Oda a mis recomendaciones #208
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Novela
Frankenstein o el moderno Prometeo
Durante años tuve a Frankenstein en mi biblioteca, no me animaba a leerlo. Hasta que hace un par de veranos dije ya es hora. Es un clásico ineludible si te dedicas a la literatura. Mi sorpresa fue enorme, porque es una novela hermosa, original aunque uno espere lo contrario, muy bien, que no hay ningún motivo para dejarla fuera de tus lecturas. Se lee como si fuera una primera vez.
Su estructura es epistolar, un género que hoy no está en boga por razones obvias. Narra una tragedia donde Víctor Frankenstein se convierte en víctima de su propia creación.
Una historia que nace por un encierro
Hubo un verano que no hubo verano, lo que se conoce como el “Año sin verano” en 1816. Tras la erupción del volcán Tambora, el clima se alteró por completo y no hubo sol pero sí muchas tormentas.
Mary Shelley, Percy B. Shelley, Lord Byron, el médico John Polidori y Claire Clairmont quedaron atrapados en la Villa Diodati, cerca del lago Lemán, en Suiza. Estaban presos por las grandes tormentas, no podían salir y pasaban los días y las noches leyendo historias góticas. Le debemos a Lord Byron el génesis de la novela:
“Escribamos cada uno un cuento de fantasmas”, propuso a sus amigos.
Como todas las buenas cosas, esta sencilla frase fue el motor para que naciera el moderno Prometeo.

Mary Shelley tenía dieciocho años y contó lo que le sucedió en una pesadilla: «Vi al pálido estudiante de artes profanas inclinándose sobre la cosa que había montado. Vi la criatura horrenda abrir los ojos». A pesar de ser tan joven, ya había perdido a una hija y su padre la había abandonado, por lo que la muerte y la soledad eran conocidas para ella.
Si bien ella escribió El último hombre y Las fortunas de Perkin Warbeck, entre otras, será la que hoy estamos revisando la que la consagró.
¿Por qué seguimos hoy leyendo Frankenstein?
Shelley inaugura un modo nuevo de narrar el horror, uno que se aleja de las condiciones externas y se ancla en uno interno. Es una de las obras fundacionales de la literatura moderna, al tensionar desde su matriz gótica preguntas éticas, filosóficas y estéticas que siguen vigentes. Aborda cuestiones que hasta hoy nos preocupan como la responsabilidad humana, la ambición y la ciencia desquiciada.
El monstruo supera a su creador, por lo que estamos ante una tragedia en un su concepto más clásicos. Muchos críticos como Harold Bloom o Anne K. Mellor, la leyeron como una parábola sobre la paternidad fallida, es decir, al igual como el padre de Shelley la abandonó, el creador, es decir Víctor Frankenstein abandona a su hijo.
Las cualidades humanas de la criatura como su capacidad de habla, de sentir y hacer hoy ya no nos parecen tan desquiciadas, pero era algo impensable a mediados del siglo XIX.
El estilo
Shelley combina el Romanticismo, el yo desgarrado, el conflicto interior, la naturaleza sublime con lo gótico y sus atmósferas tormentosas. Su exploración del aislamiento humano anticipa sensibilidades que veremos después en Dostoyevski.
¿Por qué se ha convertido en un clásico?
Ítalo Calvino lo formuló magistralmente en ¿Por qué debemos leer los clásicos? Este autor italiano postula que un clásico nunca termina de decir lo que tiene que decir, ya que cada lectura es una relectura al incrustarse en nuestra memoria y sirve para definirnos en contraste con él: “Los clásicos son libros que cuanto más cree uno conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad”.
Frankenstein y el moderno Prometeo
Así como el titán roba el fuego a los dioses, Frankenstein roba el secreto de la vida y desafía un límite que no le pertenece. Pero, a diferencia de Prometeo, su castigo no viene de los dioses sino que lo persigue su propia creación.
Como Prometeo, Frankenstein quiere elevar la condición humana, superar las restricciones impuestas. Pero la novela muestra el costo ético de ese gesto.
Mira este video sobre el mito de Prometeo.
Hace un par de noches en Netflix me encontré con una nueva adaptación al cine con Guillermo del Toro y es una de las más populares en la plataforma. ¿La conocías? ¿la viste?
Película
Un pastel para dos de Keyke Mahboobe (Mubi)
Esta película la vi mientras corría en la trotadora y es una historia de amor que sorprende por su desenlace. Es la historia de dos soledades, tremendas, en un mundo en que los viejos están desamparados y la sociedad es incapaz de responder a su necesidad de compañía.
Vemos la fuerza de una mujer que busca compañía, un taxista que se atreve a aceptarla, y a pesar de los riesgos que conlleva, pues viven en Teherán (Irán) seguirán con su aventura.
Mahboobe filma con una sensibilidad contenida, con silencios que dicen más que los diálogos y una cámara que observa sin intervenir. Es una película distinta, sin clichés y donde hay muchos silencios.
Estuve pensando que tanto Frankenstein como Un pastel para dos hablan de las soledades y de la búsqueda de trascendencia en la compañía. Ni el monstruo ni los viejos son acogidos por el mundo y en su deambular, hay una profunda tragedia.
Aquí te dejo los enlaces para comprar las obras mencionadas. Recuerda que con este dinero haré una donación a Letra Libre, una fundación que enseña a leer a niños.
¿Escuchaste la entrevista en Espiral a Irene Vallejo?
Aquí está en mi canal de YouTube.

Lee. Escribe. Crea con Frankenstein y Un pastel para dos.

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