecho, me mandaron el tuyo de regalo. Ya lo voy a reseñar.

KC: ¿Qué tipo de responsabilidad sientes en este rol? 

MJA: Yo creo que es una responsabilidad muy grande, porque uno tiene el deber de hacer el uso de la palabra con amor para que llegue a mucha gente. Con cariño y mostrando la realidad, mostrando la verdad de todo. Y eso es lo que yo trato de hacer. Transparencia ante todo y que no piensen que oye, todo es fácil, no, pero se puede hacer y que la escritura o la lectura en este caso, para que lean, realmente nos ayuda, nos hace ser mejores personas, nos entrega cultura, nos ayuda a evadirnos del momento en que estamos pasando. Yo ponte tú no prendo la tele. Una amiga me decía, oye, pero, ¿cómo lees tanto? Es que yo no veo noticias, no veo televisión, yo me entero de las cosas por las redes sociales. No prendo la tele, él único que prende la tele en mi pieza es mi marido. Yo no prendo la tele, yo estoy leyendo o estoy estudiando o estoy escribiendo. 

KC: ¿Cuáles son tus grandes referentes de la literatura universal, no contemporáneo? 

MJA: Jane Austen, máxima. Almudena Grande. También acá, en el curso, hicimos cursos de lectura comparada. 

KC: Ajá. 

MJA: Y también, me encantó este libro. 

KC: El perro de los Baskerville, de Conan Doyle. 

MJA: Sí, me encantó. También este Primavera sombría. Bueno, obviamente los rusos, esto una joya. 

KC: Ana Karenina de León Tolstói.

MJA: Tienen como un poder de profundización, de escenografía, de escenarios que son espectaculares. Entonces yo leo acá y trato de ver cómo hacen que uno se meta en el personaje, porque son maravillosos los rusos para lograr eso. Tienen esa particularidad tan clara. Más contemporánea también me gusta harto las francesas, pero lo que decía, las francesas van como bien para adentro. Bárbara Wood, también. De todo un poco y también las contemporáneas.

KC: De eso quiero hablar ahora las contemporáneas, porque estamos llegando hasta la última pregunta de esta parte de la entrevista en profundidad. 

¿Cuáles son tus referentes en contemporánea? ¿Novela romántica contemporánea? 

MJA: Bueno, Elisabet Benavent, por ejemplo, que además es un amor, porque tuve la suerte que acá en Colombia estuve con ella sentada así y conversando mucho rato, porque Penguin me invitó y puede conocerla, es un amor. Ella porque tiene esa mezcla, clara. También es divertida, es sencilla, es transparente. Alice Kellen también, que escribe con los sentimientos a flor de piel. Eso me gusta mucho. María Martínez también escribe así. Todas tienen algo en verdad especial. 

KC: Bueno, algún día van a decir María José Aguayo también. 

MJA: Ojalá, es como cuando voy al Book Club, tenemos un Book Club acá con unas amigas, me encanta, yo nunca digo que la historia no me gustó, por ejemplo, porque yo pienso que todo depende de las circunstancias de la historia. Por ejemplo, ahora vimos el último de Gabriel García Márquez, entonces decían sí, pero es que no es García Márquez de antes. O había ciertas opiniones, pero hay que ponerse en contexto, García Márquez fue su último libro que escribió. O sea, estaba viejito con un problema ya de memoria, un problema senil y él igual escribió un libro, o sea, tiene un mérito tan grande. Hay que ponerse en el lugar. Igual la historia es preciosa, pero, ¿qué pasó? ¿por qué ella iba a la isla? No sé si te leíste el libro, pero es bien bonito. El libro es bonito, pero no está haciendo juicios de valor, está mostrando una realidad, no más. O sea, de repente hay que detenerse y decir, este libro no está haciendo un juicio de valor, está mostrando una realidad, un personaje que tomó una decisión para bien o para mal, pero tomó una decisión. Fue así. Todo depende el libro y también estoy súper consciente de que hay un tiempo también para los libros. Muchas veces hay un libro que no te va a hacer sentido en un momento, pero en otro momento te va a hacer mucho sentido. Entonces es tan relativo. Ahora yo tengo la convicción que los libros te llegan en el momento indicado.

KC: ¿Y dejas libros a medio leer o no? 

MJA: Trato de que no. Me ha pasado muy pocas veces y trato que no, porque es como lealtad. Yo siento que tengo que ser leal a aquellos que tienen el mismo amor, compartimos un amor en común. Entonces yo tengo que ser leal y tengo que tratar, y me gusta investigar la vida del autor. ¿Por qué? Porque por algo escribió eso, por algo escribió, ¿en qué minuto de su vida escribió?, ¿qué le pasó?, ¿qué sentía?, ¿cuáles son sus, sus motivaciones? Eso me mueve mucho también. 

KC: Eres una persona como hemos visto ahora en Espiral, con mucho empuje, mucha fuerza y antes de terminar, ¿qué es lo que te quiebra? 

MJA: Como me tocaste la fibra cuando partimos conversando, lo que me quiebra es la vulnerabilidad en el fondo. La vulnerabilidad que podemos vivir todos en cualquier minuto de cada día que no tenemos nada seguro. Y que la vida en el fondo, es un regalo y que no sabemos lo que nos pueda pasar. Eso me quiebra. Me quiebra ver sufrimiento, me quiebra ver el dolor. Me da miedo también mucho miedo. Entonces también escribo porque es una forma de catalizar o de bajar la ansiedad, el dolor, el miedo, escribir. Nosotros, los escritores, en mi caso, por ejemplo, para mí ha sido como una terapia también hacerlo. Me hace muy bien. De repente escribir una noche, estar con una velita aprendida y pasarme la noche entera escribiendo, muchas veces me aporta mucho más que haber ido a una sesión con el psicólogo. Me pasa eso. Es como que uno tiene que ponerle empeño a las cosas que quiere hacer, aunque a veces no esté tan seguro porque nunca vamos a estar seguros en nada tampoco. Uno puede ser un rey un día y al día siguiente estar en otra circunstancia de vida. 

KC: María José, te quiero agradecer mucho esta conversación en profundidad, en Espiral. La verdad es que lo he pasado muy bien y es tan interesante conocer a una persona más allá de lo que uno ve en estos vídeos cortos que uno ve en redes sociales y saber su visión de la vida, y lo que la transforma y sus pulsaciones internas. Yo creo que muchos de los que nos están escuchando hoy día disfrutaron enormemente de conocerte. Muchas gracias por estar hoy día en Espiral. 

MJA: Gracias por la invitación. Yo feliz, me encanta. Estoy para lo que necesites.

Ojalá en Santiago nos podamos tomar un café. 

KC: Sí, de todas maneras.

 

Cierre

        Así terminamos este ciclo de junio con María José Aguayo. Te invito a seguirla en su cuenta de Instagram y a deleitarte con su prosa de amor e ilusiones. Nos vemos en julio con Rafael Gumucio.

Chaoooooo.

 

Lee. Escribe. Crea con María José Aguayo.

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