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Oda a las hermanas #121

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Queridos todos,

La vida debe continuar y les agradezco muchísimo (no se imaginan cuánto) las muestras de cariño y apoyo con la última Oda a Israel.

Como ven, hoy estoy escribiendo sobre algo maravilloso. Tengo dos hermanas mayores y son una bendición, por lo tanto soy el “concho”. Con una tengo siete años de diferencia y con otra, la de medio, cinco. Por ende, cuando ellas eran adolescentes, yo era una niña, cuando yo era adolescente, ellas eran adultas y solo ahora, somos las tres adultas-adultas.

El vínculo sin duda cambia con el paso del tiempo y lo que fue en la infancia, es muy distinto a lo que se vive a esta edad. No me puedo imaginar mi vida sin ellas, porque si bien mi relación no ha sido la típica, es decir, yo no tuve las peleas tradicionales de hermanas (por esa edades disímiles). Somos muy cercanas. Sin ellas no sería lo que hoy  soy.

Porque mis hermanas son, están y estarán conmigo, aunque tengamos estilos de vida muy, muy distintos. U opiniones divergentes, pero qué importa, porque lo verdaderamente trascendental es la lealtad, un buen consejo, la convivencia y ante todo, la familia. Nos amamos. Hoy acompañamos a mi papá y sufrimos juntas durante la enfermedad de mi mamá. Siempre recordamos lo que nuestros padres nos dijeron: con las hermanas no se pelea. Tenemos un grupo de WhatsApp donde conversamos sobre cosas propias de nuestro devenir, compartimos datos, sugerencias de ropa, de comida y mucho más.

Quiero creer que todos tienen este privilegio. Incluso las que no tienen hermanas sino que hermanos, esto va mucho más allá de si tuviste la suerte que sea mujer, lo que importa es el vínculo. O como cuñada que tiene puros hermanos hombres y ella también es mi hermana, mi tercera hermana, desde que la conocí hace treinta y cinco años. Ahora bien, como lo imaginan, nada es gratis y para lograr esta maravilla hay que trabajar. No sucede por inercia. Debes estar ahí para ellas y viceversa, buscar momentos de risas y de compañía,  más allá de las emergencias propias que vamos enfrentando. Nosotras no somos las Brontë, que compartían el gusto por la lectura y todas fueran escritoras. O las Grimké (Sarah y Angelina Grimké), activistas estadounidenses por el movimiento abolicionista y de los derechos de las mujeres en el siglo XIX. A las Mitford, las vine a conocer por el podcast The Rest is History donde se relata sus intrigas y el vínculo con Adolf Hitler.

Algunas mujeres tienen hermanas y no tienen relación alguna. Otras tienen malas relaciones  que se vuelven conflictivas. Están las que se aman y se odian, las que viven juntas o dicen que en la vejez así lo harán. Las solteras que viven en el mismo departamento. Las mellizas y gemelas que al parecer comparten no solo el útero materno, sino una relación telepática. Deben de haber las que nacieron mujeres y que una de ellas se convirtió en hombre. Están las que se suman a una causa política y la otra, a la contraparte. También se me ocurre las sobreprotectoras, que se convierten en mamás para ti. Eso es lindo en su justa medida, pero lo peor, para mi gusto, son las rivales, que compiten por el amor materno y paterno, son envidiosas, por saber quién es la más linda, o se casó mejor, o tuvo hijos y queda la soltera que está más alejada del matrimonio y los niños. Y claro, las hermanastras.   

Las buenas amigas, son las hermanas que elegimos. Ellas son mis cómplices, compartimos un mundo, un pasado, un presente y un futuro, soy yo misma, me quieren así y queremos estar juntas. Cuando lo estoy pasando mal, me refugio en ellas y cuando lo estoy pasando bien, ellas vibran como yo.
Así que tengo dos grandes hermanas de sangre y varias, no quiero dar número (puedo tentar al mal de ojo), que son amigas hermanas. Gracias a todas ellas.

Si todavía no has escuchado la entrevista a estos grandes españoles de la literatura contemporánea, Jan Arimany y José Carlos Rodrigo Breto te invito a hacerlo. Te aseguro que lo vas a disfrutar tanto como yo.

Entrevista a Jan Arimany y Juan Carlos Rodrigo Breto

Mis recomendaciones

  • Una novela: Mujercitas de Louisa May Alcott. Lo sé, muy conocida pero me gusta mucho. Quién se puede olvidar de March, Meg, Jo, Beth y Amy, y sus aventuras durante y después de la Guerra Civil estadounidense.
  • Una película: Las vírgenes suicidas. Leí el libro escrito por Jeffrey Eugenides con el que debutó en la literatura y no he visto la película, pero me han dicho que es un muy buen filme ¿O no? Es de la tremenda Sofia Coppola, así que es una apuesta segura. El libro es fuerte.

 

Mis momentos

  • Agradezco: El apoyo que he recibido por la guerra en Israel.
  • Aprendí: En Egipto los judíos que allí vivieron durante el siglo pasado no celebraban la festividad de Janucá.
  • Fui feliz: Entrevistando al escritor André Aciman quien  estuvo de visita en Chile. No me la creo todavía de haber tenido ese privilegio. ¿Puedo agregar algo? Fui muy feliz cuando mandé a Seix Barral la revisión completa de mi próxima novela Ceniza que saldrá el 2024.

Lee. Escribe. Crea con hermanas.

Karen

 

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