A muchos no les agrada esta época, los automovilistas agresivos, los centros comerciales que explotan, el calor. Pero a mí me encanta, es Janucá cuando inauguramos cada día.
Es una de las fiestas más lindas del calendario judío Janucá. En español la denominamos La fiesta de las Luminarias, pero en hebreo significa algo muy distinto: inauguración. De hecho, cuando se inaugura una casa, le decimos Janucat Habait.
Janucá. Durante una semana encendemos velas de manera creciente, partimos con una y terminamos con ocho. ¿Cuál es la relación entre la luz que sumamos cada noche e inauguración? Al ocaso, agregamos luz, inauguramos un nuevo yo, un nuevo capítulo. Este concepto se relaciona con algo positivo y alegre. En Janucá tengo la oportunidad de inaugurarme cada día.
El domingo junto a mis hijos y mi marido encendimos la primera vela del candelabro de ocho brazos; la llama nos recuerda que vivimos rodeados de milagros. Obsequiamos dulces y chocolates a los niños. El martes junto a familiares queridos encendimos la vela que corresponde a la tercera noche.
Ayer junto a una grupo muy querido de amigas colegialas, celebramos a una de ellas -una de mis mejores amigas, nos conocimos el primer día de clases en 1ro básico y desde ese momento hemos sido inseparables, a pesar de nuestras vidas tan disímiles- en un almuerzo en la casa de su madre. Alrededor de la mesa inauguramos los recuerdos del pasado, las dichas de compartir, de tener un lenguaje en común.
Fue un momento de dicha.
Otros momentos de inauguración durante la fiesta de Janucá
Nos juntamos las trotadoras del Tym -mi grupo de corredoras- para cerrar este 2018. Llevo casi 10 años junto a ellas, aún recuerdo esa mañana de marzo en que comencé a entrenar, muchas iban a un ritmo inalcanzable. Si bien todavía es imposible correr como ellas, hoy sé que a pesar de mi “lentitud”, somos equipo.
Tenemos historia, vivencias, complicidad. Nos vemos dos veces en la semana en la plaza, lunes y miércoles, pero allí, en ese rincón del mundo donde nos tropezamos al iniciar y finalizar el entrenamiento, se ha generado un espacio de luz para mi vida.
Gracias a ellas he conocido lo que es sobreponerse al dolor, a la frustración, a ir por más aunque te falte el aliento. Gracias a ellas inauguré un capítulo inédito en mi vida. Porque me abrieron una senda de superación y persistencia. Gracias a ellas supe lo que es el espíritu deportivo, hasta entonces desconocido para mí.
Inaugurar es una oportunidad para crecer. No es necesario inaugurar grandes edificios, casas, proyectos para comenzar otra vez. Cada uno de nosotros se inaugura a diario.
¿Cómo te inauguras? Déjame tu comentario más abajo.