Escribo en medio del viento otoñal cuando las hojas han tapizado las calles y desnudado los árboles. La lluvia nos ha amenazado todo el día.
El lunes en la noche finalicé la tercera edición de mi novela. Comencé en noviembre y después de casi 7 meses, puedo decir, estoy más cerca. Es muy difícil transmitir lo que un autor siente cuando se trabaja tanto en un escrito. Es un proceso artesanal, desconocido para muchos.
¿Cómo se concibe un libro? ¿por dónde empiezas? En mí, con un personaje, una mujer que primero vivía en Detroit pero luego la trasladé a Nueva York.
Comencé con un personaje y luego, apareció la historia.
UNA NUEVA ETAPA EN LA EDICIÓN DE LA NOVELA
Hoy doy inicio a la etapa de la lectura. Ana María del Río tiene la novela completa y la próxima semana nos vamos a reunir a comentarla.
Después, vienen dos lectores más.
La leerán dos personas -entre ellas mi marido- que desconocen por completo la trama, los personajes, el desenlace. Su mirada es trascendental porque de acuerdo a su interpretación y sensaciones veré qué modificar. Yo, como autora, tengo que estar dispuesta a las críticas constructivas, a abrirme a una mirada diferente, inexplorada. Es súper importante que el “lector/a” que uno elija sea capaz de hacer un análisis profundo. ¿Cómo se elige a esta lectora? Por su ojo examinador. El análisis debe ser rico en comentarios y orientaciones. No sirve que te digan: está bien, solo cambiaría un par de cosas.
Yo espero que sus comentarios estén orientados a perfeccionar el escrito de manera profunda. Sustancial.
Stephen King por ejemplo, hace dos borradores de su novela y en ese momento se la da a un lector. Para él siempre es su señora Tabata la que tiene el honor de hacerlo. Además se la manda a por lo menos 4 y pueden llegar a ser 8.
¿Es ocho, cuatro o tres el número adecuado? Eso depende.
Si tienes una novela altamente especializada necesitas que un experto en el tema la lea. Uno debe estar consciente que hay distintos tipos de lectores, esos que se enfocan más en los detalles, coherencia y otros, en la estructura y el tono.
Es súper rara esta etapa. Es de tránsito. Inicié la escritura de la novela en octubre del 2017 y un año después, noviembre, partió la reescritura. Ahora debo esperar a mis lectoras.
El comienzo del fin: editar la novela
En esta espera se genera un fenómeno extraño, de tránsito. Por una parte estoy en “la novela” y por otra, ya ha comenzado la despedida. Conozco el sentimiento de vacío que sobreviene cuando uno finaliza un proyecto de tal envergadura. Eso supongo me va a suceder en varios meses más, pero sé que se aproxima.
Hace unos días me pillé pensando ¿qué escribiré después? Y la verdad, no tengo la menor idea. Por ahora sigo enfocada en Olivia, Nueva York, Santiago y la década de los ochenta. ¿Qué editorial me va a aceptar?
Lo más probable es que sea con una editorial “indie” -editoriales pequeñas y escritores independientes que se autopublican- muy fuerte en Estados Unidos y Chile sigue esa tendencia
Estoy ansiosa, quiero decidir el título de mi novela (todavía no me atrevo a seleccionarlo a pesar de que tengo varias opciones) y publicarla. Para que por fin ustedes disfruten con su lectura tanto como yo he disfrutado el proceso creativo.
¿Te has sentido alguna vez así cuando has terminado algo que te importa mucho? Cuéntame aquí abajo tus impresiones
“On Writing de Stephen King”
— LIBRO DE LA SEMANA
“Adefesio: Persona de aspecto rídiculo, especialmente por su tipo de vestimenta. ”
— PALABRA DE LA SEMANA